Los
microgestos son iguales para todas las personas y
nos sirven para identificar los verdaderos sentimientos.
Seguramente este término lo estaremos asociando
a la serie de televisión 'Lie to me', en la
que el actor Tim Roth hace el papel de un profesional
en el mundo de leer los rostros de las personas. Con
esta habilidad ayuda a la policía a resolver
los casos y así saber quién miente y
quién no.
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Protagonistas
de la serie 'Lie to me'. |
Esta serie está basada en el trabajo del
psicólogo Paul Ekman con agencias de inteligencia
de Estados Unidos y como consejero del FBI y realiza
el mismo trabajo que Tim Roth, en la serie llamado
Lightman.
Este psicólogo realizó un estudio para
saber si los microgestos eran universales, con lo
que viajó por diferentes países de África,
donde estudió cinco años, Brasil o Chile,
entre otros.
Algunos antropólogos no creían sus
teorías, pero eso no le afectó mucho
ya que cien años antes que él Darwin,
en una obra suya hablaba de "la universalidad
de las expresiones humanas". Con esto llegó
a la conclusión de que las expresiones de "neutralidad,
enojo, disgusto, determinación, alegría
y tristeza" son universales para todo el mundo
y las aprendió a descifrar. Por ello se le
consideró más eficaz que el polígrafo,
ya que una persona entrenada en el arte de la mentira
sabe controlar su ansiedad, que es lo que detecta
el polígrafo.
Ekman transmite estas técnicas por un módico
precio de 35 mil dólares por cinco días
de sesiones y asegura que la precisión llega
al 95%. Da estas clases porque piensa que cualquiera
puede aprenderlas.
En nuestro rostro tenemos la acción de 43
músculos faciales con los que se pueden conseguir
unas 3.000 microexpresiones involuntarias y todas
tienen que ver con el estado de ánimo de la
persona. Con microexpresiones se refiere a los "gestos
involuntarios que duran centésimas de segundo”
y nos dicen el estado anímico que uno quiere
ocultar. Es allí donde está la mentira.
Uno de los gestos que estamos acostumbrados a ver
en las series de la televisión es cuando interrogan
a una persona y lo cuenta casi sin pestañear,
lo que significa que lo tiene aprendido y que está
deseando acabar con ello, por lo que no necesita hacer
memoria. Para comprobar si es una mentira, le dices
que dé la vuelta a la historia y si la modifica
en el trascurso del habla o se pierde es que está
mintiendo. También es muy frecuente cuando
una persona está hablando al público
y se encoge de hombros. Esto quiere decir que no se
cree lo que está contando.
En la parte de la cara, si las cejas están
oblicuas esto representa la tristeza de la persona
y es una de las emociones de los humanos que más
cuesta ocultar, según Ekman.
La risa forzada también se puede identificar,
ya que en ella se mueven menos músculos que
en una risa espontánea, en la que se incluyen
los músculos del contorno de los ojos.
Una persona puede decir hasta 18 mentiras por hora;
la psicóloga estadounidense Bella de Paulo,
de la universidad de California, llegó a la
conclusión tras muchas investigaciones de que
el 23% de las personas miente sobre un romance, el
21% sobre el dinero, otro 21% en los logros personales
o sentimientos y el 7% en su identidad.
En el mundo de la mentira se pueden dividir en:
- Mentiras comunes: las utiliza
el 75% en el ámbito de atrasos u olvidos.
- Mentiras serias: el 25% en el caso
de relaciones sentimentales secretas o en el consumo
de droga (engaños complejos).
-Mentiras autocentradas: son aquellas
en las que la persona quiere protegerse, por evitar
la vergüenza del acto.
- Mentiras piadosas: son unas de
las más recurridas, en las se protege a la
persona mentida (contarle a una mujer que le engaña
su marido).
Bella de Paulo llegó a la conclusión
mediante encuestas de que los hombres mienten más
que las mujeres, sobre todo a sus amigos, compañeros
y otros hombres; y con un porcentaje un poco más
bajo, del 58%, ellos mienten a sus mujeres para evitar
ser descubiertos. En las mujeres el 50% les mienten
siempre para protegerse de algo y el 35% miente a
sus amigas.
Un ejemplo en que los hombres mienten más
está muy claro en el caso de Bill Clinton cuando
le preguntaron si tenía una relación
con Mónica Lewinsky. Mientras él lo
negaba se tocó 26 veces la nariz, un gesto
que es "una forma muy disimulada de taparse la
boca".
Se aprende mucho de los gestos que realizan los niños
pequeños porque “no saben que tienen
que disimularlos”.
Antes hablamos del polígrafo, pero a este
instrumento siempre se le ha cuestionado su veracidad;
y ahora unos científicos de la Universidad
de Pensilvania han presentado otro aparato que se
espera que sea mejor que éste; se llama: 'No
mientas'. Se basa en unas áreas del cerebro
que se iluminan al mentir la persona que analiza.
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