La Unión Europea
tiene en Joaquín Almunia (Bilbao, 1948) su
mayor activista. Diputado, exsecretario general
del PSOE, exministro de Administraciones Públicas
y de Trabajo y Asuntos Sociales con Felipe González,
lleva ya nueve años en la Comisión
Europea. Mucha responsabilidad y muchos años
en los que, sin embargo, su entusiasmo no ha menguado.
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Las reporteras Ana e Irma flanquean a Joaquín
Almunia. |
Buen conversador, amable y rápido de respuestas
está convencido de que si existe un momento
en la historia de Europa en el que la unión
de sus estados sería decisiva, es éste;
si hay un momento en el que Europa es la solución,
estamos en él. Cuando aparca esos asuntos
de política comunitaria y se le invita a
echar un vistazo a la formación política
a la que lleva décadas ligado, es optimista:
"Los socialistas hemos salido de otras peores".
Pregunta.- ¿Quién
es Joaquín Almunia?
Respuesta.- Actualmente soy vicepresidente
de la UE, encargado de la política de Competencia.
Llevo en la Comisión europea nueve años.
Llegué para sustituir a Pedro Solbes y soy
un político español con muchos años
a mi espalda de plena actividad política
como miembro del PSOE.
P.- Los mercados europeos son
muy volátiles, dependemos de agencias de
calificación no europeas y países
como Italia, con poca deuda sobre el PIB y poco
endeudamiento privado, sufren los embates del mercado.
¿Usted cree que se podría conseguir
una Europa con tanta dependencia financiera y tan
poca soberanía financiera?
R.- Los países que forman
la UE deberían compartir más su soberanía.
Todavía tenemos en Europa demasiada soberanía
nacional y poca voluntad de compartir soberanía
a escala de la unión como para poder defender
nuestros intereses en un mundo global, ser eficaces,
mantener nuestro modelo social y dar empleo a la
gente. Siempre he creído, y como están
las cosas ahora aún más, que la solución
de Europa pasa por una mayor integración
política y económica.
P.- ¿Qué cree que
falla en los mecanismos de gestión económica
y fiscal de la Europa común para que no sea
capaz de solucionar algunos problemas actuales como
el paro o la crisis?
R.- De los 27 países europeos,
la mitad tienen unas cifras de paro no más
altas que las que tenían antes de la crisis,
por lo tanto lo que falla es que no somos capaces
de actuar en común para salir todos beneficiados
y para resolver los problemas de los que más
estamos sufriendo la crisis. No creo que la cuestión
sea echar la culpa a Europa sino preguntarnos por
qué no somos capaces de obtener todas las
ventajas actuando juntos como europeos.
P.- La huelga de Iberia ha planteado
un problema en los mercados europeos. Iberia ya
no es solo española sino que es también
inglesa. España, según las autoridades
europeas, no puede obtener laudos obligatorios.
¿Qué mecanismos tiene la Europa común
para solucionar problemas trasnacionales que no
permite que los solucionen los estados, como en
este caso?
R.- Yo creo que la UE no se ha
pronunciado sobre el laudo de Iberia. Es un tema
español.
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Joaquín Almunia en su despacho. |
P.- ¿Cómo cree usted
que afecta a la competencia en el mercado europeo
financiero la intervención del gobierno español
en las cajas de ahorros, como la nacionalización
de Caixa Nova o la de Bankia?
R.- En algunas cajas de ahorros
españolas ha habido problemas que se han
puesto de manifiesto durante la crisis, y el hecho
de que el dinero de los contribuyentes se utilice
para reestructurar una entidad financiera tiene
sus consecuencias siempre.
P.- ¿Y por qué otro
tipo de empresas, como la papelera cántabra
Sniace, que ha sufrido grandes dificultades por
los nuevos impuestos sobre la energía y que
está realizando grandes inversiones para
mejorar su eficiencia, no son nacionalizadas?
R.- El problema es que si un banco
cae, todo el sistema bancario sufre, porque está
basado en la confianza de sus clientes. Si una papelera,
por ejemplo, desaparece porque no es viable, el
resto de sus competidores se alegra ya que tienen
más mercado para ellos. En el sistema financiero
ocurre lo contrario. Ha habido necesidad de acudir
a dinero público para salvar entidades financieras
que en el caso de haber caído en bancarrota
hubieran creado una crisis en el sector. Hay que
tratar de evitar la utilización del dinero
de los contribuyentes, pero a veces no queda más
remedio, como en el inicio de esta crisis. Ahora
se va a recurrir menos, se adoptarán medidas
de recuperación y de supervisión que
harán que el coste de las crisis lo paguen
los accionistas, acreedores y obligacionistas, utilizando
sólo en última instancia el dinero
de los contribuyentes.
P.- España ha presentado
un déficit del 6,74%. Teniendo en cuenta
que hay algunas circunstancias como que el Gobierno
español devuelve cada vez menos IVA a las
empresas y por tanto está embolsando un dinero
que no es propio, ¿va a producirse una corrección
por parte de la Comisión en las cuentas españolas?
R.- Se está analizando qué
ha hecho España en el año anterior,
si ha cumplido los compromisos adquiridos para reducir
el déficit. Se ha comprobado que las comunidades
y el Gobierno central han cumplido. Teniendo en
cuenta que la recesión económica española
es mayor que la prevista y las medidas adoptadas,
como la reestructuración del sistema financiero,
la Comisión tiene pensado presentar una propuesta
a los estados miembros de la zona euro para flexibilizar
y aligerar el calendario de ajuste presupuestario
español.
P.- Es evidente que la construcción
europea necesita de partidos fuertes y que representen
a la ciudadanía. ¿Cómo cree
que se puede recomponer la fortaleza y el vínculo
social del PSOE?
R.- (Ríe) El PSOE se está
intentando recuperar de una derrota electoral fuerte,
precedida de malos resultados en las últimas
elecciones autonómicas y municipales. A un
partido político le cuesta recuperarse y
más en una situación tan difícil
como la que estamos viviendo, donde hay una crisis
económica y donde las políticas que
hay que llevar a cabo para salir de la crisis no
son políticas populares ni ayudan a ganar
votos. El PSOE es un partido que tiene vocación
de gobierno y responsabilidad y que no se puede
permitir el lujo de la demagogia o del populismo.
Somos un partido que ha pasado por situaciones mucho
más difíciles y creo que se recuperará,
volverá a ganar las elecciones y será
el que presente mejores propuestas de progreso.
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Almunia junto a la bandera de la Unión
Europea. |
P.- Tras esta crisis, tras tanto
recorte y con tanto joven fuera del mercado y el
protagonismo, ¿qué cree usted que
quedará de la Europa social?
R.- Europa nunca ha tenido a escala
de la unión políticas sociales muy
fuertes. El modelo social europeo, el estado de
bienestar y sus estrategias son nacionales. Se verá
en el futuro, hoy se debate la necesidad de estas
políticas de dimensión social que
la crisis pone de manifiesto.
Hay que ser sinceros, en 60 años de historia,
las políticas han sido nacionales.
P.- ¿En un futuro cercano?
R.- Una economía frágil
y desequilibrada con endeudamiento creciente y problemas
de recesión no es capaz de financiar una
política social deseada. Arreglar la economía
y reforzar las políticas sociales son dos
cara de la misma moneda.
P.- ¿Cuánto muere
de la idea de Europa con cada desahucio y con cada
parado?
R.- Europa es la solución
a esos problemas: menos nacionalismo, menos tentaciones
de poner la prioridades de cada país por
encima del conjunto europeo, más toma de
decisiones conjuntas... Con esto estaremos más
cerca de realizar una política de empleo
para los más jóvenes y de tener la
capacidad para garantizar a los ciudadanos derechos
tan esenciales como el de la vivienda.
P.- ¿Es posible mantener
la estructura de una Europa común y una Europa
de las regiones y de estados?
R.- La UE es una unión de
estados y ciudadanos. Ciudadanos representados en
el Parlamento Europeo, representando la soberanía
popular europea, y los estados en el consejo. Ambos
son las dos cámaras legislativas, las leyes
más importantes se tienen que elegir en común.
Somos una estructura, no un embrión de estado,
porque Europa nunca llegará a ser un estado
federal, pero cada vez estará más
integrada y el Parlamento europeo será visto
por los ciudadanos como propio y los gobiernos tendrán
una capacidad legislativa mayor. Considero que la
crisis está potenciando este desarrollo.
Las regiones son una realidad más evidente
en algunos países como España o Alemania.
En otros países el regionalismo es mucho
menos significativo en términos políticos.
Las regiones ejecutan políticas europeas,
tienen más capacidad legislativa, hacen oír
su voz en Europa, pero no es imaginable una tercera
cámara de las regiones.