Los juegos
de rol son juegos basados en la premisa de que el
jugador adopta un rol, de ahí el nombre, o
identidad ficticia, embarcándose en aventuras
sin reglas creadas por la imaginación de los
jugadores, normalmente en unos mundos y con elementos
fantasiosos, que pueden ir desde basarse en Star Wars
hasta en la Edad Media.
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'Dragones y
mazmorras' es un clásico del rol. |
Desde su creación a finales de los años
60, y su posterior expansión orientada a los
jóvenes, estos juegos han estado en el ojo
del huracán siendo siempre objeto de controversia.
Se les relaciona con la violencia y la muerte, ya
que muchos de los temas de las partidas son guerras
y batallas.
Desde sus inicios con Dungeons and Dragons,
conocido también como Calabozos y Dragones
o Dragones y Mazmorras, el rol ha estado
considerado por la sociedad como una fuente de malos
espíritus y brujería y sólo era
practicado por aquellos jóvenes que buscaban
una forma nueva de divertirse. Con el tiempo, el rol
ha ido evolucionando, haciéndose más
atractivo y más estético para el público
en general, apareciendo juegos tan famosos como Warhammer
y Magic: the Gathering. Bien, aun así
mucha gente sigue considerando este tipo de juego
como algo diabólico. ¿Por qué?
Se podría explicar de muchas maneras:
- Supongamos que tienen razón. Cojamos un
juego de rol de cartas como ejemplo. Por muy violento
que pueda llegar a ser la temática de dichas
cartas, no creo que nadie con un poco de sentido
común traslade esa violencia del juego a
su vida real. De hecho, para evitar cualquier malentendido,
las compañías distribuidoras actualmente
incluyen un cartelito que reza: "Para jugar
se debe distinguir correctamente realidad de ficción’’.
No hay lugar a dudas.
- ¿Y si no tienen razón? ¿Y
si es por meros motivos personales o, incluso, por
desconocimiento de la naturaleza del rol? Entonces
entraríamos en un territorio espinoso, ya
que se nos intenta encauzar y disminuir nuestras
posibilidades. En definitiva, lo contrario de un
país democrático, la no libertad.
Debatamos estas afirmaciones. Una persona normal,
pacífica, que un día decide jugar a
rol. De repente su vida cambia por completo y se convierte
en un asesino y psicópata. ¿Suena lógico?
Por supuesto que no. Ahora bien, si alguien con una
mente no desarrollada o no capaz de distinguir el
juego y la vida real (es decir, tanto niños
pequeños como locos) juega a esto… ¡ah!,
tenemos un problema. Pero claro, dirán, ¿qué
tiene este juego para que provoque estas reacciones?
Pues lo mismo que un libro de temática fantástica
o una historia épica del abuelo. ¿Significa
eso que hay que prohibir los libros y los abuelos?
No es de recibo echar la culpa al Rol de los males
actuales de los jóvenes, ya que no es ese el
motivo o la causa de lo que llaman (qué sabrán
ellos) "la decadencia de los jóvenes
de hoy en día".
De hecho, recientes estudios realizados han demostrados
que el rol y sus variantes en el mundo de los videojuegos,
lejos de perjudicar potencian muchas de nuestras capacidades
mentales, como los reflejos, la interpretación,
la imaginación, la socialización y la
colaboración entre jugadores, ya que los juegos
son cooperativos, no enfrentados.
Es decir, que la idea que se nos quiere imponer como
cierta de que el rol es un juego violento y no recomendable
para nadie, si se analiza en profundidad (bueno, sobre
todo si se juega) se descubre un pasatiempo interesante
y divertido que no implica en ningún momento
acciones que puedan dañar a nadie.
Resumiendo, volvemos al tema de prohibir sin saber,
simplemente por controlar. Pero no quiero hablar de
política. Digamos tan solo que hay que probar
algo para juzgarlo y que dar una opinión sobre
algo sin tener la menor idea es una tremenda injusticia
que, desgraciadamente, abunda en nuestros tiempos.

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