En los años 80 los jóvenes realizaban el servicio militar obligatorio. Nuestro entrevistado se alistó voluntariamente y participó en la recuperación de la isla Perejil en posesión de Marruecos.

Pregunta.- ¿Por qué decidiste ir a la mili?
Respuesta.- Fui a la mili voluntariamente con los dieciocho años recién cumplidos. Tenía muchas ganas de vivir aventuras y crecer económicamente.

P.- ¿A dónde fuiste y cómo?
R.- Fui a Málaga en tren pagado por el ejército a recibir la instrucción y realizar las prácticas. Luego me fui a la Plaza Mayor de Mando (Melilla) donde me nombraron Caballero Legionario y me destinaron a vigilar la frontera entre Melilla y Marruecos.

P.- ¿Cómo te fue en la mili?
R.- Fue muy duro. La legión en la que estuve era la más dura de España: La 1ª Legión.

P.- Entonces, ¿te resultó duro acostumbrarte?
R.- Sí, también fue duro, demasiado, tanto que en los primeros veinte minutos me dieron veintiocho golpes.

P.- Explícame eso.
R.- Si hacíamos la instrucción mal –y la hacíamos- nos daban un puñetazo en el pecho e incluso a veces con un cinturón.

Soldados en la isla Perejil.

P.- ¿Hiciste muchos amigos?
R.- Sí, muchos. Casi todos eran de otro país o de otra comunidad. Había dos que eran de Irak y de Irán.

P.- ¿Nos podías contar alguna anécdota de tu paso por la Legión?
R.- Me acuerdo de una vez que estábamos en un campamento en Soto Mayor (Almería), para unas maniobras, cuando de repente al coger mi bota y sacudirla cayó un alacrán. Menos mal que esto de sacudir la bota antes de ponerla es obligatorio, que si no ...
También me acuerdo de un chico que era asturiano al que apodaban 'seis mil', y creo que era porque se sabía muchísimos chistes, y el caso es que contaba y contaba y no le oías repetir ninguno.

P.- Cuéntanos tu experiencia en la isla Perejil.
R.- Fue tremendamente dura, pero también gratificante. Me quedé muy sorprendido de lo que el ejército fue capaz de hacer. Trabajamos al límite de nuestras fuerzas en unas condiciones muy duras. Me impactó todo lo que vi, cómo vivía la gente, la pobreza, la miseria, cómo se adaptaban a todas esas situaciones tan terribles. Los jóvenes de hoy no os podéis hacer una idea. El ejército hace una gran labor que sólo conocen los que están dentro.

P.- ¿Qué opinas de los antimilitaristas?
R.- Bueno, creo que son jóvenes idealistas. Sería una utopía un mundo sin fronteras y sin armas, sin ejército... pero la realidad es que es necesario y la mejor ONG la conforman militares bien adiestrados trabajando en equipo. No tengo la menor duda.

P.- Hoy, ¿te volverías a alistar en el ejército?
R.- No, hoy ya soy mayor, tengo un trabajo que me gusta y otras prioridades.

Más información sobre la isla Perejil:
http://www.aguaron.net/perejil/2.htm