Cristina
Sánchez Serna, actual maestra de Educación
Primaria de nuestro colegio, nació en Suances
y posteriormente se desplazó con su familia
a Puente Avíos, donde estudió en una
escuela del pueblo durante algunos años. Más
tarde, vino a Torrelavega y cursó el Bachillerato
en el instituto Marqués de Santillana. Estudió
Magisterio en la Universidad de Cantabria. Tras enseñar
en varios centros se incorporaría al equipo
de educadores de La Paz en 1994.
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Cristina
Sánchez., segunda por la izquierda. |
Pero tras la maestra se esconde
una parte de la historia del voleibol de Torrelavega,
que es tanto como decir del voleibol nacional. Jugadora
de la élite de la Liga y de la selección
española, Cristina formó parte de una
generación que llevó el nombre de la
ciudad por Europa y por el mundo tras una red. Ella
es parte de la leyenda.
Pregunta.-
¿Dónde estudió
la carrera de Magisterio y en qué rama se especializó?
Respuesta.- Cursé Magisterio
en Santander y me especialicé, primeramente,
en Filología y, más tarde, en Educación
Preescolar.
P.-
¿Por qué se aficionó
usted al deporte? ¿Qué emociones y sensaciones
le ha aportado desde que decidió comenzar a
competir?
R.- Desde siempre me ha gustado el
deporte, en general. De pequeña comencé
a jugar al voleibol con unas amigas y percibimos que
se nos daba bien, por lo que avanzamos en el aprendizaje
y la práctica del voleibol. El deporte es satisfactorio
en varios sentidos: te aporta la posibilidad de divertirte,
de disfrutar, de sentirte bien contigo mismo y, obviamente,
el hacer ejercicio es saludable, siempre que puedas
realizarlo si tus capacidades físicas te lo
permiten. Además, en mi caso, está la
competición, que siempre puede ser interesante,
en el sentido de que te da la oportunidad de conocer
nuevos sitios, nueva gente…
P.-¿Cómo
ha sido su experiencia como jugadora del equipo femenino
de voleibol español?
R.-Ha sido muy buena. Siempre existen
malos momentos o pueden existir aspectos negativos.
Por ejemplo, yo dentro del equipo no era de las más
altas y a veces esto me limitaba algunas posibilidades.
También las preselecciones que se llevan a
cabo cuando se hacen viajes de competición;
te pueden coger, o no, y si es la segunda opción,
puedes llevarte un disgusto pero, en general, mis
recuerdos son positivos y satisfactorios.
P.- Y, concretamente,
¿cómo fue su experiencia en Madrid?
R.-Me desplacé allí
porque me ofrecieron trabajo, me preguntaron si quería
formar parte de ese equipo, que era bastante bueno
a nivel deportivo. Luego, cuando llegué allí,
estaba muy ilusionada porque me hablaron positivamente,
tenía unas buenas vistas de futuro. Aunque,
después, te das cuenta de que no todo suena
así de bonito y me sentí ligeramente
engañada, porque me percaté de que no
era tan factible el llegar a conseguir un puesto importante
en ese mundo. Unos años después, cuando
regresé a Cantabria, trabajé tres años
en una ferretería. Era un oficio que no me
gustó (risas) y, por tanto, busqué opciones
de trabajo en la enseñanza.
P.- De todo el tiempo
que se ha dedicado a la competición de voleibol,
¿recuerda algún partido difícil
y complicado en especial?
R.-Concretamente, no sabría
decirte, pero sí que recuerdo algún
torneo de importante dificultad, como la Copa de la
Reina de Burgos. Si generalizamos, los partidos más
difíciles y que exigen mayor esfuerzo y concentración
son en los que ves que eres capaz de remontar y te
mantiene la situación en una constante tensión.
P.- Y, ¿qué
experiencia deportiva recuerda con más cariño?
R.-Tengo muy buenos recuerdos de
multitud de partidos; por ejemplo, los de la Copa
de Europa en que participé. En especial, me
acuerdo de un crucero que hicimos por el Mediterráneo.
Lo vivimos de manera especial, pues, aparte de disfrutar
de los partidos y de la competición, pudimos
visitar Grecia, Turquía, etc., es decir, pudimos
tener tiempo para conocer otras culturas, otra gente,
nuevos ambientes…
P.-¿Qué
tal era el nivel deportivo de los equipos en los que
jugó? ¿Recuerda alguna compañera
suya con especial habilidad para el voleibol?
R.-En general, el nivel era bueno.
Mismamente aquí, en Cantabria, ha habido bastantes
jugadoras buenas de voleibol. Como compañeras,
Teresa Hernando o Ana González; Elisa Alonso,
Marta Eguren, yo… Y no sólo de nuestra
categoría. Ha habido muy buenas jugadoras de
otras edades, como las Juveniles, las Cadetes…
P.-¿Cómo
ve la base del voley en Cantabria?
R.-Yo creo que hay bastante buen
nivel, a pesar de que es una comunidad pequeña.
Pero, aunque las bases de este deporte sean sólidas
aquí, existe el hándicap del dinero,
lo cual es muy triste, porque debido a la ausencia
de capital, a veces no se pueden aceptar ofertas que
hagan que los equipos progresen y puedan llegar cada
vez más arriba, dentro del ámbito deportivo,
lo que desemboca en que muchas jugadoras se queden
a medio camino y no puedan alcanzar la meta.
P.-¿Qué
le parece la experiencia de ser entrenadora, en vez
de jugadora? ¿Qué prefiere de entre
las dos opciones?
R.-Yo tengo un título de entrenadora
nacional de voleibol y lo he ejercido alguna vez y
realmente, me gusta. Pero desde hace ya un tiempo
he establecido unas prioridades en mi vida y por esto
no he aceptado puestos de trabajo como entrenadora.
Y, sin lugar a dudas, me decanto por el juego, y no
por la preparación, o el entrenamiento; me
ha gustado mucho más ser jugadora.
P.-¿Qué
cualidades cree que necesita todo deportista, todo
competidor?
R.-Lo primero, y, es muy importante,
hay que tener una gran capacidad de sacrificio, sobre
todo si llegas a niveles serios, en cuanto a la competición
se refiere. También es necesario tener una
buena organización, y, de igual manera, voluntad,
implicarse, tener pasión por el deporte que
se practique y, también es imprescindible disfrutarlo;
tiene que ser algo que te guste. Luego, dependiendo
del deporte, a veces son necesarias ciertas cualidades
físicas.
P.-¿Cuáles
son los aspectos positivos, aprovechables de la competición?
Y, ¿alguno negativo o algo que no favorezca
su buen funcionamiento?
R.-Cuando estás compitiendo,
no ves aspectos negativos; estás concentrado
en ganar y en triunfar y, sin duda, lo disfrutas.
Pero hay algunas circunstancias externas que influyen
en el desarrollo de la competición; por ejemplo,
las prioridades de cada persona, que en un momento
dado pueden llevarte a dejar de competir para centrarte
en tus intereses y obligaciones primeras. También,
otra causa que puede llevarte a no disfrutar de la
competición son las lesiones, que pueden desanimarte
mucho.
P.- A lo largo de
su vida, ¿qué le ha aportado más
satisfacción personal, la competición
deportiva o ejercer de maestra?
R.-Ambas me han aportado satisfacciones,
de distinta manera, pero sí que es cierto que
las dos han sido satisfactorias para mi crecimiento
como persona. Cada etapa ha aportado lo suyo. Es verdad
que el periodo en la enseñanza está
siendo más largo que el deportivo. Como maestra
estoy contenta porque, además, esta profesión
es vocacional, y, por tanto, la ejerzo porque me gusta,
porque la disfruto.
P.-¿Qué
cree que es preferible, tener el deporte como una
actividad de ocio o dedicarse profundamente a ello
como cualquier otra profesión asalariada?
R.-Siempre conviene si te dedicas
durante una temporada exclusivamente al deporte tener
una opción a incorporarse al trabajo, porque
en el día de mañana no sabes lo que
te puede tocar, y necesitas asegurarte una determinada
profesión por si las cosas se tuercen o, mismamente,
si decides dejar la competición. Además,
el pago que reciben numerosos deportistas es escaso,
a no ser que llegues a lo más alto, lo cual
es verdaderamente difícil. Aunque supongo que
desde entonces hasta ahora, la política deportiva
habrá cambiado.
P.-¿Cree
que el compañerismo es la base del éxito
de un deporte de equipo?
R.-Totalmente, sin lugar a dudas.
Si en un deporte de equipo hay mal ambiente, hay pocas
posibilidades de triunfar, porque en eso consisten
estos deportes, en cooperar los unos con los otros,
en ayudarse mutuamente; este mal ambiente se traduce
en jugar mal y tener problemas. Por eso, es muy importante
que los miembros del equipo estén unidos. Cuando
jugábamos mis compañeras y yo en la
División de Honor hacíamos una buena
piña, y esto lo hemos llevado adelante, pues
solemos quedar todas cada año un día
durante las vacaciones de Navidad. Es la reunión
de las "viejas glorias” (ríe).
P.- Aparte del voleibol,
¿le gustan otros deportes?
R.-El pádel. Es otro deporte
que me gusta practicar y actualmente compito en este
ámbito, aunque lo vivo de manera totalmente
diferente al voleibol. Me supone una actividad de
ocio en la que estoy más bien relajada y que
también disfruto, pues me lo paso estupendamente.
P.-Para finalizar,
¿cómo describiría su personalidad
en pocas palabras?
R.-Me considero una persona exigente,
activa, y buena amiga de mi gente, de mis amistades.
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