El conocido
escritor Gonzalo Moure acudió “encantado”
el día 22 de febrero al IES Valle de Camargo
para charlar con los alumnos en torno a su novela
El síndrome de Mozart, y también
para intercambiar pareceres y exponer ideas sobre
temas variados, que pudieran surgir en la conversación,
que es lo que a él más le gusta porque,
según dijo, aprende mucho de estos encuentros
con los lectores.
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Gonzalo Moure
en la biblioteca del IES. |
Moure habló de la potencialidad del conocimiento
del ser humano. Moure cree que para conocer hay que
tener dos virtudes: un pensamiento abierto con disponibilidad
para el cambio, y aprender con la edad, envejeciendo
(la evolución en el tiempo lleva consigo el
cambio y el aprendizaje). La música es todavía
hoy un misterio para el hombre y eso la hace fascinante.
La música nos toca una fibra emocional inefable,
sin palabras...
Continuó su exposición comentando,
al hilo del significado profundo de la música,
la emoción del personaje (real) de su novela:
un joven con el síndrome de Williams, Tomy.
El auténtico Tomy se llamaba Óscar,
y vivió con entusiasmo la publicación
de la novela. Hoy, por el contrario, está algo
triste y deprimido, y Moure confía en que su
colaboración en una futura producción
cinematográfica le devuelva algo la alegría.
La enfermedad de Williams es todavía
muy desconocida pero, a raíz de la publicación
de El síndrome de Mozart, la comuni-dad
médica, neurólogos, especialmente, están
trabajando en serio sobre ello.
El síndrome es una suerte de discapacidad
mental, acompañada de lo que se da en llamar
oído absoluto, una capacidad excepcional para
los sonidos y, en consecuencia, para la música.
La música para estos enfermos es más
importante que el lenguaje, es su lenguaje. Investigando
sobre ello, se le ocurrió al autor que quizás
Mozart fuera un caso de síndrome de Williams,
dada su facilidad natural para la música y
su aspecto físico. Un rasgo de los Williams
es su aspecto de duendes. No obstante, Mozart leía
y escribía música, algo casi imposible
para un discapacitado.
Seguidamente, tras insistir, comenzó el turno
de preguntas (y a pesar de los inicios, luego fueron
numerosísimas): los temas principales fueron
los viajes, y, finalmente, citó la película
Descubriendo Nunca Jamás.
Insistió y nos la recomendó fervientemente,
para recuperar la imaginación, la infancia,
la inocencia en la mirada. También dijo que
todos tenemos ese niño dentro durante toda
la vida.
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Gonzalo Moure
durante su intervención. |
Respecto a la lectura y a la educación, nos
contó que desde su punto de vista el verbo
leer como el verbo enamorarse
no admiten imperativos. La lectura es un camino hacia
dentro de uno mismo y no se puede imponer pero, al
tiempo, cree que es importante la lectura obligatoria
en el ámbito académico porque “hay
que conocer y saber que perciben los demás
leyendo el mismo libro”; así se consigue
mayor nivel de perfección . También
opina que la influencia de familia, profesores y amigos
es relativa. “No intentar amar a la literatura
es un pecado” ya que es lamentable conformarse
un ser humano sólo con una vida animal.
Hablando ya de sus creaciones, dijo que jamás
admite la censura. Sí, y agradece, admite las
sugerencias a la hora de publicar no los cambios.
La mayor parte de sus libros son reales, los ha descubierto
viviendo la vida... sus ingredientes para convertirse
en novelas: emoción, descubrimiento, diferencia...
Animó a todos los presentes a escribir, ya
que opina que hay historias despiertas en cada persona,
y sólo hay que escribirlas.
La charla se alargó media hora más de
lo programado... Pienso que ningún autor que
yo haya visto nos impresionó tanto, estábamos
a gusto escuchándolo, en silencio, y se puso
a nuestra disposición para lo que lo necesitemos.
Gracias, Gonzalo.
Más información:
http://www.el-mundo.es/elmundolibro
http://www.mundofree.com/babar/html/relsindromemozart.htm
http://www.agapea.com/-Gonzalo-Moure-la944i.htm
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