Iván es un amante
de la arqueología, de las aventuras y de
los mitos y leyendas de todas las épocas.
Le gusta imaginar qué hay detrás de
los múltiples secretos que esconde Egipto
en sus entrañas y no duda en crear su propia
versión, mezclando personajes reales e inventados.
Hacia los años 30 antes
de Cristo había una Reina llamada Cleopatra
de la que decían que era la más
bella de todas las mujeres y la más rica
de los faraones. Pero cuando murió Ceopatra
todo cambió; dicen que la pirámide
donde yace su cuerpo está maldita y todo
el que entra no sale.
Pero unos arqueólogos ingleses dirigidos
por Rómulo, un español sediento
de aventura y tesoros, se adentraron en las catacumbas
de la pirámide sin sospechar los males
que acechaban. Cada vez se adentraban más
en las catacumbas, hasta que llegaron a la tumba
donde no llegaba el sol; hicieron una antorcha
con un trozo de camisa y la prendieron, pero cuando
pusieron la vista en la tumba de Cleopatra un
grito espantador apagó la antorcha de un
soplido. Rómulo fue rápido y la
volvió a encender, pero todos los ingleses
de su alrededor habían desaparecido.
¡Pum! La cabeza de uno de los ingleses cayó
de la pared. "Sal de mi tumba o te pasará
lo mismo que a los ingleses", pero Rómulo
no hizo caso y no se volvió a saber nada
de ellos.