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Red-acción
II Época / Nº45
Marzo
2011
ENTREVISTAS / CUESTIONARIO 10
El esfuerzo garantiza el éxito

Por Jorge Vellido Sáenz de Buruaga, alumno del colegio Nuestra Señora de la Paz de Torrelavega.

Ignacio Rodríguez del Bosque (Oviedo, 1965), es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y doctor Cum Laude en Dirección y Administración de Empresas. Desde 1997 es catedrático de Comercialización e Investigación de Mercados en la Universidad de Cantabria. Su actividad investigadora en los campos de la distribución comercial, comunicación comercial e investigación de mercados se ha desarrollado también en la Universidad de Columbia en Nueva York.

Ignacio Rodríguez del Bosque acompañado por nuestro reportero Jorge.

Ha escrito 23 libros y 93 artículos en prestigiosas revistas especializadas nacionales e internacionales. Ha dirigido siete tesis doctorales, siendo colaborador habitual, como autor y evaluador, de prestigiosas revistas científicas como Tourism Management o Journal of Bussines Ethic. También ha sido director general de la Fundación Comillas y miembro del Consejo Económico y Social de Cantabria.

Pregunta.- ¿Cómo se decidió usted a estudiar Ciencias Económicas y Empresariales? ¿Lo tuvo muy claro desde un principio o hubo alguna influencia, por ejemplo, de algún profesor o alguien cercano que le ayudara a decidirse?
Respuesta.- Siempre tienes a alguien en quien fijarte más o menos. Yo, por ejemplo, tenía a mi padre al que, como empresario, veía tomar decisiones, estar en contacto con el mundo de la empresa, y eso, bueno, causó una honda impresión en mí. Y así, yo creo que desde un principió me orientó a estudiar la rama de ciencias en el bachiller, y posteriormente, por influencia de un profesor, a enfocarme directamente a todo lo que era ciencias económicas. Ahí ya me encaucé a lo que es mi orientación profesional.

P.- La gente de mi edad oye hablar del plan Bolonia y todos estamos un poco confundidos sobre la implantación de este sistema, si va a ser mejor o peor para nosotros. Me gustaría saber cómo lo ve usted.
R.- Como todo cambio, supone un incentivo y en consecuencia cabe pensar que va a ser mejor. En el momento en que las personas están incentivadas van a orientarse, o a desarrollar su actividad, en el sentido adecuado. Bolonia lo que motiva, básicamente, es que para todos sus estudiantes la educación esté muy enfocada a su desempeño profesional, de tal manera que nosotros diseñamos con la colaboración de las empresas, que nos dicen qué perfil necesitan sus trabajadores, los nuevos planes de estudio. Eso es lo que hemos recogido. Y ahora, en la segunda fase, en la que estamos, consiste en la implementación de esos planes. Y lo que hacemos es que nuestra docencia sea tremendamente práctica; es decir, no perdernos en las teorías, que son necesarias, pero a veces lo que se necesita es la aplicación de esos conceptos, de esas teorías.

P.- ¿Usted cree que el proceso de Bolonia sufrirá algunas modificaciones en su implantación o todo está muy claro?
R.- Hombre, como en toda implementación surgen imprevistos cuando se ejecuta. Hay una gran crisis económica que ahora estamos intentando resolver y que, sin duda, va a hacer más difícil poner en práctica Bolonia. Eso lo que nos va a obligar es a buscar formas creativas para intentar que ese plan, con los pocos recursos que hoy en día tenemos, sea lo más útil posible. Luego, ya en un segundo plano, estaría el día a día, buscar que con los recursos que hay realmente se optimice que los estudiantes salgan formados y que las empresas realmente reciban gente que sea útil en su trabajo. Eso es el día a día de toda implementación, pero, sin duda, resoluble y fácil de soslayar.

P.- ¿Usted cree que todo el mundo debería estudiar una carrera universitaria?
R.- Con independencia de que sea universitaria o no, lo que sí es verdad y lo que sí tiene que ser necesario es que todo el mundo tenga derecho a una formación digna. No todo el mundo tiene por qué ser universitario, ni tener un nivel por encima de sus necesidades, lo que sí tiene que ser igual para todo el mundo es la posibilidad de formarse, porque a las personas lo que las diferencia realmente no es lo que son, ni lo que tienen, ni cómo viven, sino lo que saben, eso es lo que diferencia a las personas. Hay mucha gente que en el desempeño de su actividad no necesita la universidad, ya que con un FP les vale, o con bachiller o con el título de ESO. Eso en la vida profesional. En la vida privada cada uno tendrá unas inquietudes, unos intereses, que la Universidad tendrá, también que satisfacer.

P.- ¿Sigue usted vinculado a la Fundación Comillas?
R.- Por supuesto que sí, sigo dirigiendo cursos, seminarios, diferentes proyectos de investigación. De hecho, antes de ser el director de la Fundación Comillas yo era profesor universitario; la única condición que puse para dirigir la Fundación fue seguir siendo profesor universitario, y así fue durante 6 años. Y una vez terminado mi mandato y el diseño del plan estratégico volví a ser lo que siempre fui, que es profesor universitario, y por eso sigo vinculado y siempre seguiré vinculado a ese proyecto.

P.- De todas formas, déjeme que le pregunte si la Fundación Comillas va a traer muchos beneficios a España y a Cantabria.
R.- Claro que sí, la Fundación es uno de los activos más importantes que tiene nuestra comunidad. Se cifra que las rentas derivadas del uso del español rozan el 13% del PIB. Esto quiere decir que, de toda la actividad económica que se desarrolla durante un año, casi el 13% de nuestra riqueza está vinculada al idioma español. La realidad es que tenemos la tercera lengua más hablada del mundo después del chino y del inglés. Cada día hay mas pujanza de lo español, y no sólo del idioma, sino también de la cultura de las empresas. El idioma es un signo de identidad que compartimos todos los hablantes a los que nos une una cultura, no sólo un idioma sino la lengua y la cultura hispánicas nos dan unas señas de identidad. Eso hace que sea más fácil hacer negocio, nos entendemos con más facilidad, generamos riqueza con más facilidad y, sin duda, el idioma es un "facilitador" de los intercambios de la generación de riqueza. El español es uno de los activos más valiosos que tenemos de cara al futuro.

P.- ¿Qué opina usted de la juventud de ahora?
R.- Hombre, a mí la juventud me da envidia; o sea, yo, si volviera a tener 15 o 16 años, en plena adolescencia, volvería a hacer muchas de las cosas que hice, sobre todo esforzarme, sacrificarme, estudiar, hacerle caso a mis padres, trabajar todo lo que pude y más, todo eso lo volvería a hacer sin duda alguna. Pero también me divertiría más, ahora es mucho más fácil compaginar las dos cosas ya que hay mucha más interconectividad en todo el mundo, más posibilidades, más oferta lúdica, y un universitario puede perfectamente irse de Erasmus a estudiar sobre todo, pero también a divertirse y relacionarse.

P.- ¿Cómo encuentra usted el nivel académico de sus alumnos?, ¿llegan bien preparados?
R.- Vamos a ver, no es que lleguen bien o mal, sino que la formación es distinta. Antes, una persona llegaba a la Universidad más preparada técnicamente, con conocimientos muy técnicos, cálculo, matemáticas, estadística, etc., y eso lo convertíamos al mundo de la economía en la econometría. ¿Qué es lo que sucede ahora?, que las personas llegan más preparadas en su nivel de idiomas, traen mejor preparación en técnicas de presentación, de internet, de comunicación, de redes sociales, etc. Entonces, por esto, yo no diría que los jóvenes de ahora son mejores o peores, sino que tienen distintas habilidades a las que había hace años. Eso refleja lo que va a ser la sociedad del futuro, lo importante no va a ser la acumulación de cocimiento sino la capacidad de búsqueda del conocimiento que necesitamos en cada momento.

P.- Para usted, ¿qué es más gratificante dar clase o escribir artículos e investigar,es decir, la parte docente o la investigadora? ¿o son complementarias?
R.- El profesor es prácticamente como un alumno, con la pequeña diferencia de que los alumnos pagan por estudiar y a los profesores nos pagan por estudiar. Lo que pasa es que cuando vosotros estudiáis lo que hacéis es leer y repasar cosas hasta que te las aprendes. Nosotros le llamamos estudiar a investigar, a aprender cosas nuevas, y esas cosas nuevas ponerlas en práctica y explicárselas a los alumnos.

P.- Finalmente, ¿qué recomendaría a un alumno de 3º de la ESO que esté pensando en hacer una carrera universitaria dentro de cuatro años?
R.- Pues que hay que tener claro que hay que esforzarse, trabajando todos los días constantemente, y que el éxito está garantizado en la medida que se tenga el esfuerzo; se tardará más o menos, pero el éxito llega, porque habiendo esfuerzo y objetivos todo llega. A lo que os animaría es a que tengáis claro lo que queréis y a esforzaros en el intento porque es lo más gratificante que hay en esta vida: alcanzar el objetivo planteado.



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