Eva
María Menéndez Suárez es una
de las cuatro profesoras que actualmente imparte enseñanza
en el Aula Hospitalaria del Hospital Universitario
Marqués de Valdecilla de Santander.
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Aula Hospitalaria
de Valdecilla. |
Eva María Suárez tiene 37 años,
es profesora de pedagogía Terapéutica
y licenciada en Psicopedagogía. Ingresó
en el cuerpo de maestros en 1993 como interina y actualmente
desarrolla una comisión de servicios en dicha
aula. La entrevista duró una hora, con intimidad,
sin interrupciones de terceras personas y se llevó
a cabo de forma fluida y relajada. Fue por la mañana
en un día de entre semana ordinario.
La entrevista ha sido realizada estando presentes
los dos participantes y preguntando el entrevistador,
quien tomó nota de todo en un papel, y respondiendo
la entrevistada de manera libre y natural. Trato de
usted por el respeto que me ofrece. Hubo una citación
previa con la entrevistada. El idioma es el español,
lengua materna de ambos.
Pregunta.- ¿Ha sido una estudiante
constante desde niña?
Respuesta.- Siempre he sido más
constante que inteligente a la hora de estudiar.
P.- ¿Desde cuándo
tuvo claro el futuro que quería para usted?
R.- Tuve claro mi futuro desde siempre.
Cuando era pequeña mis profesores siempre decían
que era "la defensora de las causas injustas".
P.- ¿Por qué al final
se decantó por la rama de la enseñanza
de Educación Especial?
R.- Me decanté por esta rama
porque me gustaba el Magisterio, pero los niños
normales me parecía un trabajo fácil;
entonces el año que comencé pusieron
por primera vez Educación Especial como especialidad
en Magisterio, en Oviedo, fue una oportunidad que
no dudé en aprovechar.
P.- ¿Cómo afrontaba
día a día la dureza de ver a niños
con estas discapacidades?
R.- No me parece duro porque intentas
ver las cosas positivas, te fijas más en las
cosas que puedes hacer con ellos que en las que no.
Me parece más duro trabajar con 25 niños
de dos años porque en una clase de Infantil
son más niños, menos independientes...
y en un aula de Educación Especial el número
de alumnos es más reducido y no hay tanto mimetismo
de conductas negativas de unos a otros porque no poseen
esa capacidad.
P.- ¿Cuál es el caso
que más le ha llamado la atención durante
su período de profesora en escuelas de Educación
Especial?
R.- El caso que más me marcó
fue el de un niño de 15 años con inteligencia
rozando los límites de la normalidad, pero
con psicosis agresivas. Cuando emocionalmente estaba
estable era un niño normal, incluso podía
socializarse en cualquier instituto, pero cuando padecía
brotes psicóticos su conducta era disruptiva
consigo mismo y con las personas de su entorno.
P.- Se sentirá impotente
al ver las grandes barreras que se les pone a estas
personas. ¿Qué opina sobre esta situación?
R.- Se solucionarían todos
estos problemas si por un día todas las personas
experimentáramos esa sensación de discapacidad
(ponernos en el lugar del otro, empatizar). Por ejemplo,
practicar ser una persona que no puede ver. Dentro
de la misma clase mandar hacer desplazamientos habituales
a niños con visión normal con los ojos
tapados para que interioricen la sensación
de tener una discapacidad y así comprender
al otro ayudándole con las llamadas "barreras".
P.- ¿Cuál es su mayor
recompensa a su duro trabajo?
R.- Mi mayor recompensa es la sonrisa
de los niños. Con estos niños no hay
evoluciones muy notorias, incluso retrocesos a pasos
agigantados. Entonces, la recompensa nunca es inmediata
sino a largo plazo y siempre mínimamente se
produce un avance que para mí supone el mayor
de los logros.
P.- ¿Desde cuándo
trabaja en el Aula Hospitalaria de Valdecilla?
R.- Trabajo desde el presente curso.
Elegí esta opción porque me supone un
reto personal. El centro ordinario no me llama la
atención, a mí me gustan los retos complicados
y el superarlos me hace sentirme plena como persona,
cumpliendo mis expectativas.
P.- Al trabajar en un hospital
con niños enfermos habrá presenciado
situaciones muy tristes y difíciles de borrar
de su memoria. ¿Cuál ha sido el caso
que más le marcó?
R.- Lo que más te marca siempre
es la muerte de un alumno al que estás atendiendo
y ves todo el proceso, creando lazos emocionales muy
estrechos, no sólo con él sino también
con su familia. No puedo paralizarme ante estas situaciones
porque aún me esperan muchos niños enfermos
que también requieren mi ayuda. Llega un momento
que la pura dureza te obliga a crear una coraza en
tu corazón que impide que las lágrimas
corran por tu interior.
P.- Supongo que le resultará
complicado no llevarse a casa los niños con
los que comparte su evolución, unas veces satisfactoria;
otras, no. ¿Cómo consigue separar su
vida privada de su vida profesional?
R.- No siempre lo consigo, pero lo
intento cada día porque es la única
forma de mantenerse sano emocionalmente. Si yo no
soy capaz de controlar mis emociones no puedo transmitir
confianza y tranquilidad a los pacientes, que es lo
que necesitan.
P.- Podría definir qué
es "la fuerza de superación" para
estos niños.
R.- Una lección básica
en la vida porque saber afrontar con una sonrisa en
la boca y de forma positiva lo que te toca vivir,
ya sea una enfermedad ya sea una discapacidad, es
un paso muy acertado para la curación. Los
niños tienen más capacidad de aceptación
que un adulto. Es sorprendente la entereza que nos
muestran.
P.- ¿Cuál es su mayor
reto en estos momentos?
R.- Mi mayor reto es levantarme por
las mañanas de forma positiva, ayudando a los
demás e irme a la cama con la conciencia tranquila
y sintiéndoma orgullosa de saber que he aportado
mi granito de arena en la vida de otra persona.
P.- ¿Hay mucha diferencia
a la hora de trabajar en el Aula Hospitalaria con
respecto a un centro normal?
R.- (el gesto de su cara es bastante
significativo). Muchísima, desde el nivel legislativo
al organizativo. El trato con los niños es
mucho más individualizado y familiar y en el
Aula Hospitalaria siempre estás haciendo adaptaciones
curriculares, unas veces temporales y otras permanentes,
pero siempre te adaptas a las necesidades educativas
de los niños.
P.- ¿Volvería usted
a un aula convencional o le gustaría jubilarse
en este aula?
R.- A un centro convencional no,
estoy muy a gusto en el Hospital, pero es un trabajo
que psicológicamente desgasta mucho (muestra
tristeza).
P.- Muchas gracias por su colaboración
y su amabilidad a la hora de atenderme ya que ha sido
una entrevista muy distendida, cosa que se agradece.
Nos ha permitido conocer su labor en profundidad que
es algo diferente de mis ideas previas.
OPINIÓN PERSONAL
La persona escogida para la realización de
esta entrevista no ha sido al azar, sino de forma
pensada con detenimiento y claridad porque yo quiero
labrarme un futuro en el campo de la enseñanza
con niños con alguna discapacidad psíquica
o física y esta entrevista ha supuesto una
gran oportunidad para conocer más de cerca
el trabajo de estas personas y así percatarme,
apoyando mis ideas, de que después de esta
práctica mi objetivo sobre el futuro está
aún más afianzado y seguro.
LO MÁS DESTACABLE
"Saber improvisar con niños deficientes
es una arma básica en este trabajo"
"Los niños huelen y perciben con mucha
facilidad el miedo del adulto"
"Disfruta el hoy y ahora y no pienses ni en
el futuro ni en el pasado"
"Si lloras por no ver el sol nunca podrás
ver las estrellas"
"Si continuamente me quejo por todo, nunca disfruto
de lo que tengo a mi alrededor"

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