Mi camino comenzó
hace muchos años, tantos que parece que se
pierde en el umbral del infinito, sin embargo, paradójicamente,
recuerdo con nitidez cómo y cuándo
surgió en mí eso que llamamos vocación
y que en mi caso se materializó mediante
una predisposición a ‘enseñar’,
a interesarme por ayudar a mis amigos y compañeros;
así comencé a ‘andar el camino’.
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Fernando Bringas durante su intervención
en un congreso educativo. |
Cuando estoy poniendo el punto
final a mi tarea como profesor, se agolpan en mi
mente tantos recuerdos y tantas experiencias vividas
durante un largo camino no exento de dificultades
y de contratiempos que he recorrido con la fidelidad
al principio: la educación es un servicio,
que mantengo aún cuarenta y cinco años
después. La enseñanza como servicio
me ha proporcionado muchas satisfacciones, entre
ellas, me ha servido para comprobar que a diferencia
del poema machadiano, las estelas que he dejado
no han sido sobre el mar, efímeras, sino
sobre caminos muchas veces tortuosos que, en la
mayoría de los casos, se convirtieron en
generosas cosechas con innumerables frutos.
Durante este largo período de mi vida profesional
he sido testigo de los profundos cambios de la sociedad
española que se han sentido, especialmente,
en el ámbito de la educación. Debo
reconocer que siempre he estado en la vanguardia
de los cambios, en la renovación e innovación
educativa porque siempre asumí la imperiosa
necesidad de que una buena educación y una
buena formación debían responder a
las necesidades de una sociedad en permanente transformación.
En este sentido, uno de los proyectos que más
me ilusionó y en el que participé
como fundador desde su inicio fue InterAulas. Este
proyecto educativo pretendía la introducción
de las nuevas tecnologías de la información
en el ámbito educativo desde el periodismo.
Fue un proyecto pionero en España que aún
perdura con plena vigencia y con un alto grado de
aceptación y participación en nuestra
comunidad educativa. El recuerdo me trae a la memoria
los nombres de algunos integrantes del grupo que
iniciaron la aventura de InterAulas. Mª Ángeles
Samperio, una periodista muy ligada al ámbito
educativo que acogió el proyecto con extraordinario
interés desde su puesto de presidenta de
la Asociación de la Prensa de Cantabria.
Armando Arconada, periodista también muy
vinculado al ámbito educativo; testigo notable
de la evolución de la enseñanza y
alma mater del proyecto. Mi compañera y amiga
entrañable María José Ojeda
impulsora del proyecto, con quien compartí
numerosas iniciativas en la tarea de innovar y renovar
la pedagogía tradicional. A los tres les
quiero mostrar mi agradecimiento y afecto. Hoy InterAulas
está en buenas manos: Ana y Katy son las
responsables del proyecto y lo vienen haciendo con
enorme éxito, les deseo mucha suerte y ánimo
para que no decaigan en tan extraordinaria tarea.
El proyecto InterAulas sigue adelante porque ocupa
un espacio destacado: por un lado, asume el papel
de vehículo de renovación y actualización
en el entorno educativo y, por otro, sirve de nexo
entre educación y periodismo dos disciplinas
muy relacionadas porque ambas son parte fundamental
de cualquier sociedad. Y esto lo digo no solo desde
el conocimiento sino desde mi experiencia profesional
porque la incorporación de la prensa en mi
actividad educativa comenzó cuando gané
el 2º Premio Nacional de Prensa-escuela que
marcó un hito en mi trayectoria profesional.
En esto momentos, después de haber andado
un camino tan vasto, después de haber dejado
tantas estelas, me voy con nostalgia pero sin pesadumbre,
me voy con la enorme satisfacción de haber
puesto todo mi empeño en servir a cientos
de adolescentes, de hacerles vivir la ‘magia
de la lengua y de la literatura’ y de estimularles
y guiarles en su carrera hacia la etapa adulta.
A todos los recuerdo con cariño y les deseo
lo mejor para sus vidas personales y profesionales.