Son las nueve y media de
la noche. Te apetece comprar una revista y unas pipas,
pero los supermercados están cerrados y no
vas a coger el coche e ir a un centro comercial sólo
para eso... Y piensas en 'Mantecón', ese quiosco
situado en la Plaza Mayor de Torrelavega. Es un pequeño
negocio familiar que ha ido sobreviviendo a lo largo
de los años y un lugar en el que, podríamos
afirmar, todos los torrelaveguenses han entrado al
menos alguna vez en su vida. Hemos charlado con una
de las trabajadoras de este quiosco tan mítico.
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Fachada del
establecimiento torrelaveguense 'Mantecón'. |
Pregunta.-
Mantecón es un negocio con historia, eso lo
sabemos ,pero ¿cuántos años lleváis
en ese mundillo?
Respuesta.- En la tienda llevamos
algo más de 40 años, pero antes de tener
un negocio en tierra firme nuestro abuelo, Mantecón,
tenía un carrito que todo el mundo conocía
por la ciudad y que vendía helados en verano
y castañas en invierno. Así que si hacemos
un recuento el negocio Mantecón lleva unos
60 años funcionando.
P.- Para empezar
resúmenos un día normal en Mantecón.
R.- Abrimos
a las 10, recibimos las revistas que llegan todos
los días y las chucherías, que vienen
casi todos los días. Compramos lo que tenemos
que comprar, colocamos los pedidos, atendemos a nuestros
clientes. Cerramos a las 14,00 horas. Abrimos a las
16,00 y finalmente cerramos a las 22,00, o sea, casi
como una gran superficie.
P.- ¿Qué
cliente es el más común?
R.-Normalmente
es un cliente de toda la vida, que viene a comprar
la revista desde hace años y también
mucha gente joven, niños que vienen a la plaza
y se pasan toda la tarde aquí.
P.- ¿Qué podemos encontrar
en Mantecón?
R.- Mantecón
es como el Arca de Noe (risas). Puedes encontrar de
todo, desde un lapiz hasta una peluca de carnaval,
una novela de actualidad...Cualquier cosa.
P.- Ahora vamos
con una pregunta, más bien una pequeña
argumentación, en la que nos vas a tener que
dar alguna razón para comprar aquí,
en pequeños quioscos familares y no en, por
así decirlo, las nuevas tiendas-grandes-superficies-
dedicadas exclusivamente a la venta de golosinas.
R.-
Pues el trato directo con el cliente, más o
menos vas conociendo a los clientes, ellos saben de
dónde cojeas tú y tú de dónde
cojean ellos. Es eso, el acercamiento con el cliente.
P.- ¿Cómo
marcha actualmente el negocio?
R.- Bien,
trabajando mucho. En un quiosco hay que trabajar mucho,
son cantidades muy pequeñas, entonces para
sumar tienes que trabajar muchas horas... Pero bueno,
vamos sobreviviendo, tampoco para hacernos millonarios,
pero sobreviviendo.
P.- Ya que hablamos
del negocio, la materia prima es lo más importante...
¿Cuáles son los productos más
demandados?
R.-Vamos
a decir que tenemos dos secciones: la de chucherías
y la de revistas, libros... En la sección de
chucherías la gominola es la reina y en la
sección de revistas, las de cotilleo siguen
triunfando.
P.- Más de
40 años detrás del mostrador dan para
mucho, habrás aprendido y trabajado, pero también
te habrás reído. ¿Nos puedes
contar alguna anécdota?
R.-
Estar detrás de un mostrador es como ir a la
universidad... (risas) Una vez entró un señor
que siempre viene a comprar caramelos, un señor
muy educado, y nos preguntó: "¿No
habrán encontrado ningún objeto?"
Nosotras le preguntamos: "¿Y qué
objeto?" Y el señor decía: "No,
no, un objeto, algo ¿no habrán encontrado
algo?"
El señor estaba mirando por todos los rincones
de la tienda, agachado.
Le preguntamos que qué había perdido
y el señor se negaba a contestar. Finalmente,
como no halló lo que quería, nos confesó
que se le había perdido la dentadura postiza
esa mañana y que sólo había comprado
en Mantecón y en un súper.
Y encontramos las pipas y compramos
esa revista....
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