El santanderino barrio del Cabildo parece que, a fuerza
de derribos, ha abierto tímidamente sus puertas
a los cientos de ciudadanos que caminan siempre paralelamente
a él, de espaldas a él. Elisa realizó
un exhaustivo trabajo sobre su historia y sus señas
de identidad y consiguió el primer premio en
la octava edición del certamen 'Jóvenes
Investigadores' que convoca el Ayuntamiento de Santander.
|
Los bomberos
inspeccionan un vehículo que quedó
aplastado tras el último derrumbe. (Foto:
EFE/Esteban Cobo) |
La ciudad de Santander. Su estructura
en la Edad Media y Moderna
En la Edad Media, sobre las ruinas de un antiguo
poblado romano situado en el cerro de Somorrostro,
se construyó la iglesia de San Emeterio. En
un documento dado por el rey Sancho II se nombra ya
la abadía de San Emeterio en el año
1068. Así, el propio nombre de Santander se
deriva de la palabra latina "Sancti Emeterii",
que ya aparece en castellano en el siglo XIII.
En torno a esta abadía se estableció
una pequeña villa marinera que sería
el orígen de la ciudad. En el año 1187
el rey Alfonso VIII da a la villa una serie de privilegios.
Estos privilegios harán que prospere económicamente
y se dedique sobre todo a las actividades marítimas.
Así, se convertirá en una de las salidas
más importantes de Castilla al mar. Sus marineros
viajarán por todo el Cantábrico y llegarán
hasta las costas francesas e irlandesas. En su puerto
también estaban las flotas encargadas de la
exportación de las lanas castellanas hacia
el norte de Europa; y en sus astilleros se fabricaban
barcos para las armadas reales.
El crecimiento de la actividad económica de
la ciudad tuvo como consecuencia el aumento de la
población y el que aparezcan más calles
y casas en la villa y el puerto.
El primer núcleo de población se había
desarrollado en los alrededores de la Iglesia Colegial
o Abadía de los Cuerpos Santos y del Castillo
de San Felipe, y apenas contaba con media docena de
calles. A finales del siglo XII se expandió
al otro lado de la ría de Becedo. De este modo,
la villa se organizó en dos zonas: la más
antigua, denominada Puebla Vieja, situada en la parte
alta, sobre el cerro de Somorrostro, y la Puebla Nueva,
situada en la zona llana del otro lado del puerto.
|
La calle Somorrostro
y la Plaza de Velarde en 1900. |
La puebla vieja o Cabildo Alto
La puebla vieja constaba de una serie de calles que
se habían creado adaptándose al desnivel
del terreno del cerro que ocupaban. El primer tramo
de calles estaba en lo alto del cerro originario y
lo formaban dos calles: la Rúa Mayor y la de
las Carnicerías Viejas, que se extendían
desde las puertas de San Pedro y la Rinconada hasta
la abadía y el castillo.
Rúa Mayor era la calle más larga de
toda la villa y la que más torres y casonas
tenía. Paralela a Ruamayor se formaría
la Rúa Menor o de la Carnicería Vieja,
llamada así por encontrarse allí la
más antigua de las carnicerías de Santander.
Al pie de estas calles, se situaban las de Somorrostro
y Vergel, y las pequeñas callejas de la Bastida
y del Infierno. Por debajo de estas se localizaba
un puente que unía la Puebla Vieja con la Puebla
Nueva y que llegaba hasta las atarazanas (almacenes
donde se construían barcos). La Rúa
Mayor se prolongaba por la calle del Alta.
Las casas que ocupaban por entonces las calles de
Santander podían ser de una o de dos plantas,
predominando estas últimas. La planta de abajo
era muy frecuente que estuviera dedicada a bodega,
taller o tienda.
A menudo también tenían de un amplio
portal. Aunque había casas de piedra (las de
la nobleza rica), en la mayor parte de los casos esto
sólo ocurría en la primera planta, ya
que la segunda se hacía con madera o con madera
y mampostería, hasta llegar al tejado.
La puebla nueva o Cabildo Bajo
Ya a partir del siglo XIII según van pasando
los años se establecen en la parte baja de
Santander artesanos y mercaderes. De esta manera se
empezó a formar la puebla nueva, creándose
un conjunto de calles en torno a un centro que, en
este caso, era la céntrica Plaza Vieja, hoy
desaparecida. A ella se accedía a través
de la calle del Puente y allí tenían
lugar los actos más importantes (fiestas, representaciones
teatrales, corridas de toros...). A partir de ella
se disponían las calles más destacadas,
tales como Santa Clara, llamada así por el
monasterio de esta orden religiosa establecido en
ella, y las de San Francisco, de la Sal –cuyo
nombre se debía a un depósito de la
sal allí situado– y del Palacio, en la
que estaba ubicado el depósito de trigo, un
edificio de gran importancia en la vida de los ciudadanos
de la villa. Otras calles de este núcleo eran
las de Tablero, Arcillero, Medio y Arrabal.
A lo largo del siglo XV hubo muchos conflictos entre
la Puebla Vieja y la Nueva a la hora de determinar
su participación en el Gobierno municipal.
Así, para remediar estas peleas se decidirá
que gobernasen la villa dos alcaldes, seis regidores,
dos fieles y un procurador, elegidos entre los vecinos
de las dos zonas diferenciadas de Santander. Como
ocurrió en la mayor parte de las ciudades castellanas,
dichos cargos los ocuparon los miembros de la nobleza
más destacados y de mayor antigüedad.
Los Reyes Católicos determinaron el momento
de elección y fijaron que se elegirían
anualmente, siendo el 1 de enero la fecha establecida,
y el antiguo convento de San Francisco, situado donde
hoy está el Ayuntamiento, el lugar de celebración.
El puerto y la muralla
Durante toda la Edad Media, el puerto se mantuvo
en la ría de Becedo. En su entrada se situaban
dos torres de defensa. Sobre esta ría natural
se fueron realizando algunos rellenos de tierra e
importantes obras tales como muelles de madera de
sus laderas y el puente que unía las dos pueblas.
También se encontraban allí las Reales
Atarazanas, un gran edificio destinado a construcción
de barcos.
Para intentar aumentar la capacidad del puerto, en
la segunda mitad del siglo XV se inicia la construcción
de una dársena fuera de las murallas, ejecutándose
el denominado Muelle de las Naos a los pies
del castillo de San Felipe. Este puerto exterior quedará
concluido en el Renacimiento y a mediados del siglo
XVI comenzaron las obras del llamado Muelle Largo,
que se extendía hacia el este. A partir de
este momento, y hasta mediados del siglo XVIII, la
estructura del puerto apenas cambiará.
Para proteger a los habitantes de ambas pueblas se
construyó una muralla que rodeaba la pequeña
ciudad, excepto por el este, por donde entraba el
brazo de mar que formaba la ría de Becedo que
dividía la ciudad. Cercada por la muralla,
en la villa había siete puertas; siete fuentes
proporcionaban agua a sus habitantes y además
existían un buen número de ermitas dedicadas
a diversos santos.
Los accesos naturales a la muralla se hacían
por el cerro de Somorrostro. Este estaba defendido
por el castillo de San Felipe, en el lugar del actual
edificio de Correos, y por la abadía colegial.
Desde el embarcadero, la actual plaza del Ayuntamiento,
se podía acceder a la Puebla Alta por la calle
Cuesta y la Cuesta del Hospital. Para ir desde la
actual Plaza de las Estaciones, era muy difícil
y tenía que hacerse a través de un sendero
tortuoso entre acantilados.
La sociedad. Los pescadores
Ya durante los siglos siglo XV y XVI, la villa presentaba
la estructura social y económica de la mayoría
de las poblaciones con puerto de mar. Estaba controlada
por unos cuantos nobles que vivían en el núcleo
urbano, mientras que la mayoría de la población
se dedicaba a diversas actividades, destacando la
agricultura y el cultivo de pequeñas huertas
y la pesca. La cantidad de tierra que tenía
cada campesino era muy pequeña, siendo el maíz
y la vid los productos que más se cultivaban.
La pesca ocupaba un papel muy importante en la actividad
económica y la sociedad. Normalmente, a partir
del siglo XVII no se realizaban grandes travesías
en busca de pescado, sino que se pescaba en los alrededores
de la bahía o en las zonas próximas
de la costa cantábrica (navegación de
cabotaje). Se separaba la cantidad necesaria para
consumir en la ciudad y los excedentes se exportaban
a Castilla. Los pescadores, que eran una parte importante
de la población, se agruparon en las llamadas
Cofradías de pescadores. Estas cofradías
eran asociaciones que surgen en la Edad Media donde
se unían las gentes que trabajaban en la mar
para ayudarse mutuamente, reglamentar cómo
debía pescarse, resolver problemas entre los
propios pescadores, establecer como comercializar
la pesca que capturaran, etc.
Hasta el siglo XVII sólo existieron cofradías
en las cuatro villas de la costa: Castro Urdiales,
Laredo, Santander y San Vicente de la Barquera. Durante
la Edad Moderna constituían el gremio más
importante de los existentes en estas villas, pues
en ellos trabajaban entre el sesenta y el ochenta
por ciento de la población. Por esta razón,
las cofradías de pescadores llegaron a ser
el único medio que tenían éstos
para defenderse contra los abusos de los más
poderosos de la ciudad, que muchas veces pretendían
aprovecharse de ellos.
En la ciudad de Santander, en el siglo XIV los pescadores
crearon su cofradía relacionados con la ermita
de San Martín de la Mar, de donde tomaron su
nombre. A partir de la época moderna la cofradía
santanderina se dividió en dos existiendo una
para el cabildo de Arriba, llamada Cabildo de Pescadores
de San Pedro de Arriba, y otra para el de Abajo. Posteriormente,
después de la tragedia de la galerna del sábado
de Gloria del 22 de abril de 1878, en la que murieron
más de un centenar de pescadores, las dos cofradías
volvieron a unirse.
Algunos lugares y monumentos importantes
en el Cabildo de Arriba
1.- Calle Alta
El crecimiento de población hizo necesaria
la construcción de nuevas edificaciones fuera
del recinto amurallado. Estas construcciones denominadas
arrabales fueron levantadas junto a las puertas principales
de la muralla. Los principales: el de Fuera de
la Puerta, situado en junto a la Puebla Vieja,
en lo que hoy sería el trazado de la calle
Alta, y el de La Mar, emplazado sobre una
playa, en la zona que hoy conocemos como calle del
Arrabal.
La calle Alta se llamaba Fuera de la Puerta
en el siglo XVI y también figuraba como Rúa
Mayor o San Pedro. Al dividir la ciudad en distritos
en 1845 ya se la llamó Alta. La calle Alta
fue en sus principios uno de los dos barrios de pescadores
que no tenían cabida dentro de la muralla de
la villa. Muy cerca se abría la puerta de San
Pedro, por la cual bajaban hacia la cuesta del Hospital
los carros y arrieros. A partir de la iglesia de Consolación
comienza la prolongación de la calle Alta hasta
Cuatro Caminos. Antiguamente se llamaba a este trozo
Calzadas Altas y era uno de los principales
caminos de acceso a la ciudad. La calle tenía
gran cantidad de tabernas y cafetines.
Toda la calle tenía huertas y pequeñas
casas a lo largo de su recorrido, junto con alguna
fábrica de cueros. Ya en el siglo XIX se construyó
al final de la calle un edificio llamado de Exposiciones
que se utilizaba para celebrar certámenes de
ganadería, agricultura y jardinería
y para mítines. En el solar del Edificio de
Exposiciones se construyó el colegio Ramón
Pelayo. También estaban en la calle Alta el
convento de Santa Cruz convertido en fábrica
de Tabacos en 1837, y el Hospital de San Rafael, que
hoy es el edificio del Parlamento de Cantabria.
Más allá, en el lugar de la Peña
del Cuervo, se fundó el primer cementerio municipal
llamado de San Fernando. Fue cerrado al inaugurarse
el cementerio de Ciriego y en los terrenos que ocupaba
se construyó la cárcel provincial en
1935. En 1928 se inaugura el cuartel de la Guardia
Civil y también fue edificado el Asilo de la
Caridad. Pereda describió todo el ambiente
de esta calle de pescadores para que su recuerdo no
se perdiese. En la novela 'Sotileza'
describe a tipos populares que vivieron en ese barrio
(el padre Apolinar, Silda, Cleto, la Sargüeta...)
|
Personajes de
'Sotileza' en el mural realizado por José
Ramón Sánchez en la calle Alta.
A la derecha, el padre Apolinar. |
2. - El Paredón del Cabildo Alto
El Paredón tuvo un papel muy importante
en la historia de la calle Alta. Estaba situado al
final de la calle Rúa Mayor y a partir de allí
se iniciaba la calle Alta. Tenía una barandilla
y unas escaleras que llevaban hasta el mar donde los
marineros atracaban sus embarcaciones. En la plazoleta
superior celebraban sus reuniones el cabildo de Mareantes
de San Pedro o de Arriba, al aire libre o en la taberna
del tío Sevilla, según cuenta Pereda
en 'Sotileza'.
La escalera que unía la plaza superior del
Paredón con el muelle donde los marineros amarraban
sus barcos estaba en muy mal estado, existía
el peligro de que las piedras del paredón cayesen
sobre los marineros. Estos piden al Ayuntamiento que
arregle el muro, solicitando construir una rampa para
que los marineros puedan acceder con facilidad a sus
embarcaciones.
Durante todo el siglo XIX se hicieron proyectos
para hacer esta rampa que uniera la parte baja de
la ciudad con el barrio callealtero, pero todos son
desechados por el Ayuntamiento. Por fin, en 1883 se
da la solución definitiva, una rampa con varias
curvas que se adapta a la subida del terreno. La obra
se realizó estando de alcalde Marcelino Menéndez
Pintado, el padre de Menéndez Pelayo. Tardó
en construirse de 1885 a 1887 y para la época
fue una obra de gran importancia.
Durante estos meses en la ciudad de Santander aparece
la novela Sotileza. En esta novela aparecen
personajes del barrio del Cabildo Alto, que existieron
en realidad, y que la gente de Santander conocía.
Por eso decidieron poner el nombre de Sotileza a la
rampa. Así aparece en la placa que colocaron
en el muro de la primera curva. El Paredón
del Alta existe todavía con el mismo nombre.
Cuando se fue rellenando el terreno ganado al mar
de las zona de las estaciones, los marineros tuvieron
que abandonar el embarcadero al pie del Paredón,
llamado el Dueso, que era una playa que se extendía
hasta los pies de los muros de la catedral. Cuando
se estaban rellenando los terrenos ocupados al mar
existía la costumbre de tirar desde lo alto
del Paredón escombros y basuras para contribuir
a la desecación de las marismas que rodeaban
las vías del ferrocarril del Norte.
3. - Castillo de Santander
Se levantaba sobre el extremo del cerro de Somorrostro,
encima del solar que ocupa actualmente el Banco de
España. Era un edificio en forma cuadrada,
las esquinas estaban reforzadas por seis cubos macizos.
El castillo era la prolongación de la muralla
y el primer elemento defensivo que veían los
barcos al entrar en la bahía de Santander.
Durante bastante tiempo estuvo bastante deteriorado
y finalmente se decidió derribarlo. El derribo
comenzó en 1896, utilizándose las piedras
para el relleno de la Dársena Grande, actualmente
convertida en los Jardines de Pereda
4. - Nuestra Señora de la Consolación
La Iglesia de Consolación está situada
en el solar de la torre de un noble que habitaba allí.
Es una iglesia sencilla, como correspondía
a un barrio de pescadores. Se trata de un edificio
de una sola nave con crucero. Fue realizada por el
maestro cantero Francisco Pérez del Hoyo entre
1772 y 1774. El exterior se compone de dos partes:
un primer cuerpo de piedra de sillería con
un arco, donde se encuentra la puerta. A los lados
adornan pilastras adosadas. Sobre la puerta existe
una hornacina de piedra. Tiene un segundo cuerpo compuesto
por una espadaña donde se colocaban las campanas.
En esta iglesia fue bautizado Marcelino Menéndez
Pelayo, que nació en una casa próxima.
5. - Convento de Santa Cruz de Monte Calvario
El convento de Santa Cruz es uno de los edificios
más representativos de la calle Alta. Fue comenzado
a mitad del siglo XVII y en él vivió
la comunidad de monjas Clarisas hasta 1835.
El primer convento de Santander parece ser que en
un principió se estableció fuera de
los muros de la villa, hasta que en 1323 se edificó
uno nuevo dentro del recinto de la villa en la cuesta
de Santa Clara. Fue en tiempos de la desamortización
de Mendizábal, cuando las comunidades de monjas
de la calle Santa Clara y de la calle Alta tuvieron
que irse al viejo convento de Dominicos de Santillana
del Mar, donde vivieron juntas ambas comunidades durante
ochenta y un años, hasta 1918.
El edificio de la calle Alta comenzó a construirse
en 1641 bajo la dirección de Fray Lorenzo de
Jorganes. Era un edificio muy sencillo en el exterior
y con una cúpula en la capilla. Los maestros
canteros fueron Vicente Herrera y Juan de Pontón.
El convento fue fundado por María de Oquendo,
inaugurándose el 6 de noviembre de 1656. La
comunidad permaneció en el convento casi 180
años, hasta que a principios del siglo XIX
comienzan a tener dificultades, ya que en este tiempo
se buscaba un emplazamiento adecuado para instalar
una fábrica de tabacos. De esta manera, en
1835 las religiosas serían expulsadas del convento
con el fin de acondicionar el mismo para sus nuevas
funciones de fábrica.
5. - Hospital de la Santa Misericordia
Fue lugar de asistencia durante todo el siglo XVII
hasta la inauguración del nuevo Hospital que
se conocería por San Rafael en 1791. El Hospital
dependía de la iglesia colegial y de una Cofradía
llamada de la Santa Misericordia. Contaba con un cirujano,
un médico y un sangrador. Su carácter
más que médico debía ser principalmente
benéfico.
El viejo Hospital de la Misericordia se remodela bajo
la dirección del segundo obispo de la ciudad,
Francisco Lasso Santos, y se redactan de forma definitiva
los estatutos por los que ha de regirse la hermandad
que dirige el hospital y se dicen las funciones del
mismo, así como las obligaciones de cada uno
de sus miembros.
En 1787, la situación del hospital era mala,
de forma que era necesaria la construcción
de otro nuevo, dado el número de enfermos que
acudían a la villa y su demarcación.
|
Fachada del
Parlamento, antiguo Hospital de San Rafael. |
6. - Hospital de San Rafael
El hospital de San Rafael en las Calzadas Altas
es hoy uno de los edificios conservados más
antiguos de Santander.
El año 1791 marca el fin del hospital de la
Misericordia y el inicio del proyecto del hospital
de San Rafael. El obispo de Santander, Rafael Menéndez
de Luarca, hace una circular en la que pide ayuda
económica para poder construir el nuevo hospital.
En ella dice que el antiguo hospital contaba solamente
con quince camas y que el estado del edificio era
muy malo. El hospital contaba con una serie de normas
de tipo religioso y prácticas religiosas de
misa y rosario.
El edificio fue construido por el arquitecto municipal
José Alday Fernández y se puso como
patrón a San Rafael Arcángel. El hospital
es un edificio funcional con fachada de piedra, con
nueve arcos que forman un soportal, tiene ocho ventanas
y sobre la entrada un hueco vacío para la colocación
de alguna imagen. La entrada da directamente a un
patio.
En el primer tercio del siglo XIX el hospital se va
transformando y además se utiliza como asilo,
hospicio, casa de maternidad y de pobres. La casa
estaba dividida en tres secciones: para mujeres, hombres
y niños. A ella acudían pobres de la
ciudad y de los lugares de Cueto, Peñacastillo,
Monte y San Román. El hospital tenía
también una capilla en la planta baja, huerta
y jardín, así como un pozo y un aljibe.
Las hermanas de la Caridad se hacen cargo del hospital
desde 1847.
En 1928 el Hospital de San Rafael fue cerrado, quedando
el edificio sin uso, ya que se había empezado
a construir la Casa de Salud Valdecilla. En 1982 la
Asamblea Regional de Cantabria organizó un
concurso para rehabilitar el edificio y convertirlo
en su lugar de trabajo. Entre los trabajos se elige
el de los arquitectos José Manuel Sanz y Juan
López-Riobó, quienes hacen la restauración.
En la actualidad acoge el Parlamento de Cantabria.
7. - Catedral de Santander
La Catedral de Santander, dedicada a Nuestra Señora
de la Asunción, fue levantada en el siglo XIV
y es uno de los monumentos más antiguos de
la Ciudad. Se encuentra sobre la ladera norte del
antiguo cerro de Somorrostro. En la Edad Media, en
el mismo lugar, se alzó la ermita de San Emeterio
y San Celedonio, sobre la cual se fundó en
791 una abadía que se convirtió en colegiata
en 1131 Unos años después, el rey Alfonso
VIII, al igual que hizo con otras villas de costa,
concedió a Santander el fuero de Sahagún
que daba grandes poderes al abad de San Emeterio.
En aquella época, entre los siglos XII al XIII,
comenzó la construcción de la iglesia
baja, la llamada Cripta del Cristo. Esta se encuentra
situada bajo los suelos de la Catedral. Su construcción
se realizó a lo largo del siglo XIII y es el
monumento más antiguo de la ciudad.
Entre una serie de excavaciones que se realizaron
se descubrieron unas ruinas romanas y una fortificación
de los siglos I al IV. También por debajo del
suelo de la Cripta fueron encontradas en el siglo
XVI las reliquias de San Emeterio y de San Celedonio,
patrones de Santander.
La arquitectura de la catedral es de estilo gótico,
tiene tres naves, siendo la central más ancha
y alta que las laterales, separadas por pilares de
gran altura. En su interior se guarda el sepulcro
de Marcelino Menéndez Pelayo.
A lo largo de su historia ha sido reconstruida en
numerosas ocasiones, sobre todo debido al incendio
sufrido por la ciudad en el año 1941, en el
que se quemó la mayor parte del centro histórico
de la ciudad. En este incendio se dañó
mucho la iglesia alta, derrumbándose sus bóvedas
y salvándose solamente los muros del exterior.
Toda la catedral tuvo que ser restaurada, cambiándose
la cabecera y poniéndose un nuevo crucero.
El Cabildo de Arriba en la actualidad
Después de muchos siglos, el barrio del Cabildo
de Arriba está cada vez más deteriorado.
Las antiguas casas donde vivían los pescadores
no han sido arregladas desde hace siglos y están
cayéndose a pedazos. La gente de Santander
prefiere vivir en urbanizaciones modernas y no rehabilitar
estas casas tan viejas, por lo que actualmente la
población que vive en la zona son gente mayor
que ha heredado las casas de sus padres o de sus abuelos
y también inmigrantes que encuentran en esta
zona tan envejecida viviendas más baratas que
en el resto de la ciudad.
Por todo esto
al viejo Cabildo de Arriba ha acudido gente
marginal, delincuentes..., lo que hace que la
gente que vive desde toda la vida en este barrio
se encuentre desprotegida y a veces decida abandonarlo.
Por si fuera poco, en los últimos años
se han derrumbado varias casas de la zona, lo
que ha hecho que todos los vecinos estén
muy preocupados por esta situación. Muchos
llegan a pensar que los políticos quieren
dejar que su barrio se caiga a pedazos, para
construir en su lugar modernos edificios y viviendas
de lujo en el centro de la ciudad. |
|
Los vecinos del barrio decidieron presentar sus quejas
al Ayuntamiento y al Gobierno de Cantabria y, después
de pelear mucho, han logrado que los políticos
se pongan de acuerdo y que se haya aprobado un plan
ARI (Área de Rehabilitación Integral)
para todo el barrio.
El Cabildo de Arriba es la primera zona de Cantabria
en contar con los beneficios que supone un ARI. Esto
significa que el Ministerio de Vivienda da un presupuesto
económico especial para arreglar centros históricos
deteriorados o barrios degradados dando subvenciones
públicas para la reforma de viviendas antiguas.
Los vecinos del Cabildo Alto piensan que la ciudad
de Santander tiene ahora la oportunidad de salvar
el Cabildo y que la ciudad tenga un centro digno.
Además si el plan va por buen camino, otros
muchos barrios de la ciudad podrían beneficiarse
de estos planes.
BIBLIOGRAFÍA
- GRAN Enciclopedia de Cantabria.
Santander: Editorial Cantabria, 1985. 11 tomos.
- MARTÍNEZ VARA, Tomás. 'Santander de
villa a ciudad'.
Santander: Ayuntamiento, 1983.
- SIMÓN CABARGA, José. 'Evocación
de la vieja puebla'.
Santander: Estudio, 1982.
- SIMÓN CABARGA, José. 'Santander: Biografía
de una ciudad'.
Santander: Estudio, 1981.
- SIMÓN CABARGA, José. 'Santander en
la historia de sus calles'.
Santander: Diputación Provincial, 1980.

SUBIR
|
|