Hemos charlado
con María Jesús Muñoz Echevarria,
más conocida por todos nosotros como Chus,
que es la responsable de la cafetería del Instituto,
verdadero centro de reunión de todos nosotros,
desde los alumnos a los profesores, y lugar por el
que pasamos varias veces al día para comprar
el sustento que nos mantiene en pie tantas horas cada
día. Aquí nos vemos, charlamos y algunos,
sobre todo los de Bachiller, estudian o preparan las
clases a última hora.
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Chus charla
con los profesores, siempre al lado izquierdo. |
El espacio no es muy grande, pero
es suficiente. Hay horas para los estudiantes y para
los profesores. Normalmente, cuando tocan para el
recreo, nos echamos todos de golpe a comprar y apenas
hay profesores. Según avanza el recreo, los
alumnos nos vamos replegando y dejando espacio a los
profesores, que normalmente ocupan desde media barra
hacia los cristales, la izquierda según entras,
para tomar su café. Este año ya no se
fuma en la cafetería y, la verdad, estamos
mucho mejor.
El recreo empieza a las 11,10 de la mañana,
y cuando tocan, salimos disparados a coger esos bocadillos
que prepara Chus o esas cosas maravillosas que vende.
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María
Jesús Muñoz Echevarría,
Chus, prepara un café. |
Pero vamos con Chus. María Jesús Muñoz
Echevarría tiene 39 años y nació
en Colindres. En 1990, hace ya 14 años, cogió
el bar del Instituto. En ese primer curso, 1990-1991,
el centro tenía 80 alumnos, y hoy tiene ya
más de 400. Según nos ha explicado Chus,
uno de los principales problemas a la hora de atender
el bar es que todos los clientes vienen juntos a la
misma hora, en el recreo. Pero según ella,
la práctica hace que se controle todo bien.
Además, “los fines de semana hacen que
podamos desconectar tanto Paco, que me echa una mano
en los momentos críticos, como yo”, nos
explica Chus.
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Dos alumnas
estudian en una mesa de la cafetería. |
Lo que más consume la gente son sandwich,
la tortilla de patata, los gublins, el picoteo y las
biofrutas de Pascual. A pesar de lo que pudiera parecer,
lo que menos se venden son los dulces.
Los alumnos nos quejamos muchas veces de que los precios
suben con frecuencia a lo largo del curso pero, al
contrario, nunca nos encontramos las cosas más
baratas. A esto, Chus contesta que lo que sube nunca
baja.
Pese al estrés que supone este trabajo, Chus
no se queja y valora con un 7 su actividad. Ella está
contenta con su trabajo y con sus clientes, los profesores
y, especialmente, los chicos y las chicas que venimos
al Instituto.
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Los profesores
posan para nuestros reporteros. |
Hay muchos momentos en los que en la cafetería
no hay gente porque tanto profesores como alumnos
están en clase. Los alumnos de Bachiller, que
tienen un horario un poco distinto y más libertad
de asistencia, son los que más están
en la cafetería y, por ello, los que más
consumen.
Pese al gran movimiento que existe cada día
en la cafetería del Instituto, y pese a parecer
que se vende muchísimo, según Chus,
los márgenes de beneficio en los productos
son variables, de modo que es difícil saber
los beneficios de este negocio.
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Chus responde
a nuestras preguntas durante la entrevista. |
Uno de los productos estrella de Chus es la tortilla
de patata. Chus no sabe cuál es el secreto
del éxito de su tortilla, que presenta en muchas
variedades, como la tortilla clásica, la de
bonito con mayonesa (riquísima) o la que lleva
jamón, bien en pincho o en bocadillo. Primero,
Chus achaca este éxito a que en los recreos
la gente viene con mucho hambre, pero también
es importante la forma en la que la hace. La tortilla,
en primer lugar, no tiene que estar ni muy hecha ni
poco hecha y hay que usar patata de calidad, de las
variedades baraca, monalisa, espunta. Además
pone mucha atención en que la patata esté
bien frita en la freidora. Y por ultimo, mucha práctica
y dedicación.
De no trabajar en la cafetería, las pasiones
de Chus serían la jardinería y los invernaderos,
donde cultivaría flores o verduras. Pero ahora
la realidad está en la barra, donde cada día
nos recibe con una sonrisa en su boca.
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