El pasado
verano la localidad de Liérganes inauguró
una escultura al Hombre Pez, personaje mitológico
de la zona. El autor de esta escultura es Javier Anievas
quien, además de artista, es profesor de Plástica
y Dibujo en el colegio La Salle de Santander, nuestro
profesor. Aprovechamos un momento de su tiempo libre
para hacerle esta entrevista en el aula de Plástica
del colegio.
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Javier
Anievas junto a la escultura del Hombre Pez. |
Pregunta.-
¿De dónde le
viene el gusto por la escultura?
Respuesta.- Mi padre trabajó
como profesor en el IES Santa Clara, pero además
es escultor. Desde pequeño le veía trabajar.
De esta época viene mi interés por la
escultura. La verdad, es que me parecía increíble
que de una masa de barro informe surgiese una figura.
P.- ¿Qué
tipo de trabajos y esculturas ha realizado antes de
esta última?
R.- Podríamos dividir los
trabajos en tres tipos. Las propuestas personales
mías en las que desarrollo una idea que anteriormente
me ronda la cabeza; los encargos hechos por particulares,
por ejemplo el premio para la ONG Mensajeros de la
Paz Madrid y, por último, obras públicas
como el monumento al Hombre Pez (Liérganes),
monumento a la Virgen de la Luz (Guía de Isora,
Tenerife), monumento a Alvarado (Secadura, Cantabria)
o la placa homenaje a Cagancho (Plaza de toros de
Ampuero).
P.-
¿Qué proyectos tiene para el futuro?
R.- Después del monumento
al Hombre Pez he tenido una época de poca actividad
en relación a la escultura, pero ahora estoy
planteándome realizar varios proyectos personales
en piedra.
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Jorge y Jaime durante la entrevista con Javier
Anievas. |
P.- ¿Cómo
compagina la educación con la escultura?
R.- Perfectamente, el día
puede dar para mucho. Además por las tardes
no hay clases.
P.- ¿Con
qué es más feliz, con la docencia o
con la escultura?
R.- Tengo la suerte de dedicarme
a dos profesiones que me encantan, disfruto con las
dos. Aunque es curioso que en una estás trabajando
rodeado de gente y en la otra totalmente solo pero,
como os decía, me llenan las dos.
P.- ¿Cómo
intenta transmitir el gusto por el arte, en este caso
por la escultura, a los alumnos?
R.- En cada asignatura de manera
diferente. En Dibujo Técnico, por ejemplo,
de vez en cuando explico la utilidad de un procedimiento,
no sólo para poder resolver un problema de
clase, sino relacionado con la vida real. Un ejemplo
de esto sería la relación de las proporciones
del cuerpo con el número áureo. De este
número saben mucho los alumnos de cuarto, ya
que les he aburrido mucho con él.
P.- ¿Qué
escultores le inspiran y que obras le gustan más?
R.- Me fijo sobre todo en los clásicos:
Miguel Ángel por su técnica e idealización
de la belleza; la técnica llevada al extremo
de Bernini, o la fuerza interior que transmiten las
obras de Rodin. Estos son algunos de los artistas
donde siempre encuentro respuestas, aunque hay muchos
más.
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Javier Anievas flanqueado por los reporteros
Jorge y Jaime. |
P.- ¿Qué
esculturas de las que hay en Santander le gustan más?
R.- Para mí, la mejor escultura
que hay en la ciudad es el monumento a Menéndez
Pelayo, en el patio de la Biblioteca Municipal, obra
de Benlliure. Otra de las mejores, en mi opinión,
sería la de José María de Pereda
o, mejor dicho, la dedicada a sus obras, en los jardines
de su mismo nombre, o la de Concha Espina cerca de
ésta.
P.- ¿Qué
intenta expresar con la escultura del Hombre Pez?
R.- Esta escultura fue un encargo,
por lo que no había mucho margen de maniobra
a la hora de transmitir una idea. Lo que sí
puedo decir es que la escultura es una mezcla del
ser mitológico y del personaje real que llegó
a ser conocido como el Hombre Pez de Liérganes,
Francisco de la Vega, nacido en el siglo XVII, personaje
afectado por varias enfermedades entre las que destacaba
la ictiosis, enfermedades que le proporcionaron el
aspecto que posteriormente le haría famoso.
P.- ¿Cuánto
tiempo le ha llevado hacer esta escultura?
R.- En un principio el encargo eran
dos esculturas. Una para el exterior y otra para el
interior del Centro de Interpretación del Hombre
Pez, al otro lado del río. En total he tardado
aproximadamente un año en realizar las dos,
aunque no ha sido un trabajo a plena dedicación
de ocho horas al día, cinco días a la
semana. Es difícil de concretar el tiempo que
he tardado. Lo que puedo decir es que para este trabajo
hacen falta buenas dosis de paciencia.
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Anievas culminando la escultura del Hombre Pez. |
P.- ¿Que
sentimientos encuentras en su profesión de
escultor?
R.- Creo que cualquier actividad
artística busca mirar hacia el interior, para
poder plasmar lo que has visto en un soporte, el cual
puede ser un libro, una partitura o un bloque de mármol.
Es como mirarse en un espejo e intentar transmitir
lo que ves. En definitiva es una forma de comunicación
más.
P.- ¿Le gustaría
ser popular por tus trabajos?
R.- Esta cuestión no me preocupa,
la verdad. Pero si es cierto que si tu nombre es conocido
tienes más posibilidad de trabajar y de vender
obra.
P.- ¿Qué
tiene en especial esta escultura en relación
a las anteriores?
R.- Esta escultura tiene que ver
con las anteriores en el sentido de que todo el aprendizaje
que has ido recopilando a medida que vas desarrollando
trabajos y resolviendo problemas técnicos,
queda reflejado en la última obra.
P.-
¿Cómo motivaría a los jóvenes
para que les guste la escultura?
R.- Yo animo a todo el mundo a que
intente desarrollar cualquier inquietud artística
que tenga, ya sea escultura, pintura, música,
etc. Aunque el camino del arte no es fácil,
creo que hay que apostar por lo que uno quiere.

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