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Red-acción
II Época / Nº57
Noviembre-Diciembre
2012
ENTREVISTAS / CUESTIONARIO 10
Un fotógrafo de almas: José García

Por Nacho Díaz Gutiérrez y Cristina López Fariñas. Alumnos de PCPI-2

Entrevistamos al mejor fotógrafo de San Vicente de la Barquera: José García Pérez. Lo hemos visto sacando fotos en todas las actividades que ha organizado nuestro centro, hemos visitado su página web y nos parece que es un fotógrafo excelente.

Nombre: José García Pérez

Lugar y fecha de nacimiento:
Candeleda (Ávila), 21 de octubre de 1965.
Residente en San Vicente de la Barquera desde hace 20 años.

Estado civil: Casado, sin hijos.


Pregunta.- ¿Desde cuándo te dedicas a la fotografía y por qué has elegido esta profesión?
Respuesta.- Os voy a contar mi historia. El estudio San Vicente lo componemos tres personas. Empezamos en la actividad de fotografía en San Vicente al final del año 94. Yo anteriormente había estado trabajando en Radiotelevisión Española, concretamente en Radio Nacional. Luego, tras una serie de circunstancias, decidimos aventurarnos en el tema de la fotografía, porque vi la posibilidad de poner en práctica los conocimientos que tenía sobre la fotografía. Así empezó todo.

P.- ¿Dónde te has formado?
R.- Aparte de estudiar Bachillerato, estudié en el Instituto de Radio Televisión Española en Madrid, Imagen y sonido, y a partir de ahí, nuestra profesión exige ser un poco autodidacta. Hay que ir reciclándose con talleres, sobre todo en el tema tecnológico, que va a una velocidad muy grande, y no hay un lugar en el que te puedas formar de una manera específica sino que tú tienes que ir estudiando poco a poco.

P.- ¿Nos cuentas las circunstancias por las que llegaste aquí?
R.- Yo vine a trabajar en julio del 89 a Telecantabria, a hacer una sustitución de dos meses. En diciembre del 90, después de haber realizado unas oposiciones me incorporé dos años a la plantilla de Televisión Española. Trabajando aquí, hubo un problema y nos dieron de baja; hubo un convenio con los sindicatos y nos fuimos al paro durante un año, después de ese año nos reincorporamos, pero a mí me tocó ir a Huesca. Allí en Huesca, trabajé en una emisora de nueva creación. En aquella época, no sé si os acordaréis porque sois muy jóvenes, se inventó la radiofórmula (Radio 5 Todo noticias, por ejemplo). Hasta entonces solo existía un programa que se dedicaba a un contenido (40 principales, que era todo música). Después de eso, siguieron los problemas con Televisión Española, y fue cuando decidimos armarnos de valor y dedicarnos a la fotografía.
Dedicarse a la fotografía no es solo coger una cámara y hacer fotos, lleva consigo un montón de preparación, hacer muchos cursos; hicimos muchos en la UC, te hablo del año 94. La fotografía digital como la vemos ahora era entonces ciencia ficción; los ordenadores no tenían capacidad ni para diseño ni para fotografía. Recuerdo que tuve yo un ordenador que funcionaba con una cinta de casete al uso, y había que esperar los 35 o 40 minutos que tardaba en copiar la cinta. Luego tuve ya un IBM que me parecía asombroso todo lo que hacía; en este caso me costó bastante porque yo soy muy inquieto y quiero saber por qué ocurren las cosas. Además, me gusta ser creativo. Si sabes el origen, cómo funcionan las cosas y cómo se realizan, puedes ser más creativo. Entonces estuve dos años estudiando MS2, el sistema base de programación de informática. Tenía 20 megas de memoria RAM (hablo de memoria); imagínate cómo se podía usar eso en fotografía. No existían los CDs, disquetes de 1,5. Luego empezó Windows. Ahora hace gracia recordarlo. Ése fue el principio de todo. En aquella época cuando empecé en fotografía hice un curso de 200 horas y otro de 300 en la UC, revelado en blanco y negro y también otro de revelado de diapositivas. Fue muy divertido hacerlo. A partir de ahí, empecé a trabajar como fotógrafo, teniendo muy claro que si la técnica no la dominas, puedes ser muy poco creativo. No vas a poder hacer una foto creativa si estás pendiente del equipo que estás utilizando. No va a ser lo mismo hacer fotografías que captar imágenes, que transmitir un sentimiento de algo que quieres hacer. Cuando vemos una situación, un paisaje, una cara, cada uno verá algo diferente. A mí me importa la composición. Es lo que le da sentido. No hay una norma exacta, bueno hay unas reglas básicas: la regla de los dos tercios, la fotografía horizontal, la vertical, los puntos de interés... pero lo más importante para mí es el alma que tiene la foto.

P.- No crees que haya personas feas
R.- No, no. He hecho fotos a personas guapas y otras poco agraciadas que te comunican algo con el gesto. Todas las fotos tienen que tener una especie de mensaje, que tengan alma, corazón.
Una buena fotografía tiene que tener una parte técnica de calidad, una buena iluminación, una buena composición y un mensaje.
A mí no me gusta demasiado el paisaje, porque es él el que se muestra a ti. Por el mismo sitio puedes pasar mil veces y cada vez es distinto: las nubes, la luz del atardecer o el amanecer...

P.- ¿Qué personaje o paisaje te gustaría retratar?
R.- Lo que más me gusta son las primeras luces del día y las últimas. Si tuviera que elegir momentos del año, el principio de la primavera y hacia la mitad del otoño. En el otoño la naturaleza se empieza a desnudar, se empiezan a caer las hojas, los árboles son amarillos, rojizos, ocres. Cuando se desnuda es cuando se ve su interior, el color es más oscuro y está tamizado por el suelo y por las hojas que les quedan por un cierto color. Como alguien que se pone muy guapo y de pronto se empieza a despojar de sus atuendos. Y en primavera es cuando se empiezan a vestir otra vez, aparecen los verdes tímidos, los blancos de las flores. El verano es más exuberante, pero puede que los árboles no te dejen ver el bosque, porque están demasiado vestidos.

Los reporteros Nacho y Cristina flanquean al fotógrafo José García. A la derecha de la imagen, la profesora de Lengua y Literatura Carmen Alonso.
Foto: Luis Miguel García.


P.- ¿Qué personaje vivo o muerto te gustaría retratar? Y por otro lado, ¿a qué fotógrafo admiras?
R.- Me gusta Jaume de Laiguana; Enrique Oliver hace una fotografía social espectacular, que ubica un acto social en un contexto. A mí me importa menos el contexto. Maru Serra, una fotógrafa interesante, también me gusta.
En lo que más me baso es en la pintura. Mi pintor fetiche es Rembrandt. Creo que con una simple lucecita ilumina una escena de una manera maravillosa.
La fotografía de prensa está bastante denostada, pero también se pueden hacer cosas interesantes.
De lo que yo bebo es de esa parte de luz. También me gusta Goya.

P.- ¿Qué proyectos tienes ahora?
R.- Me gusta mucho la macrofotografía. Tengo un pequeño proyecto ahora: fotografía de decoración. Veo muchos sitios en grandes superficies y en una casa algo común, que si te fijas puede ser grande.
Ahora abunda mucho lo abstracto, que la gente no entiende y no se atreve a preguntar. A mí me gusta que la gente reconozca lo que fotografío. Voy a lanzar mediante internet mi trabajo, para ponerlo a la venta.

P.- ¿Te gusta Antonio López? ¿Qué estás leyendo ahora?
R.- Sí, claro que me gusta Antonio López.
Estoy leyendo un libro que me regaló Agustín Laguna de historia de la fotografía, y empieza desde daguerrotipo hasta la época digital. Hay fotografías espectaculares, muy interesantes. Técnicamente era una invención. Los errores cometidos, por ejemplo el proceso cruzado, han servido para enriquecer la fotografía.

P.- ¿Tú sabes pintar?
R.- Algo, la base de la fotografía es la pintura.

P.- ¿Tienes fotos que te gustan que no has podido exponer?
R.- A mí me gustaría exponer mucho, pero hoy día son necesarios los soportes, que son muy caros. Lo más barato es el papel. Para mí lo que debería tener el precio justo es la obra. Como están todas las cosas ahora, hacer una exposición mediana con un tamaño de 1x80cm aproximadamente, una exposición de 50 fotografías no baja de unos 7.000 euros.

P.- ¿Cuántos reportajes sueles hacer al mes?
R.- Los reportajes dependen de la demanda. Hay distintos tipos, la parte periodística; los sociales, que han bajado un poco, y luego el tema bodas, comuniones, que es lo que te da de comer. A mí me gustaría salir con la cámara y dedicarme a hacer fotografías, el bodegón me gusta mucho. Pero no se puede vivir de eso. Tienes que tener muchos contactos para colocar tu obra, y es muy lento, esto se fragua poco a poco. Con apoyos institucionales se puede llegar más al público.

P.- ¿Lo que haces para el Ayuntamiento te lo pagan?
R.- Hay cosas que te encarga el Ayuntamiento y las paga, pero hay otras que cedes una imagen en aras de que la imagen de San Vicente sea mejor.

P.- Te hemos visto con Agustín Laguna, el periodista del Ayuntamiento, haciendo fotos en actos de la comarca. ¿Cómo es esa relación laboral?
R.- Hay cosas que transcienden la parte económica. Yo puedo recibir una cierta publicidad al publicar en el periódico, igual no es lo más ortodoxo, pero en este caso influye la amistad que tengo con Agustín.

P.- Cuéntanos alguna anécdota sobre algún reportaje que hayas hecho.
R.- Tengo muchas. A nivel técnico te puede ocurrir que vayas con dos o tres cámaras y no te funcionen, o dejen de funcionar en cualquier momento; te gustaría que el cielo se abriera y que te diera tiempo a volar en el tiempo, que todo el mundo estuviera congelado y tú poder andar por ahí y comenzar con el clic.
A veces falla la tarjeta, la batería del ordenador está descargada, no hay enchufe o no funciona; puedes ir a hacer algún bodegón o una fotografía de una casa rural, haber quedado en que iba a estar todo vacío y resulta que hay gente. En una boda al cura se le olvidó casar a los novios. Para estas ceremonias llevamos un guion y lo más importante es ser discreto y no interferir en la ceremonia. Yo utilizo pocas luces externas a las que llevo en mi cámara. Puedes estar haciendo fotos continuamente sin que se den cuenta. Hay un momento íntimo en las bodas, que es cuando se relajan y se miran tímidamente, captar esos momentos es importante. Ahí captas el alma.

P.- ¿Qué cosa más rara te ha pedido algún cliente?
R.- Con la fotografía digital todo el mundo cree que todo se puede cambiar. Nadie se ha quejado cuando retocando la hemos adelgazado un poquito, pero hay mucha gente que te dice directamente, "retócame". Hay gente que quiere que lo retoques todo, "como en las revistas", dicen, pero en las revistas está pactado lo que hay que retocar.
Para retocar hay una técnica. Antes poníamos un filtro, una media de mujer para difuminar. Otras veces lo difuminábamos con vaselina. Conseguir la suavidad del rostro se hacía con luz. Ahora se realiza con programas de edición, y a partir de ahí se retoca, pero siempre se ha retocado todo.
Yo para paisajes utilizo dos filtros, uno neutro que me puede bajar 10 diafragmas; si quiero saturar el color de un paisaje lo hago con polarizador.

P.- Cuéntanos cómo es el proceso desde que haces la fotografía hasta que la publicas o la expones.
R.- Hay que diferenciar cómo disparamos en analógico o digital. Aunque técnicamente es exactamente igual yo disparo de dos maneras; hago dos capturas, una en raw y otra en jpg. El raw es manipulable, le puedes variar la intensidad, el brillo, el color..., pero el raw que sea malo lo va a ser malo de solemnidad. Luego hacemos el proceso de revelado y lo convertimos en tif o en jpg. Y a partir de ahí depende de la demanda, de si es para un periódico o para internet, varía el tamaño.

P.- ¿De no haber sido fotógrafo que te hubiera gustado ser?
R.- Me gusta ser fotógrafo, pero de no haberlo sido me hubiera gustado ser cocinero. Se puede jugar con los colores, con los volúmenes. Un cocinero que se tome cierto tiempo en hacer un plato está haciendo un bodegón maravilloso. También me hubiera gustado ser navegante.

P.- ¿Cuál es tu plato favorito, el que mejor haces?
R.- Tengo buena mano para los arroces.

P.- ¿Por qué navegante?
R.- Estuve en la marina de guerra, navegué durante varios años, y de ahí ya empecé en TVE, y preparé las oposiciones. Lo más interesante que he estudiado fue en la marina. Estudié electricidad y electrónica. Fue de lo más interesante, porque allí estaban a la vanguardia y había cosas que no estaban en el mundo civil.

P.- ¿Cómo compatibilizas el trabajo con la vida familiar?
R.- Es difícil. Mi mujer y yo vivimos y trabajamos juntos. En diez años juntos llevamos más tiempo que algunos matrimonios de treinta. Hay fricciones, pero intentamos una vez que salimos del estudio olvidarnos el trabajo.

P.- ¿Nos haces una foto a todos en la que salgamos guapísimos?
R.- Nos la hace a todos mi hermano.

P.- Muchas gracias por dedicarnos tu tiempo.



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