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Red-acción
II Época / Nº36
Noviembre-Diciembre
2009
EL MUNDO / SABÍAS QUÉ ?

¿Qué es el miedo?

Por Álvaro Becerril, Guillermo García, Héctor Herrera y Enrique Corsini, alumnos del colegio Nuestra Señora de La Paz de Torrelavega.

Pero ¿qué es el miedo hoy? ¿cómo actúa en nuestra vida diaria como seres sociales y desde un punto de vista de la existencia y desarrollo individual?

Hombre atemorizado.

Tal y como nos ha mostrado la evolución histórica de lo que es el miedo y qué implica, hemos pasado de ser seres humanos que sienten miedo ante entes, procesos y conceptos simplemente considerados como desconocidos o desconocidos además de potencialmente dañinos, a ser seres humanos sociales con una apreciación impuesta del miedo. Esto es, el hombre de las cavernas sentía miedo como respuesta natural hacia un tigre amenazante o hacia un trueno, el hombre de hoy en día ha utilizado en sus sistemas de creación y control social el miedo, incorporando diferentes formas no inherentes al ser humano de miedo a diferentes subsistemas de control/modelado social, como el sistema educativo, penal, civil etc... El miedo es pues hoy en día algo en un tanto por ciento inherente y necesario al ser humano, pero en otro tanto por ciento más importante, un sistema de control, una barrera para hacer la vida más cómoda al hombre medio de hoy en día y contribuir al tan ansiado estado de bienestar.

Pero hablemos en concreto: el miedo hoy toma diferentes formas y, como podemos ver diariamente en los medios de comunicación, está al orden del día.
¿Y cuáles son los principales miedos de la gente hoy en día?
En primer lugar y viendo cómo se desarrollan los acontecimientos, los miedos han cambiado, el miedo del hombre moderno radica en temas recurrentes como la muerte, el desamparo o el dolor. A ello habría que sumarle los miedos típicos hacia lo desconocido, como todo lo relacionado con la existencia de vida tras la muerte, existencias de vida en otros planetas y demás, temas que casarían mejor con un folletín de asuntos paranormales que con un artículo serio como éste.

Por ello es esencial identificar de qué fuente provienen los miedos de los que antes hemos hablado: hablamos de fuentes como las nuevas enfermedades pandémicas, especialmente las de transmisión aérea que tan de moda están hoy en día como la gripe aviar o la porcina, u otras aún más serias como virus del ébola; hablamos asimismo del terrorismo, de las crisis económicas y lo que conllevan (paro, miseria y pobreza) y de las acciones personales de cada individuo tendentes a eliminar parte de nuestra libertad o dañarnos física o psicológicamente.

En definitiva el miedo nos permite día a día convivir con los peligros que nos rodean sin que nos sean finalmente dañinos, y eliminar toda su potencialidad, así como también en ocasiones limita nuestra perspectiva y modifica nuestra percepción de las cosas, pudiendo obstaculizar un desarrollo real de nuestra existencia.

A lo largo de la historia, el hombre ha estado condicionado por el miedo. Pueblos enteros han podido ser gobernados gracias al miedo durante épocas. Normalmente el ser humano teme lo que no conoce y esto ha servido de instrumento para mantener cierto orden en la tierra. Las religiones supieron aprovecharse de ello y exprimirlo para beneficio propio durante miles de años.

En general, las religiones son algo abstracto, es decir, no es tangible, sólo se basan en la fe sobre algo desconocido. Por ejemplo: la fe cristiana utilizaba la ira de Dios y el infierno. Si no cumplías con lo que Dios decía, ibas derecho al infierno donde te esperaba un insufrible dolor eterno. Esto ayudaba a mantener a raya al pueblo. Nadie conoce a Dios y nadie puede saber de qué es capaz si estás en contra de él, al igual que no sabes cuánto de dolor te espera llegado el momento de pagar. Pero había gente que sí lo sabía y que tenía la palabra de Dios en su boca. La gente no peca, se porta bien, trabajan, comen, cagan, duermen y todo está bajo control.

Todas las religiones monoteístas acostumbran a inculcar la cultura del miedo desde la mas tierna infancia y así saber qué es lo que está "bien" y lo que está "mal". Lo que está mal acarrea dolor y castigo de un ser superior al que nunca has visto y que nadie puede demostrar que existe, pero ¿por qué no va a existir? ¿Y si existe? ¿Estoy dispuesto a correr ese riego? Todo está bajo control.

A lo largo de los años, el miedo a la ira de Dios ha ido perdiendo importancia. La gente se culturiza y se va dando cuenta de las cosas y utilizando la razón, y no la fe ciega. Pero siempre queda la espinita clavada. Demasiadas generaciones de miedo, y seguimos sin saber si hay un ser superior o no, así que mejor no arriesgarse.

Hoy en día la influencia del miedo inculcado en épocas anteriores ha ido disminuyendo, ya sea por descubrimientos científicos que dan a conocer lo desconocido o porque la gente se va insensibilizando. Pero aún con la cantidad de incógnitas desveladas por la ciencia, el pecado sigue ahí.

Desde un punto de vista más científico, el miedo puede traducirse como incertidumbre, inseguridad, tensión, estrés… El cuerpo es capaz de prepararse física y mentalmente para combatir este fenómeno. De esto se encarga el sistema nervioso autónomo y endocrino, que segrega sustancias y hormonas, como la catecolamina o la adrenalina; sustancias que afectan a todos los órganos del cuerpo, de forma que el corazón late con más fuerza, la sangre llega con más abundancia a todo el cuerpo, los sentidos se agudizan, la transpiración aumenta y los pulmones se dilatan. Todo para que el cuerpo se prepare para entrar en acción.

A pesar de esto, hay varias maneras de reacción frente al miedo, como el ataque, la huida, el hecho de quedarse paralizado, o la sumisión.

El ser humano siente miedo cuando se enfrenta a algo nuevo o desconocido, al dolor o a la pérdida de algo preciado. Hay otro tipo de miedos, como las fobias, que son trastornos emocionales por los cuales se siente un pánico desproporcionado hacia cosas concretas como a las arañas, los lugares cerrados o incluso el miedo a hablar, conocido como lalofobia.
La mayoría de personas que padecen fobias saben que su miedo es irracional e injustificado, aunque el saberlo no implica que no sigan sintiendo el estímulo emocional ante las causa de su fobia.

Pero las fobias tienen tratamientos mediante los cuales una persona se puede curar de su fobia. Y si una persona puede dejar de sentir miedo hacia una fobia, ¿se podrán curar otros tipos de miedos más comunes en un futuro? ¿Podrá el hombre reaccionar con normalidad ante una situación en la que sienta miedo? Pero, ¿y si el miedo es beneficioso?

Cuando una persona siente miedo puede llegar a límites insospechados. Por ejemplo, un deportista cuando tiene miedo a perder un gran premio, el título del mundo, a que le quiten un record, o a hacer el ridículo, se esfuerza al límite y consigue su objetivo.

 


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Miedo
El miedo constituye un mecanismo de supervivencia y de defensa, surgido para permitir al individuo responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia
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