La verdad 
                            es que es algo que me venía pasando desde hace 
                            bastante tiempo, es una sensación extraña. 
                            En pocas palabras es como adentrarte en otro mundo. 
                            Noto diversas sensaciones cuando paso por la zona 
                            de vinos de Torrelavega, más conocida como 
                            'la zona'. 
                          
                             
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                              Las calles se 
                                  llenan el sábado noche.  | 
                             
                           
                          No puedo negar que empecé saliendo por esas 
                            calles, pero cuando no conoces más te conformas 
                            con lo que hay, ley de vida, vamos. 
                            Hace más de una hora que llegué a casa 
                            y no paro de pensar en todo lo que he visto en unos 
                            miserables cinco minutos. 
                            Desfiles de gente, peleas, gritos, camisetas de tirantes 
                            a unos cero grados... un cóctel explosivo, 
                            vaya. 
                            Puede que sea bastante atrevido decirlo pero, hablando 
                            en términos generales, la zona motiva a la 
                            violencia; no sé si es porque la gente la forma 
                            o si el simple hecho de pasar tus fines de semana 
                            en ese maldito lugar lo único que inspira es 
                            una violencia absurda y gratuita. 
                          Hace ya un tiempo que decidí alejarme de esas 
                            broncas de sábado y he vivido en carnes propias 
                            que desde que no piso ese lugar los problemas absurdos, 
                            infantiles y motivados en ocasiones por el aburrimiento, 
                            ya no llaman a mi puerta. 
                            Intento pensar y sacar conclusiones, intento descifrar 
                            el porqué de tanta violencia y las únicas 
                            causas que encuentro son, básicamente, el aburrimiento, 
                            el desempeñar el papel de líder en la 
                            pandilla y que, sin ofender a nadie claro, la juventud 
                            de hoy en día es, básicamente, borrega. 
                            Yo, desgraciadamente, me tengo que incluir aunque 
                            sea una mínima parte. Son o somos como ratoncillos 
                            que participan en un experimento, actúan o 
                            actuamos mediante ordenes auto impuestas, claro. 
                           Por más que observaba las peleas, no muy 
                            de cerca claro, no entendía cuáles fueron 
                            las causas que motivaron diversas peleas, no sacaba 
                            nada en claro, argumentos como "la he pegado 
                            porque me mira mal" o "no hables 
                            con mi novia" eran los más comunes 
                            y los que motivaban la mayoría de las peleas 
                            que se suceden en la zona y alrededores todos los 
                            fines de semana. 
                            Mi postura parecerá repelente y me acusarán 
                            de listilla quizás, pero lo único 
                            que me produce ver este tipo de cosas es pena. Pena 
                            por la chicas, porque no quiero pensar que encuentren 
                            alguna satisfacción en acusar a otras de estupideces, 
                            pena por los chicos también, que se mueven 
                            en masas, siguiendo el dicho uno para todos y 
                            todos para uno, que hacen suyo en las peleas 
                            con tal de que machaquen, totalmente, al contrario. 
                            No encuentro ninguna solución, ni en el presente, 
                            ni tan siquiera en el futuro. La única esperanza 
                            es arremeter contra ese concepto que la mayoría 
                            entienden como la zona y convertirlo en un 
                            lugar donde poder estar tranquilo y sin preocuparte 
                            porque te acusen de que, por ejemplo, "me 
                            has robado el novio, estúpida"... 
                           
                           
                          
                             
                               
                                    
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