El 
                            mar Cantábrico, como ya os imagináis, 
                            no es el mejor sitio para practicar este deporte, 
                            ya que durante todo el año (sobre todo en invierno) 
                            la mar tiene unas características bastante 
                            extremas. Las temperaturas son bajas y el estado de 
                            la mar suele ser peligroso, incluyendo aquí 
                            las fuertes corrientes y el exceso de olas, pero aún 
                            así este deporte sigue siendo igual de apasionante. 
                          
                           Cantabria cuenta con algunos buenos 
                            puntos de inmersión, como pueden ser las bahías 
                            de San Vicente, Noja y Castro Urdiales; dentro de 
                            Santander la Isla de Mouro, Santa Marina, El Bocal, 
                            Cabo Mayor y pecios hundidos como Río Miera. 
                            También cabe destacar claramente la zona de 
                            Suances, con distintas zonas como pueden ser Punta 
                            Ballota, el Seno Ballota, Isla de los Conejos, Islas 
                            Pasiegas, Puerto Calderón e Isla Solita. 
                             
                            El buceo llegó a nuestras tierras gracias a 
                            una gran persona y los descendientes de ésta. 
                            Esta dinastía estaba formada por tres héroes: 
                            - Alonso González del Collado: Fue el primer 
                            miembro y creador de la dinastía de buzos. 
                            Nació en Llanes en 1876. Este hombre comenzó 
                            muy pronto a aficionarse por el buceo con escafandra 
                            marina. 
                            En el año 1900 estuvo trabajando en la construcción 
                            del puerto del Musel, en Gijón, donde destacó 
                            como un excelente profesional bajo el agua y un buen 
                            maniobrero en actividades marineras. Realizó 
                            numerosos puertos asturianos y legó la actividad 
                            del buceo a su hijo Enrique, el segundo de la dinastía. 
                            De él se conserva la escafandra Siebe-Gorman 
                            utilizada más tarde por su hijo Enrique y su 
                            nieto Alonso. 
                          - Enrique Gónzalez: Segundo 
                            de la dinastía e hijo de Alonso, proveniente 
                            también de Asturias, nacido en 1884. Fue declarado 
                            como mejor buzo del norte y más tarde sirvió 
                            como buzo de la Armada. 
                            Durante mucho tiempo se dedicó al saque de 
                            fortunas y chatarra de los pecios hundidos o de las 
                            profundidades cantábricas, cosa que era bastante 
                            económica debido a las malas condiciones meteorológicas 
                            de estas aguas. Entre sus obras destacan:  
                               ·La recuperación de las 
                            riquezas del Cabo de Palos hundido en el puerto de 
                            Áviles. 
                               ·Recuperación del 
                            correo Isla de Cuba, que naufragaba por la Punta Ballota, 
                            entre muchos más buques de esa zona. 
                               ·La búsqueda y recuperación 
                            de la carga de lingotes de bronce del buque Pedrosa, 
                            hundido a 32 metros de profundidad, arriesgando su 
                            vida ya que su fuente de aire era solo apta para una 
                            profundidad máxima de 20 metros. 
                             
                            Tras su última inmersión hizo lo mismo, 
                            prolongó dicha inmersión a 2.30 H, pudiendo 
                            así no hacer la parada de descompresión 
                            (parada que se realiza cuando tu cuerpo tiene demasiada 
                            presión), por lo que perdió la movilidad 
                            de casi todo el cuerpo y nada más llegar a 
                            Suances se quedó paralítico de cintura 
                            para abajo. 
                            En 1961 murió, con tal grado de parálisis 
                            que no podía llevarse la comida a la boca, 
                            dejando a su mujer una pensión de 3.500 pesetas 
                            mensuales, escaso premio para la familia de un hombre 
                            que trabajó durante toda una profesión, 
                            siendo uno de los mejores. 
                            Después de la muerte de Enrique decidió 
                            sucederle su hijo y seguir así la dinastía 
                            como el tercero. 
                           
                          - Alonso González Fernández, 
                            alias El Buzo: nació en la villa cántabra 
                            de Suances el 12 de abril de 1920. 
                            Comenzó a bucear a la temprana edad de los 
                            15 años, siguiendo las enseñanzas de 
                            su padre como tradición de otras muchas familias. 
                            Dentro de su cuadro de honor destacan los siguientes 
                            títulos: 
                                     ·Título 
                            concedido por la Armada española de Buzo Mayor 
                            del Cántabrico. 
                                   ·Especialidad 
                            de obras hidráulicas, así como de corte 
                            y soldadura           submarina. 
                                     ·Especialidad 
                            de explosivos submarinos. 
                                     ·Buceador 
                            de profundidades extremas. 
                                     ·Buceador 
                            instructor profesional. 
                                     ·Récord 
                            de haber bajado con la antigua escafandra marina 53 
                            mts. y           récord 
                            de haber descendido con el mismo equipamiento 80 mts. 
                            en plan           de 
                            observación. 
                                     ·Sacó 
                            del fondo del mar a más de 60 cadáveres. 
                             
                            Su equipo era un Siebe-Gorman heredado de su abuelo. 
                            El traje era de buzo de luna, la escafandra de cobre. 
                            La coraza y el casco pesaban juntos 32 kilos, las 
                            botas de plomo pesaban 16 kilos cada una, otro tanto 
                            pesaban los escapularios; en total unos 96 kilos que 
                            en el agua eran reducidos a 10. 
                             
                            Yo soy un buzo recreativo, es decir, buceo por descubrir 
                            cosas nuevas y por tener una afición. 
                            Mi primera vez buceando fue con 11 años en 
                            la isla canaria de Lanzarote; descendí alrededor 
                            de 14 metros junto a una persona especializada. Fue 
                            una experiencia increíble, y a partir de este 
                            momento empecé a apasionarme por el buceo. 
                             
                            Tres años después me saqué el 
                            título de submarinista recreativo. Desde ese 
                            momento llevo buceando y en realidad os lo aconsejo, 
                            es la mejor hazaña que vivo día a día. 
                             
                            Dicho título me lo saqué en una asociación 
                            de Suances llamada Buceo Galatea, en la que hay gente 
                            seria, segura y profesional. 
                             
                            Los buceadores que más me han aconsejado a 
                            la hora de bucear han sido Ángel Marqués, 
                            Toño y Álvaro, ya que bucean genial 
                            y tienen mucha dinámica debajo del agua. 
                             
                            La profundidad entre la que puedo bucear es entre 
                            más o menos los 20 mts, ya que hasta que mi 
                            cuerpo no se desarrolle del todo la presión 
                            puede afectarme. Y esa cosa es seria. 
                             
                            Los puntos más habituales entre los que buceo 
                            son Punta Ballota y la Isla de los Conejos. Puedes 
                            encontrar desde pequeños pulpos y bancos de 
                            cabras hasta congrios gigantes. 
                             
                            Como reflexión, opino que esta afición 
                            es muy rentable ya que es compartida entre mi familia. 
                            Lo practican mi padre y mi tío, y estamos encantados 
                            con todo. Y si por cualquier cosa os animáis, 
                            os aconsejo tener mucha prudencia y no llegar hasta 
                            el límite. 
                             
                            La regla principal del buceo es nunca mantener la 
                            respiración.  
                             
                            Día a día me tomo el submarinismo más 
                            en serio y, como decía Alonso González, 
                            "De las profundidades hice mi casa". 
                               
                            
                          
                          
                             
                               
                                    
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