El
pasado 22 de febrero acudimos a La Vidriera al estreno
de 'La Zapatera Prodigiosa', una obra que representaron
algunos estudiantes de 2º de Bachillerato del
IES Ría del Carmen y dirigida por su profesora
de Lengua, Elena Galiano. Entrevistamos a dos estudiantes
que actuaron como protagonistas: Daniela Gimeno, que
tenía el papel de 'zapaterita', una joven que
se enfrenta a todo el pueblo en su lucha por ser ella
misma, y Daniel Moraleja, que actúa como su
marido, el zapatero del pueblo.
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Daniel
Moraleja y Daniela Gimeno, protagonistas de
la obra. |
Pregunta.- ¿Por qué
decidisteis participar en la obra.
Daniela Gimeno.- Empecé en
teatro porque el año pasado nos gustó
muchísimo a todos la obra y sabíamos
que había muy buen rollo con Elena. En cuarto
hice el Taller de Teatro de optativa con Elena y ya
nos había dicho que le gustaría que
actuásemos. Este año, cuando empezamos,
al ser ella mi tutora nos hablaba mucho y muy bien
del teatro y entonces decidimos probar, ir a las reuniones
y cuando decidiera los personajes ya veríamos
que hacíamos. Además, sabíamos
que sube un punto en Lengua, que también es
mucho, y cuando preguntaron quién quería
ser el protagonista nadie decía nada y Ana
y yo dijimos que lo intentábamos.
Daniel Moraleja.- Sinceramente no
lo sé, pero ya desde el año pasado tenía
ganas de hacerlo y a principios de curso estuve muy
feliz esperando al momento del reparto de papeles.
P.- ¿Ha sido la primera vez
que habéis actuado? En caso de que no, ¿cómo
creéis que ha sido vuestra interpretación
en relación con los que habían actuado
antes? ¿Os gustaría seguir en el teatro
como hobby?
DG.- Pienso que lo hemos hecho muy
bien para ser un grupo en el que nadie había
hecho teatro nunca y ha salido bastante mejor de lo
que esperábamos. En parte sí me gustaría
seguir porque me lo he pasado muy bien y me ha gustado
la experiencia y saber que ha salido bien, pero quita
muchísimo tiempo y el año que viene
no voy a tener tiempo para todo. Entonces me lo plantearía,
dependiendo de cómo me vea de tiempo.
DM.-Nunca, pero tampoco sé
si alguien había hecho teatro o no, la verdad
es que creo que todos eran inexpertos, al igual que
yo y aun así hemos hecho un grandísimo
trabajo. Actualmente, me planteo si seguir o no porque
realmente me gusta y me encantaría pero, por
otra parte, no creo tener el talento suficiente como
para continuar porque en este grupo lo que contaba
era 100% esfuerzo.
P.- Respecto a los ensayos, ¿qué
tal llevabais tener que quedaros más tiempo
algunos días?, ¿Elena os exigía
mucho? Y, por otra parte, ¿había buen
rollo entre vosotros?
DG.-Elena no nos ha exigido mucho
porque sabe que estamos haciendo 2º de Bachillerato
y que tenemos muchas cosas además del teatro,
aunque sí hemos tenido que hacer algún
que otro sacrificio para poder ir a todos los ensayos
y quedarnos mucho tiempo pero, por lo general, nos
ha sabido entender muy bien cuando le decíamos
que teníamos un examen muy importante al día
siguiente o que esa semana no podíamos ir a
ensayar porque nos iba a quitar mucho tiempo. Lo entendía
perfectamente y si no podíamos, no podíamos,
y nos dejaba ir en otro momento o lo que fuese. Y
nos llevamos todos muy bien, llevamos muchos años
juntos y nos conocemos desde primero y los que han
venido nuevos también se han integrado bien.
Además, la mayoría son amigos míos
fuera y quedábamos para ir y comer en los ensayos,
así que ha habido muy buen rollo y nos ha unido
mucho más.
DM.- Era algo que realmente me gustaba
porque disfrutaba mucho actuando y me lo pasaba muy
bien. Fue una buena experiencia esto de tener que
quedarnos más tiempo a pesar que alguna gente
diga que quitase tiempo, menos algún día
que había exámenes. Respecto a Elena,
nos ayudó muchísimo y nada más
acabar la obra fuimos todos a felicitarla, y no solo
por haber dirigido la obra, sino porque hizo muchísimo
por nosotros y la persona que más trabaja en
la obra, tal vez, no de manera representativa porque
lo que ves es al grupo y no a ella, pero Elena es
la que más trabajo y presión lleva del
grupo. Además, de lo más importante
fue el buen rollo que había entre nosotros
y que sin él tal vez no hubiese salido así.
Además, la protagonista y yo teníamos
mucha química a la hora de actuar y ayudaba
mucho tener a alguien en la cual confías y
sabes que aunque tú la “cagues”,
ella va a saber librarla.
P.-¿Fue difícil que
la obra saliese de manera fluida, sin parones?
DG.- Ha sido muy difícil que
saliese todo fluido porque al principio nos daba mucha
vergüenza en los ensayos y lo hemos dejado todo
como para última hora, o sea, el texto nos
lo sabíamos bien, pero el tema de la rapidez
y todo eso lo hemos dejado para el final y aunque
igual no se notase, nosotros un poco sí.
DM.- La verdad es que esto es algo
que siempre es difícil porque aunque vayas
preparadísimo, los nervios te atacan a última
hora, pero bueno, la cuestión es que salió
y eso es lo que importa.
P.-¿Creéis que el
personaje de la obra que os tocó es el que
más se asemeja a vuestra personalidad? En caso
contrario, ¿cuál es?
DG.- Me parece que sí. El
personaje estaba bastante bien con mi personalidad
porque lo que yo había visto otros años
eran obras en las que la mujer se veía muy
en segundo plano y para mí es muy importante
todo el tema de la igualdad. Soy una persona que lucha
mucho y el personaje de la zapatera lo hacía
y me he sentido muy identificada con ella en ese aspecto,
en que a ella le daba igual lo que pensase la gente,
y hacía todo por lo que ella pensaba y no se
arrepentía de nada.
DM.-De primeras, el personaje lo
escogí yo porque desde el año pasado
ya decía que quería ser el protagonista,
pero no por tener más protagonismo, sino por
superar la vergüenza y poder hablar en público.
El tener tanto texto y estar expuesto a tanta gente
me iba a ayudar necesariamente. Además, interpretar
al zapatero no fue algo que me costó excesivamente
porque su actitud era muy similar a la que yo tendría
y esto hacía que actuase como si fuese yo.
P.-¿Habéis acabado
contentos con el resultado?
DG.- Sí, la verdad es que
hemos acabado todos super contentos con el resultado,
nunca hubiéramos pensado que iba a salir tan
bien y que le iba a gustar tanto a la gente.
DM.- Decir contento con cómo
he acabado es quedarse muy corto. Cuando acabas la
obra es un momento de pura felicidad, en el que los
sentimientos afloran y nada más acabar lo que
hice fue ir a abrazar a la protagonista y decir todo
el rato que ya lo habíamos hecho. Era realización
personal y que se consiguiera representar de manera
tan satisfactoria era algo que indescriptible.
P.-¿Aconsejaís a los
cursos menores participar?
DG.- A los cursos que irán
a 2º de Bachillerato el año que viene
y los siguientes yo les aconsejo que sí, y
que traten muy bien a Elena, que se lo “curra”
muchísimo y que así se van a dar cuenta
de que es muy divertido y te lo pasas bien.
DM.- Desde mi punto de vista, el
teatro es bueno para cualquier persona, por lo que
aconsejo plenamente a cualquier alumno que participe
porque te ayuda como persona, aunque creo que esto
es algo muy personal porque cada uno tiene sus cosas
y es un mundo.
P.-Según vuestra experiencia,
¿qué consideráis más importante:
el esfuerzo o el talento?
DG.-Para mí es mucho más
importante el esfuerzo porque yo no pienso que tenga
ningún talento y creo que lo he hecho bien
y ha sido porque me lo he estudiado mucho, he trabajado
mucho, he ensayado mucho y además tienes que
pensar que tiene que salirte solo y no tienes que
forzarlo pero sí tienes que ensayar muchísimo,
por eso me parece mucho más importante el esfuerzo.
DM.- Es difícil. Obviamente,
el talento importa pero sin esfuerzo no llegas a ningún
sitio, es decir, por mucho talento que tengas, si
no haces nada no te va a servir. Daniela tenía
un talento increíble pero es que también
se lo ha currado. Hace más el que quiere que
el que puede.
P.-¿Cuál es la escena
de la obra que más te gusta?
DG.- Mi escena favorita es cuando
el niño, que era Inés, hace el poema
de la mariposa: se lo aprendió muy bien y lo
hacía muy bien. También me gusta mucho
cuando todas las vecinas vienen, tras irse el zapatero,
y agobian a la zapatera, y cuando viene el mozo de
la faja, que era Iker, e intenta seducirla pero se
va con un tortazo.
DM.- Me gusta mucho la escena del
alcalde porque es difícil aguantar la risa
en la escena debido a que Julián, que ya hace
gracia de por sí, sabes que se está
riendo por dentro diciendo esas cosas. Aun así
mi preferida, con diferencia, es la escena del romance
porque es un cambio radical de ser el zapatero al
titiritero y es uno de los puntos clave de la obra,
en la cual el zapatero vuelve de nuevo dispuesto a
cambiar su vida y tienes que demostrar eso, forzando
al zapatero a ser el titiritero. Aprenderte el romance
es algo que te llena como persona debido a su extensión
y parece que no puedes con ello.
P.- Para finalizar, ¿podríais
contarnos alguna anécdota?
DG.- Un día Ana, en un ensayo,
fue a sentarse en una silla que había por allí
y al hacerlo la silla se rompió por el centro,
por lo que se quedó ahí encajada y nos
reímos mucho todos.
DM.- Hay bastantes por contar, una
de ellas es que en todos los ensayos me ponía
a tocar el piano y no sé porqué, pero
sin duda es una silla, la cual fue lo que más
problemas dio en toda la obra porque se arreglaba
pero cuando alguien se sentaba, se volvía a
romper. Todos, incluida Elena, estuvimos a punto de
caernos.
Para despedirnos ya os queremos dar las gracias por
la entrevista y la enhorabuena por la obra, que nos
ha gustado muchísimo a todos. Esperamos que
organicéis otra, porque que estaremos encantadas
de asistir. Hasta la próxima.
Información sobre el estreno de 'La zapatera
prodigiosa' AQUÍ
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