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Nº 109
ENTREVISTAS / PREGUNTAS Y RESPUESTAS
Madina se define

Por Javier Ruiz Vila y David Sanjuan, alumnos de 1º de Bachillerato del colegio Nuestra Señora de la Paz de Torrelavega.

Eduardo Madina es, desde hace tiempo, una de las figuras emergentes del Partido Socialista. Profesor de Historia, especialista en relaciones internacionales y víctima de ETA, ha sido dirigente de las Juventudes Socialistas, jugador profesional de voleibol y hasta presentador de musicales en Radio 3. Hoy es el actual secretario del PSOE en el Congreso.

Nombre: Eduardo Madina

Lugar y fecha de nacimiento:
Bilbao, 11 de enero de 1976

Estudios: Licenciado en Historia contemporánea en la Universidad de Deusto. Tiene un máster en Integración europea por la Universidad del País Vasco, especializado en relaciones internacionales.

Ocupación: Secretario general del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso y miembro de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE.

Trayectoria:
Ha trabajado como técnico en el Parlamento Europeo y ha impartido clases en diferentes universidades europeas sobre relaciones internacionales y construcción europea. También trabajó como profesor asociado de Historia contemporánea en la Universidad Carlos III de Madrid. En el año 2012 fue elegido entre los 192 jóvenes más destacados del mundo por el Foro De Davos (World Economic Forum) dentro del programa de jóvenes líderes mundiales(Young Global Leaders).

 

Eduardo Madina ha formado parte del plantel técnico del Parlamento Europeo y es considerado, por todas nuestras fuentes, un hombre prudente, dialogante, de alta formación y de gran coherencia ideológica. Posiblemente estos valores sean los que explican que un grupo de dirigentes hayan mostrado a Madina su apoyo para que opte, en las próximas primarias, a la secretaría general del PSOE. Quizá hayan tenido en cuenta que el año pasado el Foro de Davos le eligiese como uno de los más destacados jóvenes líderes mundiales. Pero Madina es cauto. En nuestra conversación en su despacho del Congreso es muy claro en todos los temas excepto en su futuro, ante el cual, cuando le hemos preguntado, hace una pausa y pierde la mirada, un alto para continuar el debate, consigo mismo.

Pregunta.- ¿Por qué un hombre que vive en un entorno tan hostil asume un papel tan comprometido con su sociedad?
Respuesta.- Mi conciencia, mis valores y mi pensamiento de izquierdas hicieron que me movilizará para actuar en una Euskadi que yo detestaba y que no quería como modelo de futuro. Dar ese paso y en el seno del PSE era fácil, porque no podía negar lo evidente que era la injusticia social, no podía mirar hacia otro lado cuando veía situaciones de violencia, cuando veía y sentía el terror en las calles de mi ciudad, de mi tierra. Desde esa perspectiva, llevar como bandera la libertad, la justicia social, la igualdad y la solidaridad me parece lo correcto, aunque en aquella época tuviese más riesgos.

P.- Hoy, sin embargo, las víctimas y los comprometidos con esos valores aparecen muy divididos.
R.- En realidad en el conflicto vasco hay tantas víctimas como opiniones diferentes sobre el conflicto. Por eso es sorprendente que alguna asociación quiera tener el monopolio de la voz de las víctimas, porque eso es hacer lo que ETA siempre quiso y acabar con la riqueza de voces, que es donde radica la libertad.

P.- ¿Por qué en la transición fueron posibles tantos pactos y ahora hay tantos temas sin resolver: ley electoral, reforma de la justicia, reforma educativa, ley de transparencia, ley de liberalización de mercados energéticos y de telecomunicaciones... necesidades sin tocar, ni siquiera cuando ha habido mayorías absoluta? ¿Se puede luchar eficientemente contra la corrupción?
R.- Sí, Alfredo Pérez Rubalcaba ha propuesto más campo de actuación a los organismos, que las empresas con contratos públicos e implicadas en casos de corrupción no vuelvan, ni con NIF jurídico ni los dueños de las mismas con DNI de personas físicas; pidió otra composición del Tribunal de Cuentas, que se terminen las donaciones públicas, privadas o anónimas a los partidos políticos por parte de las empresas. Creo que la propuesta del PSOE es amplia, viable y coherente. Otra cosa es que el PP quiera debate y sea capaz de asumir las propuestas de los demás.

Un momento de la entrevista.

 

P.- En la valoración de esta crisis ¿quién ha sido más injusto, el país con los gobiernos de Zapatero o los gobiernos de Zapatero con nuestro país?
R.- Ni lo uno ni lo otro. Creo que el gobierno anterior se comió la crisis más seria desde el crack del 29, una crisis no producida por decisiones del propio gobierno sino por la caída del sistema financiero que implosiona sobre un modelo productivo que venía de antes y que circunscribe toda su responsabilidad a no haber sabido sacar adelante él solo con sus políticas al país de la crisis. Le quitaron los ciudadanos, dándole la mayoría absoluta a un PP que está haciendo lo que está haciendo. ¿Fue injusta la sociedad con el gobierno de Zapatero? No lo creo, los resultados electorales son siempre tan justos como los ciudadanos quieren al votar. ¿Me gustaría que unos señores con tantos casos de presunta corrupción que están destrozando el modelo social español no hubieran ganado? Pues me hubiera encantado que no hubieran ganado, pero esa es mi opinión y la que importa siempre es la de la gente.

P.- Tras el suicidio de Amaia Egaña en Baracaldo, amenazada por un desahucio, los partidos prometieron una solución. La nueva regulación deja sin salida a miles de familias. ¿Qué hace falta para que el Congreso legisle bien contra este drama?
R.- Un acuerdo político en un asunto tan tremendo que no es fácil de manejar, pero con la demagogia que maneja el PP en sus discursos no vamos a ninguna parte. Lo que más me importa es que las personas por sufrir una situación de paro pierdan su casa. Una solución que se defiende es la dación en pago. Para nosotros esa no es la mejor opción, la más eficiente sería un proceso arbitrado extrajudicialmente entre la entidad financiera y el dueño de la hipoteca para que la entidad financiera esté obligada a refinanciar la deuda o esperar durante unos plazos en los cuales el afectado pueda buscar soluciones o recursos con los que afrontar esa deuda, quedando las dos partes contentas ya que el primero no perdería la casa y el banco no se quedaría con una vivienda más que no va a poder dar salida. Lo que tampoco es adecuado es que las entidades acumulen inmuebles por desahucios, que las familias estén sin casa y que todos debamos asumir la situación de los bancos mediante un llamado banco malo.

Eduardo Madina.

P.- ¿Debe haber un cambio en el PSOE? ¿Qué tiene que ocurrir para que el PSOE vuelva a recuperar lo que fue?
R.- Sí claro, sí. Es verdad que hace un año tuvimos cuatro millones y medio menos de votos que en las anteriores elecciones, que el PSOE está en un momento difícil, que estamos estancados en intención de voto. Pero lo tenemos que hacerlo mejor, no para ganar las elecciones sino para evitar que este Gobierno acabe con lo que ha sido el tronco natural de nuestra sociedad: la igualdad de oportunidades y la cohesión social. Necesitamos mejorar para defender la igualdad de oportunidades, gobernar es solo el medio.

P.- ¿Considera arriesgada la postura adoptada por el PSOE con el caso Bárcenas?
R.- Esperamos a que Rajoy saliera y lo explicara. Y no lo hizo. Y después hemos sabido que Bárcenas se benefició de la amnistía fiscal de Montoro o que Ana Mato aparece en un informe policial que la vincula a pagos a empresas relacionadas con la trama Gürtel. Aun así, yo creo en la inocencia de todo el mundo hasta que se demuestre lo contrario. Pero como presidente del Gobierno debería demostrar que todo eso es mentira porque no hacerlo da lugar a que todo se enrede más. Con todo, el problema no es el PSOE, ni siquiera que el Gobierno tenga un problema, sino que el país con este gobierno tiene un problema.

P.- ¿En las circunstancias actuales de la Casa Real, el PSOE se plantea un cambio o una consulta sobre la forma de estado?
R.- Una revisión del sistema de estado no solo afectaría a la Jefatura de Estado. Lo que sí es cierto es que en torno a casos como Nóos convendría que se tomasen decisiones importantes. Porque la Corona es un símbolo y conviene que los símbolos estén plenamente limpios y limpios de sospecha.

P.- En época de austeridad ¿no son inmorales los sueldos, dietas y gastos de muchos políticos?
R.- No creo que el sistema político sea tan caro. Por ejemplo, el concordato con la Iglesia es mucho más caro, el fraude fiscal es mucho más caro. El sistema más barato es una dictadura, pero conmigo que no cuenten para eso, me gustan más las democracias.

P.- Entre sus aspiraciones puede estar, por ejemplo, la Secretaría General del PSOE.
R.- En este momento no. Las aspiraciones están todas cubiertas. Yo vengo de un barrio muy humilde de Bilbao, de una familia de trabajadores que nunca se imaginó a sí mismo con un escaño en el Congreso de los Diputados, ni formando parte de la dirección del partido del que me hablaba mi abuela con emoción en los ojos cuando tenía 7 y 8 años. Pero no me niego a nada. Ya veremos, cuando todo llegue iremos viendo.

P.- ¿El PSOE es un partido transparente?
R.- Sí, pero lo puede ser más, como todos. Todo aquello que esté tocado por dinero público debe entrar dentro del marco de ley de transparencia y todo ciudadano a golpe de ratón en un ordenador debe poder estar informado de dónde va su dinero.

Javier y David fueron los encargados de entrevistar a Eduardo Madina.

P.- ¿Sería el PSOE capaz de dar una única imagen, por ejemplo sobre temas como la financiación autonómica o la soberanía catalana?
R.- Sobre la financiación autonómica sí, porque esa ley orgánica la hizo el Gobierno y se pactó y se aprobó aquí con mayoría. Eso fue un discurso único del PSOE en el conjunto de España. Hay matices en el seno del PSOE, pero no transcendentales. El partido socialista es un partido que defiende avances en el modelo federalista, que reconozca más poder para las comunidades. Un proceso de mayor complejidad que el modelo de autogobierno que ahora tenemos, más multilateral, mejor coordinado, con otro significado del Senado y con códigos de lealtad más pulidos entre el Gobierno central y las partes del Estado.

P.- Está claro que los recortes son duros para todos, pero en educación y sanidad son aún más duros. ¿Usted cree que se está recortando el Estado de Bienestar?
R.- No estamos ante un proceso de recortes. Estamos ante una operación ideológica de utilización de la crisis al servicio del desmantelamiento de la cohesión social. Están intentando acabar con lo que nos ha hecho ser una sociedad dinámica. No son recortes, esto es hacer que mucha gente no pueda ir a la Universidad, esto es hacer que mucha gente no tenga el mismo derecho de acceder a la salud que otra, por dinero. Es más peligroso.

P.- Pero si lo público está mal gestionado y no sale rentable, ¿cuál es la solución?
R.- Es que lo público no tiene un discurso de rentabilidad. La inversión en educación, en sanidad y en cohesión social no es solo un juego de malabares ideológicos de la izquierda que, si quieres también, es una vieja aspiración, la justicia social y la cohesión social entendida como la creación de unos mínimos de calidad de vida para el conjunto de la sociedad a través de los ejercicios de distribución de renta que el colectivo hace hacia los ciudadanos y ciudadanas.

P.- ¿Es imposible mantener una sanidad y una educación de calidad gratuitas?
R.- No, es posible. Es una cuestión de si es o no prioritario para esta sociedad. Hay posibilidades, manteniendo los objetivos de déficit para que los mercados no presionen al alza el coste de la deuda de financiación de educación y sanidad, por supuesto que las hay. ¿Tiene España que gastarse 1,9 puntos de su PIB al año en el ejército? pregunto. ¿Tiene España que seguir financiando las actividades de la Conferencia Episcopal?. Me pregunto por qué un profesional que gana 900.000 euros dirigiendo una gran empresa que está contratado como persona jurídica en una sociedad patrimonial tributa un 20% y se le bonifica todo y su secretario gana 30.000 al año y tributa un 37% porque está pagando el IRPF. A lo mejor estas cosas deberíamos replanteárnoslas. No acepto el debate de que no podemos pagárnoslo. No acepto porque me parece un cuento chino que se declare insostenible la sanidad pública con una renta media de 3.000 euros, que tenemos hoy, en plena crisis.

P.- ¿Cree que este año será el último de crisis?
R.- No, yo creo que el país tiene problemas muy serios y que vamos a tener desempleo alto y desarrollo económico lento durante mucho tiempo, porque hemos tomados decisiones desacertadas. Hemos colocado la actividad industrial en el 13-14% del PIB, cuando no debería estar por debajo del 25%. Tenemos una exposición a la construcción muy alta y tasas de jóvenes en ciclos formativos bajas. Nos recuperaremos con lentitud mientras no invirtamos en educación, formación de capital humano, innovación e investigación científica. Reducir eso no es mejorar la competitividad sino la pobreza. España necesita colocar la inversión en I+D+I al menos en un 2% sostenido durante una década.

P.- Si llegase a ser presidente del Gobierno, ¿podría aplicar su discurso al 100% o el desencanto y las imposiciones de otros poderes como la UE lo impedirían?
R.- Los países han perdido mucha de su soberanía; ya no tenemos soberanía monetaria y estamos sujetos a una globalización financiera, pero hay margen en un país para decidir la orientación presupuestaria y hacer sus prioridades, decidir su fiscalidad, donde se invierte más y menos.

 


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