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En Cantabria puede que nos falten muchas cosas,
como en cualquier otra Comunidad Autónoma, pero lo que es azul y
verde tenemos para dar y tomar. Sin embargo, ¡ojo! no nos descuidemos.
El azul de nuestros mares y ríos y el verde de nuestros campos, valles
y montañas pueden dejar de serlo si no nos mostramos vigilantes. Reportajes El Oso Pardo
El Oso Pardo No es la primera vez que desde estas páginas los alumnos nos recuerdan la importancia de esta especie en extinción que vive, sobrevive, en la cordillera cantábrica. Este alumno nos cuenta qué podemos hacer para ayudar a la conservación del Oso Pardo y además nos llama seriamente la atención a través de una historia titulada: "Osos Muertos". Una de las muchas especies de la Península Ibérica que
se encuentra en peligro de extinción es el oso pardo. El oso hizo su aparición en este planeta hace ahora 250.000 años
y con el paso del tiempo, el número de especies ha ido decreciendo
lamentablemente.
Oso Kodiak. Es el oso más grande del mundo. Este ejemplar puede alcanzar 3 metros de altura puesto en pie y pesa cerca de una tonelada de peso. Oso Grizzly. Es un pequeño pariente del Oso Kodiak. Puede llegar a medir 2'5 metros y 400 kilogramos de peso. Tanto el uno como el otro viven en las Montañas Rocosas (América del Norte). Los osos ocuparon durante siglos grandes bosques, a lo largo de muchas partes de Europa, pero el acoso del hombre y la alteración del medio le forzaron a distribuirse en zonas altas de los bosques, quedando todos muy agrupados y, aunque un oso con esa corpulencia, con sus afiladas garras, su olfato, su oído, etc. muy pocos son los enemigos naturales que puede tener, sólo uno armado mejor que él, el hombre con sus armas de fuego, ha sido el causante de su regresión.
Una historia para que pensemos
Osos Muertos Hace pocos días estaba dando un paseo por el bosque cuando me encontré con unos osos pardos, y como los osos están en peligro de extinción y es muy difícil verlos, me quedé observándolos durante mucho rato, cuando ya quería irme, vi que uno de los osos se levantó y entró en el agua del río que había entre él y yo. Era gigantesco y también magnífico. El oso avanzaba por las poco profundas aguas del río y cada vez
se acercaba más a mí. Yo empezaba a tener miedo de que me
atacara, pero no tenía que haberme preocupado porque el oso se detuvo,
estuvo un rato esperando, cuando de pronto hizo un movimiento seco, brusco
y sobre todo muy rápido. En sus poderosas garras delanteras se revolvía, intentando escapar
una trucha grandísima. Desde ahora mi opinión sobre el asunto de los animales en peligro de extinción y los cazadores furtivos es diferente: ahora me preocupo mucho más por el futuro de estos animales.
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