Os
cuento cómo Elena, una famosa diseñadora
de ropa a la que parece que se la acabó la
inspiración, se presenta a un desfile de moda
navideño.

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Un estilo navideño para desfilar.
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Érase una vez en una
ciudad llamada New York en la que llegaba el día
del prestigioso desfile de moda navideño y
la diseñadora Elena Cabanzón, famosa
por sus extravagantes diseños que siempre triunfaban
en este evento, no sabía qué hacer,
estaba bloqueada.
Poco a poco el día llegaba.
Ella intentó todo: con flecos, volantes, rayas,
puntos, estampados de flores, de animales, pero no
dio resultado.
Se fue a su casa, que tenía
su toque personal; parecía que ya no quería
intentarlo más, la pobre se fue a la cama y
se durmió.
Al día siguiente les
comunicó a sus empleados que este año
no iban a participar en el desfile de Navidad. Con
mucha pena les dijo que este año el espíritu
navideño la había abandonado.
Se fue caminando, triste y
con la cabeza baja. Decidió atravesar el parque
que lleva hasta su casa. Necesitaba silencio. Pero
algo la hizo girar la cabeza, y vio un ser extraño
que no había visto nunca:
- Sí, soy un duende y me han enviado para que
te diga que tienes que sacar la Navidad de tu corazón,
que poco a poco se está acabando y tú
tienes que aportar tu granito de arena. Si no la Navidad
se acabará para ti y para todos los niños
del mundo, piensa en ello.-
Elena, caminando un poco pensativa,
veía a niños tristes sentados en los
bancos o chutando latas. Se fijó concretamente
en un niño, fue a ver lo que le pasaba, decía
que su padre lo había abandonado hacía
cuatro años.
- ¿Entonces has estado llorando cuatro años?
- No, es que me abandonó el día de la
Navidad y no pude disfrutar esos momentos de felicidad.-
Ella se lo llevó a su casa y le dio ropa, agua
y comida y un hogar.
Elena se dio cuenta de que el duende tenía
razón, que tenía que aportar el granito.
Enseguida llamó a sus amigas Marta, Lara, Belinda
y María y se pusieron en marcha en el estudio
y estuvieron toda la noche haciendo el vestido. Cuando
lo acabaron, María se lo probó y la
quedó espectacular.
Y al día siguiente desfiló. Y fue un
éxito, como siempre.

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