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Red-acción
II Época / Nº33
Mayo
2009
OPINION / TRIBUNA LIBRE

Qué pienso de los franceses

Por Pablo Merino Galván, alumno de 3º de ESO del IES Ricardo Bernardo de Solares.

Francia es uno de nuestros países vecinos, pero ¿qué sabemos de sus habitantes?, ¿qué pensamos de sus ciudadanos? Un repaso por los grandes logros de los franceses en diferentes ámbitos de la vida, la ciencia, la literatura, el arte o la gastronomía. ¿Por qué si no se les visita tanto? Este trabajo iba a formar parte del periódico 'Red-acción Europa' pero por falta de espacio no pudo ser incluido.

Bandera de Francia.

En Francia predomina mucho el turismo, llegando a ser la fuente primordial de la economía francesa. Es el país con más visitantes del mundo, aproximadamente ochenta millones de todo el mundo. Sus turistas provienen principalmente de América del Norte, China, Japón y otros países de Europa.

Su gastronomía es muy conocida. Se caracteriza por su variedad, fruto de la diversidad francesa, tanto cultural como de materias primas, pero también por su refinamiento, y está considerada como una de las principales del mundo. Su influencia se deja sentir en casi todas las cocinas del mundo occidental que han ido incorporando a sus bases conocimientos técnicos de la cocina francesa y a través del renombre internacional de sus principales chefs.

También es muy representativa su cultura. En Francia han nacido grandes inventores como los Hermanos Montgolfier (inventores del globo aerostático) Joseph-Nicéphore Niépce (químico, litógrafo y científico aficionado que inventó, junto a su hermano, un motor para barcos y, junto a Daguerre, la fotografía), Clément Ader (inventor del avión, un micrófono y los primeros perfeccionamientos del teléfono), los hermanos Lumière (inventores del proyector cinematográfico), René Théophile Hyacinthe Laënnec (inventor del estetoscopio) o Louis Pasteur (la técnica conocida como pasteurización) entre otros cuyos aportes a la ciencia han sido decisivos en la historia de la humanidad.

Su literatura también merece ser destacada, ya que es el país con más Premios Nobel de Literatura. Tanto los ciudadanos franceses, como los francógrafos de otros países (como el belga Maurice Maeterlinck, el senegalés Léopold Sédar Senghor o el luxemburgués Daniel Herrendorf) componen lo que se denomina como literatura francesa, que ha marcado la literatura de importantes autores, países y lenguas. Tal es el caso del cubano Alejo Carpentier o del denominado Boom latinoamericano.

Las Bellas Artes en Francia son también algo destacable. Las primeras manifestaciones provienen del arte prehistórico, en estilo franco-cantábrico. La época carolingia marca el nacimiento de una escuela de iluminadores que se prolongará a lo largo de toda la Edad Media, culminando en las ilustraciones del libro de ‘Las muy ricas horas del duque de Berry’. Los pintores clásicos del siglo XVII francés son Poussin y Lorrain. En el siglo XVIII predomina el rococó, con Watteau, Boucher y Fragonard. A finales de siglo comienza el clasicismo de un Jacques-Louis David. El romanticismo está dominado por las figuras de Géricault y Delacroix. El paisaje realista de la Escuela de Barbizon tiene su continuación en artistas de un realismo más testimonial sobre la realidad social de su tiempo, como Millet y Courbet. A finales del siglo XIX París, convertida en centro de la pintura, ve nacer el Impresionismo, precedido por la obra de Édouard Manet. A estos siguen Toulouse-Lautrec, Gauguin y Cézanne. Ya en el siglo XX, surgen los fauvistas en torno a Matisse y el cubismo de la mano de George Braque y el español Picasso que trabaja en París. Otros movimientos artísticos se van sucediendo en el París de entreguerras, decayendo como centro pictórico mundial después de la Segunda Guerra Mundial.

En Francia la escultura ha evolucionado desde antiguo por diversos estilos, sobresaliendo en todos ellos: prehistórico, romano, cristiano, románico, gótico, renacentista, barroco y rococó, neoclásico (Frédéric Auguste Bartholdi: Estatua de la Libertad), romántico (Auguste Rodin: El pensador), y los contemporáneos.

En lo que se refiere a arquitectura francesa, los celtas dejaron su huella también en la erección de grandes monolitos o megalitos, y la presencia griega desde el siglo VI a. C. se recuerda hoy en la herencia clásica de Massalia (Marsella). El estilo romano tiene ejemplos en la Maison Carrée, templo romano edificado entre 138-161 a. C., o en el Pont du Gard, construido entre los años 40 y 60 d. C., en Nimes y declarado patrimonio universal en 1985. En Francia se inventó el estilo gótico, plasmado en catedrales como las de Chartes, Amiens, Notre Dame o Estrasburgo. El renacimiento surgido en Italia tiene su estilo arquitectónico representado magistralmente en el Castillo de Blois o en el Palacio de Fontainebleau entre otros. El arte barroco (también de origen italiano), y el rococó (invención francesa) tienen obras extraordinarias en Francia. Tal es el caso del Palacio del Louvre y el Panteón de París entre tantos otros. El modernismo o arte moderno en arquitectura abarca todo el siglo XIX y la mitad del XX, y en él Gustave Eiffel revolucionó la teoría y práctica arquitectónica de su tiempo en la construcción de gigantescos puentes y en el empleo de materiales como el acero. Su obra más famosa es la llamada Torre Eiffel. Otro grande de la arquitectura universal es Le Corbusier, un innovador y funcionalista celebrado especialmente por sus aportes urbanísticos en las edificaciones de viviendas y conjuntos habitacionales.
La historia de la música francesa también es algo que no debe pasar desapercibido. En la música francesa desde antes del año 1000 se destaca el canto gregoriano empleado en las liturgias. En Francia se creó la polifonía. En la denominada Ars Antigua se le atribuye a Carlomagno el Scholae Cantorum (783). Los Juramentos de Estrasburgo es la obra lírica francesa más importante de la Edad Media, periodo en el que se desarrollan los cantares de gesta como El Cantar de Roldán. Francia fue la cuna de los trovadores en el siglo XII, así como del Ars Nova dos siglos más tarde. Durante el romanticismo, París se convierte en el centro musical del mundo y en la actualidad Francia mantiene un lugar privilegiado en la creación musical gracias a nuevas generaciones de compositores. Dentro de los exponentes de la música popular francesa se encuentran figuras como Edith Piaf, Dalida, Charles Aznavour y Gilbert Becaud.

Mi opinión sobre los franceses es que gracias a ellos el mundo entero ha podido disfrutar de muchos avances de todo tipo. Su literatura es bastante buena, así como su gastronomía conocida en el mundo. Muchos científicos franceses han descubierto grandes cosas muy importantes en nuestra vida cotidiana. Gracias a ellos hay grandes avances arquitectónicos así como culturales. En conclusión, si no fuera por los franceses hubieran cambiado muchas cosas en el mundo.


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