Nº25. Mayo. 2001.

 

Todos los días los medios de comunicación nos mantienen informados sobre los temas más diversos. Unos nos resultan especialmente interesantes, otros aburridos, muchos incomprensibles, pero todos tiene algo en común: son el reflejo de lo bueno y lo malo que ocurre en nuestro país y en todo el mundo.
En Visto y Leído queremos que nos cuentes las noticias que más te han interesado. Pero no de cualquier manera, sino tal como tu las interpretas.



En esta entrega de Visto y Leído contamos con varias historias creadas por estudiantes de Biología y Geología de 4º de ESO del IES Santa Clara de Santander. Cada una de ellas surge después de la lectura de libros, por lo que los datos que utilizan tienen una base científica. Los relatos se titulan:


Los misterios del volcán
Visita a Cabárceno
Paxton 2208 (una verdadera tortura)

La vida de Pedro
Un verano difícil de olvidar
El niño que quería ser bombero

Cuando volvamos a ver el sol
Historia
Viaje a las Galápagos
Un mundo aparte
La historia de Ostri
El cerdo Pimpla
Recuperar el lago
Lo que se descubre después de tanto tiempo



 

 

 

 


Los misterios del volcán
Por Luis Miguel Mantilla, basándose en el libro 'Historia de un volcán'

Es el año 2023. Unos científicos de la NASA descubrieron una piedra de gran valor mineral en el volcán Krakato en Indonesia. Después de varios estudios descubrieron que era posible bajar a buscarla con un vehículo que soportara altas temperaturas.

Después de unos meses de intenso trabajo para crear el vehículo se fueron al Krakato. Unos días después empezaron la inmersión cuatro científicos y científicas. Hace unos años era impensable bajar a un volcán, pero desde que Alan Newman bajó los viajes eran normales, porque sólo se complicaban con erupciones, pero eso ocurría en contadas ocasiones.

Al posarse se pusieron en busca de la piedra. El volcán por dentro estaba lleno de túneles y rodeado de rocas ígneas y metamórficas. Para andar por los túneles había unos pequeños vehículos. Tras dos días de intensa búsqueda encontraron la piedra. Al cogerla y volver se encontraron con unos seres rojos y diminutos que decían que la roca era su fuente de vida. Después de unas largas negociaciones, que fueron muy duras y que casi acabaron con peleas, los seres aceptaron dar un mínimo trozo para que los humanos pudieran investigar sobre ella como era su propósito y con la condición de que no dijeran nada de ellos.

Días después los humanos volvieron y dijeron que sólo se pudo coger un trozo pequeño porque iba a haber una erupción.
Al final resultaba que los hombres diminutos eran los que provocaban las erupciones y la roca era de donde surgía la lava y todo el principio del volcán. Los humanos nunca descubrieron esto, pese a que día y noche todos los científicos de la NASA no pararon de estudiar. Nunca se sabrá lo que estos hombres vieron.

 


 

 

Visita a Cabárceno
Por Sara Marín, basándose en el libro 'El comportamiento animal'

Es una calurosa mañana del mes de junio, cuando unos veinte estudiantes de la clase de Biología del Instituto Santa Clara emprenden una bonita visita al Parque de la Naturaleza de Cabárceno. La salida ha sido pronto, sobre las 8:30 horas; en una media hora aproximadamente los jóvenes estarán contemplando los maravillosos paisajes kársticos de color rojizo producido por la ubicación allí de una antigua minería, pero sobre todo están expectantes por contemplar en unas condiciones inmejorables la variedad de fauna y flora existentes y sobre todo de aprender algo más sobre una de sus clases favoritas.

Son casi las 9:00 y el autobús con los estudiantes comienza a subir la larguísima y pindia carretera principal con dirección al centro del parque. La primera parada que hacen es en el recinto de los tigres, tienen suerte, los cuidadores les están dando la primera degustación del día, unos 30 kilos aproximadamente de carne roja de vaca. Los tigres vigilan desde sus puntos de descanso, tumbados al sol, los movimientos de los trabajadores. De pronto el cuidador deja caer suavemente los grandes trozos de carne desde uno de los miradores, de repente los tranquilos animales, en grupo de unos ocho individuos, corren y atrapan vorazmente la comida, en unos minutos no quedará absolutamente nada, debido al altísimo grado de instinto y de voracidad, no consumados por el simple hecho de perder su libertad.

Los chicos han quedado fascinados por la belleza de estos tigres de Bengala y les parece increíble los pocos que quedan en el mundo y que éste tipo de reservas, en un futuro no muy lejano, puede ser su único lugar de supervivencia.


Ejemplar de guepardo

La visita continúa, ahora se dirigen hacia los monos, deben de estar cerca porque pueden contemplar ya entre los árboles y prados los ciervos, jabalíes y venados que andan sueltos para el disfrute de visitantes, ¡si! allí al fondo están los monos, se puede observar al macho dominante sobre la jaula metálica, descansa tranquilo mientras un posible hijo le asea y acicala quitándole los parásitos. Por otra parte, casi rozando el fondo rojizo del kárst se divisan varias hembras separadas, amamantando a su única cría cada una, cuando parece que los cachorritos de mono han terminado su almuerzo, se tira uno encima del otro y se ponen a trepar y a saltar sobre la jaula. De pronto, los estudiantes observaron y oyeron unos fuertísimos gritos, eran dos monos adultos peleando, según parece por una invasión de territorio no permitido, cuando el "dueño" consigue echar al intruso todo vuelve a la normalidad.

¡Cómo pasa la mañana, ya son las 10:45h!, los profesores deciden hacer un alto en el camino y paran en un lago inmenso que se encuentra en un lateral del parque. Cuando la clase completa baja hasta el lago, ve unos tranquilísimos y gordos hipopótamos que asoman de vez en cuando su enorme cabeza sobre la superficie estos animales piensan, son un aburrimiento. Así que deciden retomar rumbo con dirección a las jirafas, cebras, avestruces y gacelas. Ya ven los altísimos animales de cuello sobrenatural asomar por las alturas, cuando bajan del autobús lo primero que hacen es ir a verlas y allí su profesora les explica que son así por la influencia de la selección natural, están realmente impresionados.

Después se dirigen hacia los avestruces, donde algunos valientes, se atreven incluso a darles de comer recibiendo algún que otro picotazo. Para hacerles rabiar un poco, algunos estudiantes cogían hierba y corrían con ella a mucha velocidad. El animal, al verlo, se lanzaba en busca del alimento y corría como un rayo detrás del chico hasta alcanzar su objetivo. Les pareció increíble la velocidad que podían coger estos animales, que parecen quietos, de lo más torpes y tranquilos, por sus patas gordas y todo el cuerpo gordo lleno de plumas. Poco después de estos hechos pudieron saber que estos animales pueden alcanzar los 80km/h.

¡Son ya las 14:00h, hora de ir comiendo! Así que toda la expedición inició camino hasta el lago Acebo, que se encuentra en la zona más alta del parque. Allí los chicos sacaron los bocadillos y como les dieron tiempo libre se marcharon a visitar unas instalaciones de los elefantes africanos. Cuando llegaron, muy cerca de las vallas de protección se encontraba un gran ejemplar entero embadurnado de barro rojizo, con el cual se estaba desparasitando. Cuando se cansaron de contemplar al animal, un cuidador les informó sobre la especie y les dijo que éstos animales podían medir 4 metros de alto por 6 metros o 7´5 metros de largo, siendo el peso de un macho adulto de 5 a 7 toneladas. Los chicos se muestran de lo más curiosos con una cría que divisan al fondo, metida en una instalación de cemento y preguntan si pueden verla mejor, los cuidadores acceden. La cría tiene 3 días y ya pesa 700kg, demasiado increíble, pero cierto y la tienen apartada porque su madre la ha aborrecido y no la da de mamar, por eso los veterinarios tienen que darle el biberónque, en esta ocasión, fue dado por los estudiantes, una experiencia única.

A las 17:00h aproximadamente, volvieron a subir al bus con destino a una exhibición en una especie de anfiteatro de aves rapaces: águilas imperiales, mochuelos, lechuzas, etc. Aquí podían contemplar la paciencia y el cariño con lo que les habían enseñado los monitores y la belleza de los animales cazando y cogiendo trozos de carne al vuelo y, sobre todo, pasando cerquísima de la gente que se encontraba allí, incluso algunos volaban desde unas lejanas torres al anfiteatro a través de un pitido con el cual les hacían la señal, era precioso y de admirar las horas de entrenamiento que se necesitaban para enseñar todo.

Finalmente, cuando acaba la exhibición de rapaces, los profesores deciden volver a Santander, después del agotador y entretenido día. Los chicos iban exhaustos en el bus, incluso alguno se echó una cabezadilla antes de llegar, pero estaban muy concienciados de que hay que cuidar entre todos la naturaleza cada día, y contribuyendo en lo que se pueda, y así se conseguirá que las generaciones próximas puedan disfrutar de especies únicas como disfrutaron ellos aquel día.