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          | Nº7. Noviembre 1998
            
               
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 Especial 20 aniversario
      de la Constitución Entrevista a Adolfo Pajares,
      Presidente de la Asamblea Regional de Cantabria. Encuesta sobre La Constitución. 
 Colaboraciones La Constitución: 20 años después 
     
 La Constitución, una
      "defensa enorme" de la educaciónPor Carmen Callejo López, Cristina Grande García
      y Diego Quintana Lavín, alumnos de 2ºA de ESO del
      IES Cantabria de Santander.
 El pasado 16 de noviembre, con motivo del vigésimo
      aniversario de la Constitución Española, acudimos
      a la Asamblea Regional de Cantabria para entrevistar a su presidente,
      D. Adolfo Pajares Compostizo. A lo largo de la conversación,
      disfrutamos de su carácter afable y de su interés
      por las preocupaciones y problemas de los jóvenes. Pajares Compostizo inició sus estudios en Torrelavega,
      tras lo cual estudió por libre Derecho en Oviedo porque
      "simultaneaba el trabajo con los estudios. Me examinaba
      en la Universidad de Oviedo, aunque realmente la última
      asignatura la hice en Barcelona. En resumen, soy Licenciado en
      Derecho, abogado del Colegio de Santander, ahora de Cantabria".    Afirma que desde muy joven tuvo una gran vocación 
        política. "Yo soy, aunque la palabra no me gusta mucho pero 
        se entiende bien, un "animal" político". Con 23 
        años y durante seis fue concejal de Torrelavega. En 1974 fundó 
        un partido, la Unión Democrática Española, que estaba 
        vinculado a la Democracia Cristiana, y que dio lugar a lo que luego se 
        llamó la UCD (Unión de Centro Democrático). En 1977 fue nombrado Gobernador Civil de la provincia de Palencia,
      donde estuvo dos años durante la época de la transición.
 Luego, tras un tiempo "en secano", se presentó
      a unas elecciones en Cantabria, en las que no salió elegido,
      hasta que en 1983 es diputado por Coalición Popular. Luego
      entró en la Mesa de la Asamblea, que es el máximo
      órgano de gobierno (el más importante es el Pleno),
      primero de secretario y luego ya de presidente.
   La buena salud de la Constitución P.: ¿Podría decirnos si la Constitución
      está joven y saludable después de veinte años?R.: Un sí rotundo, un sí con mayúsculas.
      Yo viví la época del consenso, cuando, tras la
      muerte de Franco, se produjo una transición de un régimen
      autoritario a la democracia.
 Yo tuve la fortuna, creo que apasionante, de ser gobernador civil
      de una provincia. Por tanto, viví toda aquella época
      de una manera muy directa y casi con un cierto protagonismo y
      sé lo que significó y lo que costó dar ese
      paso. Con él, el pueblo español dio una demostración
      de mayoría de edad, en el sentido más grande de
      la palabra.
 Pese a transcurrir veinte años, en los cuales ha habido
      momentos muy delicados (recordemos febrero del 81, con un intento
      golpe de estado), podemos decir que la Constitución goza
      de una magnífica salud, y ha sabido hacer frente a todos
      los embates y retos que han surgido.
 P.: ¿No le parece a usted, señor presidente,
      que nuestra vida democrática es como un partido de fútbol,
      en donde ustedes, los políticos, están en el campo
      disputando el balón y aplicando sus tácticas y
      estrategias, mientras que a los ciudadanos nos han instalado
      en las gradas, permitiéndonos sólo expresarnos
      con aplausos o abucheos?R: (También a veces la gente viene aquí
      al Pleno, y abuchean o aplauden, pero está prohibido.)
      En primer lugar, es volver al tema de si la Asamblea es conocida
      o no. Podemos preguntarnos: ¿hasta qué punto el
      ciudadano se preocupa de la política? Pues se preocupa,
      realmente, a través de los medios de comunicación,
      y no siempre, porque sólo a veces se miran las páginas
      dedicadas al mundo político.
 De esta forma, parece que los políticos estamos metidos
      en unos temas y en unos debates, y el pueblo no se entera. Eso
      refleja una falta de comunicación. Algunos profesionales
      de medios de comunicación señalan que uno de los
      temas más difíciles es saber transmitir al ciudadano
      lo que ocurre en un hemiciclo, es decir, el cronista parlamentario
      es uno de los oficios más complejos que hay, y eso hace
      que el ciudadano medio no se entere a veces de lo que pasa aquí.
      Y no es porque sea ni muy inteligente ni poco sino que la información,
      posiblemente, no llegue bien. Y con esto no hago ninguna crítica
      a nadie. Simplemente digo que es difícil trasladar lo
      que se aprueba en un hemiciclo a las preocupaciones concretas
      y reales de los ciudadanos. Éstos normalmente no se enteran,
      o sólo se enteran unos pocos, los que hacen un seguimiento
      muy directo.
 Realmente planteáis el problema de la participación
      ciudadana, de si el ciudadano debe estar nada más pendiente
      de votar cada cuatro años... Realmente, esa participación
      es muy reducida. Debería ser mayor. ¿Y cómo?
      Los primeros cauces de participación que se indican en
      la Constitución son los partidos políticos. Pero
      mucha gente no quiere pertenecer a ningún partido político.
      La prueba está en que la mayoría de los partidos
      políticos cuentan con pocos afiliados, si se compara con
      el total de la población. ¿Qué otros medios
      puede haber? Asociaciones de vecinos, medios como el Consejo
      de la Juventud... No sé, tengo que aceptar que hay un
      cierto distanciamiento entre el ciudadano y la vida pública.
      Pero somos responsables sólo en parte. También
      el ciudadano debe preocuparse más por ello.
 P.: Según la letra y el espíritu de la
      Constitución, ¿qué derechos y deberes tenemos
      los niños y los adolescentes españoles?R: La Constitución establece la defensa de la juventud,
      y expone que se regulen leyes en todos los aspectos. Por otra
      parte, no sólo hay una preocupación por eliminar
      los aspectos negativos, sino también hay una intención
      positiva, de daros, de que todos tengáis una educación
      completa y absoluta. Se van aumentando las posibilidades de estudio
      y la edad máxima de escolaridad obligatoria, y eso es
      una defensa enorme, porque deciros que vosotros, la gente joven,
      sois la mayor riqueza que puede tener un pueblo, no es adulación,
      es una realidad. Esto os lo digo también como padre de
      familia numerosa y abuelo numeroso, con un interés como
      pocos hacia la juventud. Y la Constitución sí contempla
      todo esto.
 Pero la Constitución son principios generales, mandatos,
      que luego tenemos que desarrollar aquí, en los parlamentos,
      con leyes adecuadas. Si no se hace adecuadamente, existe una
      tutela superior, el Tribunal Constitucional, que puede rechazar
      esa ley. 
 P.: ¿De verdad cree usted que las leyes son
      iguales para los hombres que para las mujeres?R.: El año pasado hubo aquí un programa
      sobre este tema, titulado "Enclave de igualdad" Se
      ha demostrado que hay diferencias, algunas clarísimas,
      y eso hay que evitarlo. Por ejemplo, hay diferencias en el mundo
      del trabajo, y tiene que evitarse que dos trabajos iguales en
      entidad, presenten diferencias de remuneración. Yo creo
      que en las leyes hay igualdad, donde no la hay tal vez es en
      su cumplimiento. Una ley en la que no haya igualdad entre hombre
      y mujer, no es constitucional y, por tanto, será rechazada
      por el Tribunal Constitucional, previa denuncia. Pero, insisto,
      las desigualdades no están tanto en las leyes como en
      su aplicación.
   Presidiendo la Asamblea P: ¿Qué satisfacciones ha tenido durante
      los años que lleva en este cargo?R.: Como son ya muchos los años que llevo, tengo
      más satisfacciones que disgustos, porque los disgustos
      se me pasan enseguida y, en cambio, las alegrías perduran.
      Lo más ilusionante fue el día en que fui elegido
      la primera vez. Es una emoción muy intensa, máxime
      cuando se llega a un cargo de mucha responsabilidad, pero también
      desde el que se puede hacer una gran labor. Las dos elecciones
      posteriores también fueron satisfactorias. Y una alegría
      muy grande he tenido este año con la culminación
      de la reforma del Estatuto, que hace que Cantabria tenga un techo
      competencial muy alto.
 Me he referido a las satisfacciones más importantes, porque
      ganar elecciones también es agradable para cualquier político,
      pero si gano, otros pierden, y yo, como presidente, quiero estar
      un poco por encima de esas luchas.
 P: ¿En qué consiste su trabajo en la
      Asamblea?R: En coordinar, dirigir y presidir los Plenos de la Asamblea,
      la Junta de Portavoces, la Comisión de Gobierno... y todas
      las comisiones que yo desease, pero, de hecho, nunca me introduzco
      en los temas de las demás comisiones, que tienen su presidente,
      por una razón de autonomía. Soy presidente también
      de la Diputación Permanente (que es como el Pleno, pero
      en pequeño, pues la forman 11 de los 39 diputados que
      componen el Pleno). En cuanto a la estructura administrativa,
      soy el ordenador de los pagos y el máximo responsable
      de todo lo relacionado con la burocracia de la Asamblea. Pero
      lo más importante es representar a la Asamblea en todos
      los actos, coordinar sus trabajos y en el hemiciclo dirigir sus
      debates.
 P: ¿Qué es lo más difícil
      de su cargo?R: Indudablemente, hay problemas, hay debates en los que
      las posturas son muy diferenciadas. Entonces, llegar a un consenso
      entre ambas partes es prácticamente imposible. Otras veces,
      mi labor, y lo que más me satisface, es llegar precisamente
      a acuerdos entre posturas diferenciadas. En la Junta de Portavoces
      intento aunar criterios, pero suele ser muy difícil, porque
      vienen con las ideas muy claras, y normalmente yo no puedo intervenir
      más que en llevar el debate. También es difícil
      cuando en el Parlamento o hemiciclo (es el lugar donde la Asamblea
      funciona en pleno, donde estamos los 39 diputados), las posturas
      son muy diferentes y muy firmes.
 En la Asamblea también funcionan las comisiones, para
      tratar temas particulares. Así, hay comisión de
      trabajo, de industria, institucional... para la preparación
      de los proyectos de ley.
 P: Usted es presidente de la Asamblea Regional de Cantabria,
      ¿funciona bien la Asamblea?R: Si preguntáis al director del instituto que
      si funciona bien el instituto, os dirá que sí.
      Igualmente, yo creo que la Asamblea funciona bien, aunque me
      gustaría que funcionase mejor. Hay defectos, problemas,
      que a veces se deben a la falta de estructuras, a la escasez
      de funcionarios y de medios, aunque estamos actualizándonos
      mucho. Por ejemplo, cuando yo llegué el sistema informático
      no existía y en estos momentos la Asamblea está
      totalmente informatizada. Desde el punto de vista técnico
      estamos bien dotados, tenemos una magnífica biblioteca
      para que los diputados puedan consultar, hemos abierto una página
      en Internet y ahora el ciudadano se puede dirigir a nosotros
      para preguntar a los grupos parlamentarios y les contestamos
      a través de la misma vía.
 En este sentido, intentamos contestar lo antes posible cuando
      nos hacen peticiones. El ideal sería que todas las iniciativas
      que llegan tuvieran su respuesta pero, a veces, son muchas las
      preguntas o proposiciones que se hacen, y no se contestan a todas
      porque no hay tiempo. Exactamente hay cuatro meses de actividad,
      y ahora, con el nuevo estatuto, serán ocho meses, lo que
      llevará mucho más trabajo y se podrá hacer
      que el Gobierno conteste a todas esas preguntas y se trabaje
      con más eficacia.Hay que recordar que las funciones de la Asamblea son tres, lo
      que genera una gran cantidad de propuestas e iniciativas para
      desarrollar leyes.
 Una primera función es legislar, es decir, hacer leyes
      para todos los ciudadanos en el ámbito de nuestra región.
      Otra función es impulsar. Por ejemplo, los grupos parlamentarios
      pueden dirigirse al Gobierno cántabro para impulsar la
      mejora de una carretera regional determinada, y la misión
      de la Asamblea es enviar el acuerdo al Consejo de Gobierno para
      que éste tome nota de lo que se le pide y lo lleve a cabo.
      Otra función es el control. Por ejemplo, los parlamentarios
      pueden preguntarse por qué no funciona como es debido
      un centro regional, y se dirigen al Gobierno, a través
      de preguntas o interpelaciones, para que se solucione. En resumen,
      legislar, impulsar y controlar son las funciones de los diputados.
 
 Ambiente dentro de la Asamblea P: ¿Hacen bien su trabajo los señores
      diputados?R: Yo los defiendo con toda sinceridad. Los políticos
      tenemos fama de vivir bien, de ir a comidas, de tener buenos
      coches,... La impresión que damos hacia el exterior no
      es buena. Sobre todo, en etapas pasadas, enseguida aparecían
      en los medios de comunicación los casos de corrupción.
      Yo os puedo decir que el 90% de la gente que conozco en política
      es gente honrada, con vocación política.
 La mayoría de los diputados en Cantabria no tienen
      un sueldo, sino que cobran unas dietas por cada día que
      asistan. Pero, claro, tienen que dejar el trabajo, y hay muy
      pocos diputados a los que les compensa económicamente.
      Lo hacen, sin duda, por vocación. Por eso digo que los
      diputados hacen bien su trabajo, a veces tienen que preparar
      una enmienda o una pregunta al Consejo de Gobierno fuera de su
      trabajo habitual, luego tiene un gran mérito. Otros diputados tienen dedicación exclusiva: piden la
      excedencia en el trabajo y el partido les paga un sueldo. Pero
      son los menos, yo diría que no pasan de media docena.
      Por lo tanto, tengo que decir que hacen bien su trabajo.
 P: ¿Tiene que poner algún suspenso?R: Los presidentes tenemos la facultad de llamar al orden,
      igual que un profesor llama la atención a un niño
      en el aula, y le dice: "A la próxima te echo de clase"
      (por lo menos, eso se decía en mi época). También
      yo puedo mandar fuera del hemiciclo, pero eso no lo he hecho
      nunca en los ocho años largos que llevo de presidente.
      Por lo tanto, en ese aspecto no he suspendido a ninguno.
 En las intervenciones tienen un tiempo determinado. Generalmente,
      se pasan de tiempo, y yo tengo que llamarles la atención.
      Hay una especie de semáforo para que ellos sepan que deben
      acabar si está en rojo, y si no hacen caso (no suelen
      hacerlo), les llamo la atención, y a la cuarta vez se
      van, sin poner ninguna objeción. Suspenso, ninguno.
 
 P: ¿Qué ambiente hay entre los partidos
      de la Asamblea Regional?R.: Hay debate, enfrentamiento, pero sólo dialéctico.
      Luego, en los pasillos todo el mundo se saluda, se habla. Incluso
      después de un debate muy duro van directamente a tomarse
      un café. No hay este problema que dice la historia, que,
      desgraciadamente, cuando los diputados no se hablan entre ellos,
      es presagio de grandes males. Aquí en España, según
      mis noticias, en la época de la República, el hecho
      de que hubiera diputados de diferente signo que no se hablaban
      fue como el precedente de un enfrentamiento posterior de violencia.
      Aquí no hay ese problema, a Dios gracias. Puede haber
      dos diputados que no se lleven bien, pero las relaciones entre
      ellos son buenas, y, generalmente, cuando hay algún tema
      importante se sientan alrededor de una mesa para consensuarlo.
 Hay un ejemplo que posiblemente sea casi único en España:
      la reforma del Estatuto de Autonomía de Cantabria. Siendo
      cinco las fuerzas políticas que hay aquí en el
      parlamento, todas se pusieron de acuerdo para aprobar la reforma
      del estatuto. Al principio, las posturas presentaban diferencias
      de cierta profundidad, pero lentamente, a lo largo de muchos
      meses, llegaron a un acuerdo, el Pacto de Carmona, que tuve el
      honor de presidir. Esta es una de las explicaciones más
      claras del buen ambiente que hay entre ellos, lo cual no quiere
      decir que luego, en el hemiciclo, a veces se olviden de la cortesía.
      Y si no hay cortesía, para eso está el presidente,
      para llamarles la atención, y suelen ser obedientes.
 Los cántabros y la
      vida política P.: ¿Cree usted que los ciudadanos cántabros
      conocemos suficientemente la actividad de la Asamblea Regional?R: No. Este es uno de los grandes retos que tenemos en
      estos momentos en la Asamblea Regional. Estamos propiciando mucho
      las visitas de colegios, de centros de tercera edad, de asociaciones
      culturales... Les enseñamos el edificio, y les explicamos
      el funcionamiento de la Asamblea.
 Por otra parte, hemos organizado unas jornadas, relacionadas
      con la Constitución, tituladas "Enclave constitucional",
      que, aparte del contenido propio de las mismas, hacen que cientos
      de personas (tres mil el año pasado) conozcan la Asamblea.
      En ese aspecto, estamos haciendo un gran esfuerzo. Cuando esté en vigor la reforma del Estatuto, haremos
      ediciones masivas del mismo para que la gente se vaya informando
      más de lo que es Parlamento. (Ahora se va a llamar Parlamento
      y no Asamblea, por una razón clara: la palabra "asamblea"
      es un término muy amplio, que lo mismo puede referirse
      a asamblea del Racing como asamblea de la Cruz Roja, o asamblea
      de vecinos.
 En cambio, la palabra "parlamento" significa única
      y exclusivamente el lugar donde se hacen leyes). P
 Próximamente aparecerá una encuesta en la que
      se ve que hay todavía bastante desconocimiento del tema,
      pero yo espero que vuestra generación conozca la Asamblea,
      y la conozca de maravilla. Mensaje a los estudiantes 
 P.: ¿Qué nos diría usted a los
      estudiantes de hoy en día?R.: Que estudiéis mucho. Vivimos en un mundo muy
      complejo, posiblemente mucho más complejo que el que me
      correspondió a mí a vuestra edad, aunque la complejidad
      también hace que tengamos mayores medios para luchar contra
      esa complejidad. Por eso, el consejo que yo doy a todo el mundo
      es, en primer lugar, que la preparación tiene que ser
      mayor, porque la competencia es durísima.
 En una oposiciones celebradas recientemente en Cantabria,
      se han presentado miles de personas para 34 puestos. _Eso qué
      significa? _Van a salir los mejores? No, pero los peores seguro
      que no. Y los peores no son los peores en inteligencia, sino
      en preparación. Por tanto, lo más importante es
      una buena preparación, y además estáis ahora
      en el momento clave. Éste sería mi mensaje: que
      continuéis preparándoos, y cada vez más.Hay otro aspecto que quiero resaltar: tengo la convicción
      absoluta de que en la juventud actual abunda muchísimo
      más lo bueno que lo malo.
 Estoy cansado de escuchar: "Esta juventud, ¿a dónde
      va?". Esta juventud de hoy es muy buena, tan buena como
      pudo ser la de ayer o la de hace veinte años, aunque también
      entre la juventud habrá gente que no es responsable, y
      que es de la que más se habla. Eso no me dice nada, porque
      siempre lo malo se destaca más que lo bueno. Es lo mismo
      que os decía antes de los políticos, que los corruptos
      sobresalen más que los no corruptos. Del político
      que lo hace bien, se dice simplemente que cumple con su deber,
      pero el que no actúa correctamente destaca en los periódicos,
      y por él son valorados todos los demás.
 No acabó aquí la entrevista. Todavía
      continuamos un buen rato más, conversando de otros muchos
      temas (la igualdad, el paro, el medio ambiente, las relaciones
      con otras instituciones...), sin prisa, disfrutando de la amabilidad
      y experiencia del presidente de la Asamblea. 
 En este trabajo han colaborado también
      los profesores Luis Nieto Allés y Antonino Andrés
      Seco.  
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