La Agrupación de Telespectadores y Radioyentes
denuncia una media de 7,5 incumplimientos diarios
de las seis cadenas nacionales en horario de protección
infantil.
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Un niño
viendo la televisión. |
Trescientos cincuenta mil menores ven solos la televisión
por las tardes. Son los llamados 'niños de
la llave', aquellos que abren la puerta de su casa
y se toman el 'bocata' frente a la tele, a la espera
de que sus padres lleguen del trabajo. En ese tiempo
-de cinco a ocho de la tarde- que coincide con el
horario de protección reforzada para la infancia,
se enfrentan 7,5 incumplimientos por día del
Código de Autorregulación firmado por
las televisiones y el Gobierno hace cuatro años,
un documento que trata de evitar que los chicos vean
contenidos inadecuados en la pequeña pantalla.
La televisión se convierte para muchos chavales
en la entretenedora de horarios muertos, un tiempo
en que los chicos están a su suerte, víctimas
quizá de horarios laborales que poco hacen
a favor de la pregonada conciliación. En ese
tiempo, la media de los 7,5 incumplimientos diarios
en las seis cadenas nacionales representa el segundo
peor dato desde que la ATR realiza estos estudios
ya que en el anterior se detectaron 6,85 incumplimientos.
El mayor número de vulneraciones se produce,
por este orden, en contenidos de violencia, de lenguaje
inadecuado, sexo y la promoción de programas
calificados para mayores de edad. Sin embargo, han
bajado los de incitación al consumo de tabaco
o alcohol, discriminación, intolerancia, secuencias
crudas o brutales, temática conflictiva y ausencia
de señalización. "Seguimos insistiendo
en lo mismo. Nada ha variado. Se emiten programas
donde la gente se insulta o se pega", señala
el presidente de la ATR, Vicente Sánchez de
León. La Sexta (13,78) y Antena 3 (13,14) son
las cadenas que suman los mayores incumplimientos,
en sintonía con los anteriores estudios. Por
su parte, las cadenas públicas han bajado el
tono de forma considerable, con 3,6 diarios en La
1 y 3,07 en La 2 al día. Cuatro suma 6,9 y
Telecinco 9,8. En conclusión, el informe vuelve
a hacer suya la afirmación del Observatorio
Televisivo y mantiene que determinados programas infringen
el código "como consecuencia directa de
los fundamentos mismos de su formato: magazines sensacionalistas,
muy agresivos en el tratamiento de la vida privada
de las personas". Y aunque alguna cadena, como
Telecinco, ha rebajado los contenidos de revistas
rosa, "el ambiente sigue siendo similar".
MERCEDES RODRÍGUEZ / COLPISA
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