A partir de una presentación con imágenes,
sin texto, el alumnado de 4º de Primaria escribió
un cuento. Este es el de Rafael Caso, Daniela Gutiérrez,
Igor Saavedra, Natalia Núñez y Jorge
Sánchez.
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Grupo
3: Natalia Jorge, Rafael, Igor y Daniela. |
Una mañana de otoño, fría, doña
Berta se levantó por un ruido de la calle.
Resultó que eran las ramas de un árbol
chocando contra la ventana. Su marido se despertó
también y le preguntó qué pasaba.
Después se fueron a desayunar. Al terminar
Berta subió a hacer la cama y miró por
la ventana a ver qué tiempo hacía, y
vio una niña. A continuación cogió
la ropa y se fue a hacer la colada. Cada vez que hacía
algo, miraba por la ventana. Hacía muy mal
tiempo pero ella salió a recoger manzanas,
mientras su marido la observaba por la ventana. Después
fue a regar sus plantas, el gato la perseguía
a todas partes.
Con los nabos hizo una ensalada y su gato no dejaba
de seguirla. Después del árbol talado
cortó leña para no tener tanto frío.
Y estaba ya muy cansada. A continuación se
fue al desván a hacer leche y el gato. Cada
vez que veía que Berta hacía un caldero
de leche, se lo bebía y ella tenía que
volver a llenarlo entero. Luego ella se fue a asar
un chuletón y se le quemó, se llenó
el salón de humo y salió el gato disparado
a otra habitación. Después se fue otra
vez al huerto a por cestas de tomate y vio a unos
gansos volando. Doña Berta empezó a
hacer tomate frito y el gato estaba jugando con su
ratoncito de juguete (que se llamaba Jaimito).
Luego guardó lo que le sobró del árbol,
en un sitio detrás de la casa, y lo dejó
para otro día. A continuación, estaba
colgando judías verdes y habas y el gato no
dejaba de seguirla a todas partes.
Después, Berta apoyó la escalera en
la fachada, se subió y fue ventana por ventana,
cambiándolas y las puso más fuertes
para que el árbol no las golpease cada día.
El gato estaba observándola desde el árbol.
Luego cerró todo para la nevada, para que no
se colase nieve en la casa. Después fue a un
cuarto a fabricar zapatos para andar por la nieve.
Los fabricó con una raqueta a la que puso cordones
para que se pudieran atar. Luego fue a buscar al ratoncito
del gato, que se cayó donde la leña.
A continuación fue a coser sus guantes de la
nieve, que hacen conjunto con los esquís. Luego
se fue a ver qué hacía su gato y estaba
jugando con su ratoncito de peluche en la rama del
árbol. Después abrió la puerta
y se quedó sorprendida mirando a la calle y
había rosquillas tiradas por todo el salón.
A continuación fue a preparar la mesa para
comer y allí tenía el té y los
vasos. Se cayeron más rosquillas.
Todo esto era idea del marido que le mandaba recoger
las manzanas, talar el árbol, regar las plantas,
hacer la colada, recolectar nabos, colgar judías…
y al final le mandó hacer una cosa más
y ella le tiró encima la tetera.
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Portada
del libro en el que se inspiraron. |
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