Emma
Romeu se presta generosamente a que un grupo de lectores,
alumnos y profesora de Literatura Universal del IES
Valle de Camargo, le hagan una entrevista para Red-acción.
Acaba de publicar un libro de relatos en Alfaguara,
que se titula 'Azul, y otros relatos de mar'. Son
unos cuentos hermosos que nos sumergen en un mundo
bastante extraño y fascinante, el de los oceános.
Nombre:
Emma Romeu
Lugar de nacimiento: La Habana
(Cuba).
Ocupación: Escritora
de literatura juvenil.
Estudios: Oceanología
y Geografía. Trayectoria: Trabajó
en la Academia de Ciencias y recorrió
los mares de Cuba para investigar. En 1985 dejó
la ciencia para dedicarse al periodismo, especializándose
en temas de medio ambiente. Reside en México
desde 1992.
Aficiones: Gran viajera, ha
visitado Filipinas, Suiza, Islas Canarias, el
río Mississippi y muchos lugares de riquezas
naturales de Centro y Norteamérica.
Obras: Gregorio y el mar,
Gregorio vuelve a México, Gregorio y
el pirata, A Mississippi por el mar, Naufragio
en las Filipinas, Mi amigo el Manatí,
Ahí viene el lobo gris y Azul
y otros relatos del mar, entre otros.
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Ya desde Ulises y Simbad hasta el capitán
Nemo, el mar nos proporciona personajes y argumentos
que la literatura ha sabido recrear: submarinistas
que se enfrentan al gran tiburón azul, arqueólogos
marinos, fareros, pescadores, piratas, mercaderes…
Emma Romeu se inserta en esa tradición magistralmente.
Como también se ve el aliento mágico
del castellano hispanoamericano en su prosa y en las
situaciones extremas en las que coloca a esos personajes
que viven su vida intensamente: la pasión del
amor y los celos, la amistad, la locura, la violencia
y hasta la muerte. Conocedora como nadie del medio
marino, con una sensibilidad extraordinaria para comunicar
sensaciones, y un lenguaje ajustado y sugerente, Emma
nos presenta una colección de relatos muy interesantes.
Pregunta.- ¿Cómo
ha llegado una oceanógrafa a la literatura?
Respuesta.- Los ojos de un oceanógrafo
son privilegiados, igual que los de biólogos,
geólogos y otros expertos del mundo marino.
Estudié con pasión el curso de Técnico
en Oceanología en la Academia de Ciencias de
Cuba y la carrera de Geografía en la universidad
de La Habana, que concluí con una tesis en
oceanografía física. Eso me permitió
hacer una investigación sobre las corrientes
en el suroeste de Cuba, asesorada por el mejor especialista
en el tema que podía tener, un antiguo oficial
de la marina, reconocido oceanógrafo autodidacta
y soñador, el inolvidable Leopoldo Blázquez
Echandi. Creo que no fue casual que entonces yo escogiera
el método más poético de estudiar
las corrientes, que consiste en lanzar al mar botellas
con mensajes. Nuestro éxito dependía
de que alguien encontrara las botellas y nos escribiera.
¿Acaso está lejos una investigación
de ese tipo de la literatura? El mar y el cielo tienen
mucho que ver con el arte. Si se echa un vistazo,
hay más de un navegante –de barco y aviones-
que se ha destacado entre las letras: Melville, Mark
Twain, Roal Dahl, Saint Exúpery…
Y bueno, para terminar de contestar la pregunta: en
mi caso dejé bien temprano las ciencias para
entrar al mundo del periodismo. Sin dudas en ese momento
se me ensanchó la puerta hacia las letras.
P.- Nos alegra comprobar que todavía
hay casos en que las fronteras artificiales entre
“ciencias” y “letras” se han
difuminado mostrando que todo es experiencia válida
para conocer más al ser humano. En sus cuentos
destaca el amor a la naturaleza (en particular, al
mar) y la confianza en el hombre como especie. ¿Qué
opina de la relación hombre-medio natural?
¿tiene arreglo este “planeta herido”?
R.-Tiene arreglo. Nada más
hay que ver cómo resurge un bosque después
de un incendio forestal. Pero la recuperación
tras el desastre toma años y se pierden especies
y ecosistemas que no hay forma de traer de regreso.
Sin dudas es imprescindible que la propia sociedad
arregle sus normas y ética para que todos subsistamos,
y se conserve el medio natural. El hombre ha ejercido
una prepotencia sobre el resto de las especies parapetado
en las ciudades, que son una vanidad humana pero no
resultan suficiente fortaleza, ahí están
los efectos de los huracanes de talla o de los Tsunamis
sobre las ciudades para hacernos poner los pies en
la tierra.
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Emma Romeu y
las portadas de alguna de sus obras. |
P.- ¿Hay que ser lector antes
que escritor? ¿Cómo ve las letras en
lengua castellana desde la otra orilla del Atlántico?
(Enhorabuena a su parte mexicana por el Premio Cervantes
a Pitol).
R.-Gracias. Me ha gustado mucho la
noticia de que Sergio Pitol es el tercer mexicano
que recibe el premio Cervantes. Antes que él
lo obtuvieron Octavio Paz y Carlos Fuentes y también
lo han recibido tres cubanos: Carpentier, Dulce María
Loynaz y Cabrera Infante. Mis dos nacionalidades se
empatan en las letras. Ambos países son cuna
de grandes intelectuales, aunque quizás México
aventaje en cuanto a cobijar escritores y artistas
de otros países: José Martí,
José María Heredia, León Felipe,
Luis Buñuel, Gabriel García Márquez,
Alvaro Mutis, Remedios Varo… por recordar algunos
a vuela pluma. Muchos escritores cubanos de la dura
etapa actual hemos emigrado a México, otros
tantos están diseminados por el mundo.
¿Las letras en lengua castellana? Creo que
se hallan a la altura de la época que se vive.
Hay plumas que dejan atónito como la del colombiano
Fernando Vallejo, que por cierto también vive
en México; hay “autorísimas”
como la deliciosa Poniatowska (recomiendo leer Tiníssima
si no lo han hecho) y otras autoras tan excelentes
como Sara Sefchovich, Maruja Torres, Rosa Montero...
P.- Nos gustaría verla por
Cantabria… ¿Ha venido a España
alguna vez?
R.-A mí también me
encantaría visitar España de nuevo.
He estado en Madrid y en Canarias y me siento en casa
en suelo español. Bueno, son innegables las
raíces españolas en la nacionalidad
cubana, y no sólo se trata de los ancestros.
Cuando era niña en mi barrio habanero vivían
muchos españoles que mantenían el aporte
de su estilo a la vida de la barriada; entre ambos
pueblos ha existido una influencia viva siempre que
el contacto ha sido posible.
P.- Por lo que hemos podido averiguar,
ha escrito bastante para niños. Esta última
colección, no obstante, va dirigida a un público
más adulto, ¿necesitaba como escritora
este tipo de reto?
R.-En verdad hace años empecé
a publicar literatura en revistas para adultos, un
cuento por aquí, otro relato por allá;
luego salió mi primer libro para niños.
Y aunque la idea de Azul y otros relatos del mar
estaba viva desde hacía tiempo, tardé
algo en poder dedicarme a él. Más que
un reto, trabajar en este libro me ha regresado al
mar, lo que después de años viviendo
a más de dos mil metros de altura en la ciudad
de México fue un alivio.
P.- Hemos leído que, por
su trabajo y por afición, ha viajado mucho.
Las anécdotas de esos viajes ¿se han
reflejado en sus cuentos de Azul…? ¿en
cuáles?
R.-En casi todas las historias de
este libro hay algo que se inspira en mis viajes,
es decir, en lo vivido o aprendido en esos viajes.
Sobre el degollado oí hablar en un barco de
pescadores, Andrópov también surgió
de cierta anécdota que me hicieron en el mar,
las historias submarinas reúnen algunas imágenes
que yo misma pude experimentar.
P.- El degollado nos ha parecido
un personaje enternecedor…¿qué
hay de real y de ficción en la construcción
de este marinero? ¿Y en la estremecedora y
hermosa anécdota de piratas narrada? Estos
piratas rompen con la imagen literaria y romántica
de estos delincuentes como luchadores por la libertad…
¿ha sido intencionada esta desmitificación?
R.-Pues sí, el degollado pudiera
estar basado en un personaje real al que sólo
conocí de referencias. Y sobre los piratas…
Si “Memorias de un degollado” consigue
desmitificar a quienes aborden armados un barco de
indefensos pescadores que descansan en medio de la
noche agotados por el esfuerzo de su intenso día
de labor, me siento contenta. Creo que cuando se ataca
a inocentes, ya no se puede hablar de defensa de la
libertad. Solo hay que imaginar estar acostado en
un barco lejos de la costa y que uno mismo pudiera
despertar en esas circunstancias. Entre otras cosas,
esos son justamente ataques a la libertad que debe
dar el mar.
P.- Otro relato impresionante (asfixiante)
es el que da título a la colección,
Azul, …¿se ha visto en situación
parecida?
R.-He estado en una cueva submarina
como la que describo y es una situación única.
Pero aún no he tropezado cara a cara con un
tiburón azul. Creo que me gustaría,
pero claro… con las precauciones necesarias
para que el tiburón no tuviera ninguna oportunidad
de acabar con mi oficio llevándose mis brazos
entre sus dientes.
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Emma Romeu,
autora de éxito entre los jóvenes. |
P.- Además de la amistad,
el compañerismo, la generosidad… hay
un relato de amor especialmente hermoso, que reivindica
la figura de lo indígena y de su lengua. ¿Ha
pretendido dar un aldabonazo a sus lectores para que
se planteen la situación social de abandono
y la aculturación que sufren?
R.-El mundo maya, zapoteco, otomí,
mayo, mixteco y de las otras muchas etnias que habitan
en México es fascinante e insuficientemente
conocido. En México se hablan 62 idiomas y
hasta eso -que es algo tan significativo- es muy poco
divulgado. Me gusta investigar sobre ese tema y el
cuento “Xóchitl” partió
de lo que iba conociendo en mis viajes por Veracruz.
P.- Los buscadores de tesoros arqueológicos
también forman parte de esa galería
de personajes relacionados con el mar… su historia
de amor, celos e incluso desprendida amistad, acaba
en tragedia.
R.-Puedo decir que bucear en barcos
hundidos es una experiencia única. Tuve la
suerte de sumergirme varios días entre los
restos de uno de los barcos de la flota del Almirante
Cervera, que fue hundido cerca de Santiago de Cuba
durante la guerra cubano hispana norteamericana, en
1898. Ese barco todavía conserva bajo las aguas
parte de su estructura. Por cierto, cerca de aquel
pecio casi pierdo la vida. El accidente fue a causa
del peculiar oleaje, que dificulta mucho acercarse
a la orilla de gran pendiente, donde la ola te enrolla
y te hunde sin dar casi oportunidad a avanzar.
P.- ¿Cuál es su clásico
en lengua castellana preferido? Explique cuál
puede ser su mayor influencia a la hora de ponerse
a escribir y qué otras influencias refleja
en sus textos.
R.-Cuando me siento a escribir literatura
creo que mis manos recuerdan todo el tiempo que llevan
veinte años dedicadas al periodismo científico.
Eso me influye enormemente. ¡Ah!, mi clásico
es El Quijote (qué respuesta más
clásica, dirán ustedes, pero así
es).
P.- Esta es una demanda que solemos
hacer a nuestros entrevistados: Promocione usted la
enseñanza y el aprendizaje de la literatura…¿qué
puede ofrecer la buena literatura a los jóvenes
de hoy?
R.-La literatura abre puertas en
la mente, acompaña, divierte, entristece para
hacernos crecer, enriquece. No renunciaría
nunca al placer de leer un buen libro y a la aventura
de escribir los míos.
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