En ocasiones,
una visita a la familia puede suponer la excusa perfecta
para realizar un descubrimiento increible. María
abre una pequeña caja que encuentra en casa
de su abuela y ...
Aquel día 20 de diciembre María
tuvo mucha suerte ya que iba a comer a casa de sus
abuelos y ellos siempre le regalaban algo. Se preparó,
bajó las escaleras y fue directamente a la
habitación de sus padres. Saltó en la
cama y consiguió despertar a su madre, quien
le preguntó por qué tenía tanto
entusiasmo, a lo que ella respondió:
- Vamos a ir
a visitar a la abuela.
La madre se levantó
y se preparó. Sacó al perro y se le
llevó a dar una vuelta. Cuando volvió,
María estaba en el pasillo sentada esperándola.
Fueron a casa de los abuelos ese día y tocaba
puré de calabaza que a María no le gustaba
mucho pero se lo comió, ya que no quería
hacerle el feo a su abuela.
Cuando terminaron
de comer María ayudó a su abuela a recoger
la cocina y después se sentaron en el sofá
del salón. La abuela fue a una estantería
y cogió una cajita que tenía guardada.
La abrió y María vio una bola transparente
que la asombró mucho. Cogió la bola
con sus manos, la miró durante mucho tiempo
y al final se quejó a su abuela de que no se
veía nada, a lo que la abuela le respondió
que era una bola mágica.

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