Había una vez unos renos muy bromistas. Se
llamaban Roki, Brillante y Lucerito. Pero de sus bromas
estos tres amigos aprendieron una lección.
Unos ciervos iban por el bosque y de repente aparecieron
los renos (Roki, Brillante y Lucerito).
- ¿Qué buscáis?- dijo Roki.
- Comida- dijo uno de los ciervos.
- Nosotros sabemos donde hay comida, en el interior
del bosque--dijeron todos los renos.
Los ciervos, como tontos, fueron hacia allí
y no encontraron nada.
Al día siguiente se encontraron
con un oso gigante y le gastaron una broma.
- ¿Sabéis donde hay miel?- dijo el oso.
- Sí, en el árbol más grande
del bosque, que está a unos metros más
lejos- dijeron Brillante y Lucerito.
El oso también fue y no encontró nada.
Al poco rato se encontraron el oso
y los ciervos. Estaban enojadísimos por lo
que habían hecho esos renos bromistas y decidieron
hacer ellos la broma más grande de todo el
bosque y de todo el mundo mundial.
Entonces el oso y los ciervos se
pusieron en marcha con la broma. Pusieron calderos
llenos de agua, pozas de barro, cestos con serrín
y bolas de nieve.
Llamaron a los renos y ellos al ir
fueron cayendo en las trampas. Se fueron a casa llenos
de agua, manchados de barro y rebozados de serrín.
Al final nuestros renos aprendieron
la lección de que ser bromista nunca es bueno.
En cambio, si ayudas a los demás serán
tus amigos.
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