El
escritor José María Merino visitó
el IES Valle de Camargo para celebrar con los alumnos
una nueva cita con el programa ¿Por qué
leer a los clásicos? El autor propuso a los
estudiantes la lectura de la obra de Clarín
'Doña Berta'. Pero antes de su llegada al instituto,
realizaron una entrevista virtual con el autor de
'Cuentos de los días raros'.
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Merino flanqueado
por los profesores Miguel Madruga y Elvira Brualla. |
Pregunta.-¿Quién es
José María Merino? Defínase como
escritor.
Respuesta.-Creo que soy escritor
porque, desde que era muy niño, fui un lector
entusiasta, y descubrí en los libros un mundo
paralelo. Como escritor, creo que intento seguir ayudando
a que ese mundo no se desmorone.
P.- Ha publicado hasta ahora mucho
y muy variado... ¿Cómo fueron sus inicios?
R.-
A mi se me daban muy bien las redacciones escolares.
Escribí poemas y relatos antes incluso de pensar
en publicarlos. Publicar mi primer libro, uno de versos,
me costó mucho. Con mi primera novela tuve
la suerte de ganar un premio literariamente respetable.
Yo creo que los inicios de casi todos los escritores,
ver sus textos publicados, son difíciles. Pero
el primero que tiene que creer en su obra es el propio
escritor, y no desalentarse. Esta es una carrera de
fondo, y requiere esfuerzo y constancia, como todos
los proyectos difíciles.
P.- ¿Qué género
le interesa más y por qué?
R.-
A mí me interesan todos los géneros,
la poesía, el ensayo –me gusta leer sobre
ciencia, antropología, psicología- y
la narrativa, sea novela o cuento literario. El cuento,
el bueno, claro, me gusta mucho por su concisión,
por su carencia de elementos superfluos. No hay cosa
que más me aburra que el narrador prolijo,
ese que te lo cuenta todo, todo. El cuento aborrece
la prolijidad.
P.- ¿Qué le aporta
la lectura? ¿Y la escritura?
R.-
La lectura ha sido mi verdadera escuela de conocimiento
del mundo, de los comportamientos, de las pasiones,
incluso de algunas ciudades y territorios. La escritura
es mi manera profunda de expresarme. No sabría
vivir sin escribir, aunque también me gusten
otras cosas.
P.- ¿Cómo ve al lector
desde la posición del creador literario?
R.- Es
una pregunta con muchas respuestas posibles. Si se
refiere a mi posible lector, yo nunca pienso en él,
escribo lo que me apetece y lo que me gusta. Si se
refiere a los lectores literarios en los tiempos que
corren, creo que son muchísimos más
numerosos que cuando yo era joven, por ejemplo, pero
que no están tan bien formados, aunque nosotros
éramos autodidactas.
P.- ¿Qué le ofrece
el contacto con los lectores?
R.-
En general no me resulta muy enriquecedor. Creo que
el lector recrea la obra escrita desde su personal
perspectiva, que tal vez no coincide con la mía.
Si contacto con los lectores, sobre todo con lo jóvenes,
es para animarles a la lectura, para intentar convencerles
de que en ella hay tesoros que es una pena que no
se animen a descubrir, para colaborar en su proceso
formativo.
P.- Lo último que ha publicado,
Cuentos del libro de la noche, es una colección
de microrelatos, ilustrados por usted mismo ... ¿Cómo
nacieron los cuentos y las ilustraciones?
R.-
Ya lo explico en el propio libro: la escritura de
ese libro tiene mucho que ver con la noche y la duermevela,
y en los dibujos he recuperado una afición
de cuando era joven.
P.- A nuestro juicio, es un compendio
de relatos de misterio, con un cierto humor negro,
bastante ironía, reflexiones sobre el paso
del tiempo y la muerte ¿Qué podemos
salvar del mundo que nos rodea?
R.-
Es un juicio interesante, aunque tal vez se podría
añadir que también incluye algunos homenajes
a la literatura universal. En cuanto a la pregunta,
hay muchas cosas buenas que podemos salvar, pero lo
primero que necesitamos es recordarlas, ser conscientes
de ellas, valorarlas. Lo malo es que nuestra cultura
está entregada a una amnesia terrible, a demasiada
imaginería virtual, y yo temo que los jóvenes,
que son el siguiente paso histórico, no se
enteren de todo lo que pueden perder. Y lo acaben
perdiendo, claro. Todas las conquistas humanas son
resultado de muchas tensiones, de mucho esfuerzo.
Si el esfuerzo decae, lo conquistado puede perderse.
P.- Hemos recogido un artículo
suyo sobre 'El arte de leer' (El País, 2003).
¿Está de acuerdo con quienes afirman
que se poco y mal? ¿Es posible recuperar el
arte de la lectura en la juventud, si se ha perdido?
R.-
Yo creo que la sociedad española es poco lectora,
y de una sociedad de ese tipo no se pueden pedir milagros
lectores. En mi época, lo que leíamos
lo hacíamos a contrapelo, incluso frente a
la desconfianza del sistema educativo. Los lectores
éramos una especie de rebeldes. Creo que ahora,
que hay tantos medios y la lectura ya no es sospechosa,
falta darle a la literatura el espacio que verdaderamente
merece y le corresponde en el campo educativo. Se
lee poco, mal, y además no se afronta la necesaria
la reforma de estructura del sistema.
P.- ¿Cuál es su clásico
favorito? ¿Cuál nos recomendaría?
Y, en concreto, de estos programas del Ministerio
de Cultura, ¿qué opina?
R.- Ya
he dicho otras veces que los libros se me presentan
en bandadas, no puedo elegir solo uno. Puestos a citar
desde los primeros que leí, recordaría
por lo menos La isla del tesoro de R.L. Stevenson;
Tom Sawyer, de Mark Twain; Los cuentos de
Edgar Allan Poe, los cuentos de Lovecraft, los cuentos
de Chéjov, El rojo y el negro, de
Stendhal; El Quijote y Las Novelas ejemplares,
de Cervantes; los cuentos de Isaac Dinesen, los cuentos
de Clarín; David Copperfield, de Dickens;
Fortunata y Jacinta, de Galdós; Felicidad
Conyugal, de Tolstoi; La montaña mágica,
de Thomas Mann, … y mientras hago esta relación
me siento muy a disgusto, porque me gustaría
citar muchas otros libros imprescindibles. Yo creo
que cada uno puede encontrar SUS clásicos,
si los busca… Lo siento, no puedo pensar en
UN SOLO clásico favorito…
En cuanto a estos programas, creo que estimular la
atención de los alumnos hacia la literatura,
con el pretexto de la presencia de un autor, es una
vía muy estimable de apoyo a la lectura, siempre
que cuente con el interés decidido del profesorado.
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