Logotipo Interaulas
Cabecera Red-acción Inicio > Entrevistas > Preguntas y respuestas
Reportajes
Entrevistas
Opinión
Cultura
Internet
El mundo
Medios
Imagen Primaria
Red-acción
II Época / Nº53
Abril
2012
ENTREVISTAS / PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Mario Camus: "Soy alérgico al cine futurista"

Por Rodrigo Gutiérrez, Ángel Herrera y Alba Tapia, alumnos de 1º de Bachillerato del colegio La Salle de Santander.

Mario Camus vino a La Salle, donde estudió en su adolescencia santanderina, para tener un encuentro con los alumnos de 1º de Bachillerato, que habían leído su libro '29 relatos'. Respondió con sinceridad a cuantas preguntas se le hicieron. Dejó claro que no hay más mensaje que el que uno quiere recibir y que daría su opinión sin pretender ser dogmático; reconoció dar importancia a unos principios éticos. Advertimos su gusto por autores como Ignacio Aldecoa, Martín Gaite, Conrad, Hemingway, Carson McCullers, Dos Passos…

Nombre: Mario Camus García

Lugar y fecha de nacimiento:
Santander, 20-04-1935

Ocupación:
Director y guionista cinematográfico

Estudios: Derecho y Cine

Trayectoria: Su relación con el cine comenzó a principios de los años sesenta colaborando en los guiones de 'Los golfos' (1959) y de 'Llanto por un bandido', de Carlos Saura.
En su carrera como director cultiva todos los géneros, si bien serán las adaptaciones literarias las que le proporcionarán mayor relevancia, principalmente 'La colmena' (1982), de Camilo José Cela, y 'Los Santos Inocentes' (1984), de Miguel Delibes.
También ha dirigido destacadas series televisivas como 'Fortunata y Jacinta', 'Curro Jiménez', 'Los desastres de la guerra', 'Camioneros' y 'La forja de un rebelde'.

Premios: Ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de Cinematografía, dos Goya (mejor guión original y Honorífico) y el reconocimiento en los festivales de Berlín, Cannes, Durba, Varna o Alejandría. Sus películas más laureadas han sido 'La colmena' y 'Los santos inocentes'.

 

De los actores habló con enorme respeto, incluso con admiración por su profesionalidad: "Oficio difícil, muy complicado, se presta a la esquizofrenia: ser admirado, ser visto, personalidad muy dividida por los distintos personajes que se interpretan…". También se detuvo en los actores anónimos vocacionales con un recuerdo entrañable personificado en Pascual Costafreda. Manifestó desconocer a muchos de los triunfadores del momento, salvo si de niños intervinieron en alguna de sus películas o son hijos de actores.

Mario Camus junto a los tres reporteros de InterAulas.

Pregunta.- ¿Es necesario un gran presupuesto para hacer una gran película?
Respuesta.- Si tienes una película que necesita cien no puedes utilizar diez. Para hacer una historia lo primero que se hace es el presupuesto. El dinero en esta profesión es fundamental, aunque hay películas buenas con poco presupuesto; también es importante el tiempo disponible para grabar.

P.- ¿Cuál cree que debe ser el fin último del cine?
R.- Se dicen muchas cosas al respecto, pero el cine para mí debe entretener. El fin del cine se debería reducir a lo más simple: entretener y contar historias de la gente con emotividad.

P.-¿Considera que existe algún elemento fundamental sin el cual no puede existir la obra cinematográfica?
R.-Todos los elementos unidos entre sí son los que hacen la obra. En el cine todo el mundo depende de alguien, por lo que se observa una gran solidaridad.

P.-También se ha zambullido de lleno en el mundo del guión, ¿considera complicada esta tarea?
R.- Ser guionista es siempre complicado. El cine cuenta las historias de una forma más compleja y profunda gracias al guión.

P.-¿Cómo se reconoce que se tiene entre manos un buen guión?
R.- No hay reglas para eso, nada te puede decir lo que necesitas. El cine es como un horno en el que metes experiencias y esperas que luego en poco tiempo puedas desarrollarlas. Normalmente sueles notar que es bueno, lo intuyes.

P.-¿Le importaría contarnos brevemente uno de los sucesos que más le haya impactado, sorprendido o emocionado a lo largo de su extensa carrera?
R.-Lo más importante de mi generación es que hemos vivido tanto en una dictadura –con una censura terrible- como en una democracia; y eso implica que hemos vivido con distintas reglas.

P.-¿A qué edad descubrió que quería vivir del cine?
R.- Fue en el momento en que hice mi primera película y me pagaron mi primer cheque (risas).

P.-¿Le ha servido de algo la carrera de Derecho en su trayectoria personal?
R.- No, para mí fue una experiencia fallida. Era muy mal estudiante, la acabé simplemente por amor propio y no dejarla a medias. No tenía esa vocación.

P.-¿Cuáles cree que son los pilares principales para triunfar en este género?
R.- No creo que sea un triunfador, solo un currante (risas). Hay que tener imaginación, experiencias y conocimientos. Hay que leer mucho y tener poder de observación.

P.-¿No le da miedo que al adaptar al cine textos literarios españoles de tanta importancia como 'La colmena', de Camilo José Cela, se pueda desvirtuar la historia?
R.- No, una historia la leen siete personas y sacan otras tantas conclusiones. Trato de no desvirtuar la idea que tengo de la obra en que me baso. Intento reflejar lo que creo que el autor de la obra intenta expresar; en este caso, frío, hambre y miedo.

Camus en un momento de la entrevista.

 

P.-¿Qué se siente al ganar un premio tan prestigioso como el Oso de Oro del Festival de Berlín?
R.- Los premios no me gustan, sinceramente. Lo complicado para mí es acabar una obra, verla y pensar que me gusta.

P.- Todas las películas que ha escrito tienen en común cómo sacar a la luz antiguas historias del pasado para llegar al drama. ¿Por qué?
R.-¿Por qué escribo del pasado? Soy alérgico al cine futurista. Si no soy partidario del cine futurista queda el presente y el pasado. El presente es un pasado, así que en último instante todo tiene relación con el pasado.

P.-¿Tiene algún recuerdo especial de su paso por La Salle?
R.- Son muchos. No tengo ninguno especial. Los hay buenos y malos, recuerdos velados por el miedo y la tristeza. Lo más importante de mis recuerdos son las personas que he conocido.

P.- Hoy en día quedan pocos Hermanos en activo, ¿qué recuerdos tiene de ellos?
R.- En general, eran curiosos, buena gente, divertidos, la mayoría positivos. Nunca tuve ningún problema con ninguno.

P.-¿Cuáles fueron sus pasos hasta llegar al mundo del cine? ¿Lo tenía claro desde el primer momento?
R.- Estudié Derecho y luego Cine. No lo tuve claro hasta los 15 o 16 años, cuando un Hermano propuso a la clase que diéramos una charla de aquello que quisiéramos. Yo hablé de películas que había visto, era todo un aficionado.

P.-¿Por qué eligió Pilar Miró el colegio La Salle como escenario para rodar la película 'Werther'? ¿Tienes alguna anécdota de este rodaje?
R.- Hice la adaptación del guión, pero no fui quien lo sugirió, probablemente se le ocurrió a Javier Artiñano. No tengo ningún recuerdo del rodaje ya que no estuve en él.

P.- Desde que empezó, ¿ha cambiado mucho la forma de hacer cine?
R.- El cine siempre es igual, lo único que cambia es la cámara. En el fondo, la historia que se cuenta no tiene variante.

P.-¿Considera que en España se ha hecho siempre buen cine? ¿Qué es lo que nos diferencia/separa del cine comercial americano?
R.- En España se hace el cine que se puede y hay muy buenos cineastas. En Estados Unidos, la tercera industria es el cine y España está colonizada por ellos. La diferencia entre estos dos tipos de cine son miles de millones de diferencias (cuando digo diferencias me refiero a dólares) dedicadas a la publicidad, por parte de EEUU. Tienen el mundo entero a su disposición. Les hace ser mejores el número de películas y el dinero. Tienen una máxima: multiplicar por dos el presupuesto de cada película para dedicarlo a su publicidad. Además ellos no tienen que pagar ningún canon por las versiones de sus películas en otros idiomas, sin embargo nuestras producciones y las de otros países son fuertemente gravadas en el doblaje.

 

 


Tras despedirse se asomó a las escaleras que bajan del jardín al patio y comentó a su editor que llegó a ser campeón europeo de baloncesto en los juegos de FISEC. Y añadió: "Cuando yo estudiaba, en la hora del recreo seríamos aquí más de trescientos alumnos. Pasaba aquí algo maravilloso: jugábamos al fútbol a la vez en el mismo campo todos con seis balones diferentes con total normalidad".




SUBIR

Fernando Teixeira Vitienes, árbitro de fútbol
"Un buen árbitro debe ser constante, valiente y un amplio conocedor de las normas"
Piensa en la persona a la que te gustaría entrevistar, prepara las preguntas y consigue papel, lápiz y grabadora