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Red-acción
II Época / Nº39
Abril
2010
OPINION / TRIBUNA LIBRE

Por una bahía libre de torres eólicas

Por Patricia Casanova Perales, alumna de 4ºB de ESO del colegio La Paz de Torrelavega.

Este tipo de energía, como su propio nombre indica, se basa en aprovechar la fuerza del viento para luego transformarla en energía que el hombre pueda utilizar para abastecerse de electricidad, fundamentalmente. Todo este proceso se lleva a cabo mediante unos aerogeneradores, unas máquinas que se instalan en las torres eólicas que están encargadas de la transformación energética.

Puesta de sol en la bahía santanderina.

La energía eólica es un tipo de energía verde, es decir, una energía limpia y renovable. Actualmente se está intentando potenciar su utilización ya que es una energía no contaminante, lo cual supone una verdadera ventaja. Sin embargo, este tipo de energía también tiene inconvenientes. Por ejemplo, puede suponer un importante impacto ambiental en la zona en la que se implante el parque eólico: estropea el paisaje y destruye el ecosistema de las aves, principalmente. La energía eólica también destaca por su intermitencia, es decir, como el viento no sopla siempre con la misma intensidad, los aerogeneradores no siempre tienen 'trabajo'.

Una vez que tenemos más claros algunos conceptos sobre la energía eólica, dispongámonos ahora a desarrollar el aspecto principal, relativo a este tipo de energía, en el que se va a centrar el trabajo. Pero, primero, hagamos un pequeño planteamiento: ¿alrededor de qué idea básica vamos a orientar el trabajo?, ¿a qué conclusión pretendemos llegar?

Pues bien, vamos a centrar nuestra atención en una cuestión planteada este pasado verano en el Gobierno de Cantabria. Se trata de una propuesta en la que se plantea la posibilidad de implantar un parque eólico compuesto por 249 aerogeneradores en la bahía de Santander.

A partir del recién citado planteamiento pretendo que podamos estructurar una idea según la información recogida y llegar a una conclusión final mediante la progresiva aportación de distintos puntos de vista y opiniones que aprueben o critiquen dicha proposición.

Simulación de una bahía con torres eólicas.

Por lo tanto, y en primer lugar, ¿qué aspectos podemos destacar del planteamiento propuesto por el Gobierno cántabro? Como acabamos de mencionar, se trata de la implantación de un parque eólico formado por 249 aerogeneradores en torno a la bahía santanderina. Ésta ha sido, entre otras, la primera idea que se ha propuesto y, desde luego, no ha sido bien recibida por los ciudadanos cántabros. ¿Qué ocurre? Pues, evidentemente, no es de agrado para la población cántabra, y en especial para la santanderina, que se plantee la posibilidad de estropear uno de los paisajes más bellos y con mayor atractivo de nuestra Comunidad Autónoma. Es verdad que contando con este parque eólico dispondríamos de una mayor cantidad de electricidad que podría cubrir las necesidades energéticas de gran parte de los hogares de Santander, así como de los de otras localidades cántabras. Sin embargo, el impacto ambiental que esta obra conllevaría es lo que hace que la población cántabra se preocupe.

La bahía de Santander comprende una diversa gama de elementos que conforman su paisaje: mar, playas, roca, bosques… Esto, naturalmente, supone que sea un paraje rico, limpio, completo y, a la vez, frágil. Esto quiere decir que el emplazamiento de un parque eólico en este ecosistema podría dañar su ambiente seriamente. Y no sólo por la presencia constante de esos gigantes con aspas que destrozarían el paisaje, sino por la posible reducción del turismo y por el descontento general de la población santanderina frente a esta importante obra.

Los gobernantes que estaban a favor de la propuesta han intentado, más o menos, mantener la idea y convencer a los opositores mediante el intento de encubrir algunos de los inconvenientes de la obra. Por ejemplo, han asegurado que desde gran parte de la ciudad de Santander no se tendría por qué llegar a ver las torres eólicas, cuando posteriormente se ha demostrado lo contrario, como era lógico de pensar.

También, a favor de este proyecto, la Universidad de Cantabria ha elaborado un informe científico que justifica la elección del emplazamiento de la obra. Según la opinión de algunos ciudadanos de nuestra región, este informe es incompleto y en él no se hace ninguna valoración a este paisaje tan frágil. De esto sacan la conclusión de que parece mentira que la bahía de la capital, que se promociona como una de las bahías más bellas del mundo, ahora se vaya a destruir el elemento básico que conforma su hermosura que es, sin duda, su paisaje.

Tras las quejas de los ciudadanos y, tras los inconvenientes impuestos por la oposición, se ha replanteado la propuesta debido a su poco éxito. De esto se encargó el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, quien pidió al Gobierno cántabro, en la persona del consejero de Industria, Juan José Sota, que se realice primeramente un estudio del impacto ambiental que la obra supondría y que se reconsidere la opción de implantar el parque eólico en otras zonas de la región igualmente aptas para dicha obra. En el informe en el que figuraba por primera vez la propuesta se había hecho mención a a otras zonas de Cantabria en las que se podría realizar la obra, y, sin embargo, apenas se habían tomado en serio, cuando alguna de estas zonas, como por ejemplo el área Sur de la Comunidad, Campoo, sería un lugar mucho más conveniente para la implantación de las torres eólicas.

Por tanto, podemos decir que esta propuesta, primeramente mal planteada, todavía no está del todo consolidada ya que sigue en proceso de zonificación. De lo que estamos casi seguros es de que, al final, va a ser difícil que la obra se realice en torno a la bahía de Santander dado que nosotros, los ciudadanos cántabros, estamos dispuestos a proteger nuestros más valiosos y prósperos entornos, no sólo por nosotros, sino por las generaciones futuras.

Y, por último, como conclusión final, me gustaría añadir que, observando los aspectos fundamentales del trabajo, deberíamos indicar que, aunque el defender nuestro patrimonio y el progresar económicamente pueda parecer que, en este caso, sean dos ideas inversamente relacionadas, realmente no es así. Por esta razón, no deberíamos basarnos en una de estas ideas para luego negar la otra. Considero que siempre es posible lograr un equilibrio.

Resumiendo, todos coincidimos en que prosperar económicamente es satisfactorio y beneficioso (como es este caso, en el que contaríamos con más energía, además, obtenida de forma no contaminante, y suponiendo un importante avance en las energías renovables), pero no por ello hemos de estropear lo que, en cierto modo, forma parte de nosotros, porque seguro que siempre se puede disponer de otras alternativas que sean más adecuadas y razonables y que se adapten mejor a nuestra voluntad y necesidades.


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