La hora
en España ha sufrido diversos cambios a lo
largo de toda la historia, lo que ha influido tanto
en nuestras vidas como en nuestra economía.
El 1 de enero de 1901 la hora civil española
se correspondía con el Meridiano de Madrid.
Aún así, cada provincia tenía
una hora distinta, dependiendo de su coordenada de
longitud local.
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El cambio
de hora se realiza dos veces al año. |
Con el inicio del este siglo XX
se fija en España la hora del Meridiano de
Greenwich. Y hasta casi dos décadas después
no se introduce el "horario de verano".
Hasta 1942 los españoles habían vivido
acorde al horario del meridiano de Greenwich (GMT+0:00),
es decir, los relojes marcaban una hora menos que
la actual. Esta sería la hora que le correspondería
a España por su situación geográfica,
ya que el meridiano de Greenwich pasa por Castellón
y deja a casi toda la península al oeste.
Sin embargo, en 1942, en época de dictadura,
Franco adelantó sesenta minutos los relojes
de la nación para estar acorde con la hora
que Alemania había impuesto en todos sus
territorios. Esto nos influye hoy en día,
ya que el cambio horario, que es el adelanto y atraso
de una hora que realizamos cada primavera y otoño,
respectivamente, se hizo con el fin de reducir el
consumo global de energía. Para ello se hace
coincidir el comienzo de la jornada laboral con
las horas de luz; pero por el cambio realizado por
Franco, al adoptar el horario de verano y siguiendo
la normativa del 16 de marzo de 1940, España
se encuentra dos horas por delante del sol e incluso
tres en Galicia. Se puede ver claramente el error
al contemplar que la longitud de Portugal y Galicia
es la misma y sin embargo ambos tienen diferente
horario. Al igual que muchas partes de España
que se encuentran en la misma longitud que Inglaterra
y también difieren en sus horarios.
Fue el constructor inglés William Willett
en 1905 quien tuvo la brillante idea del horario de
verano durante un paseo por la mañana, antes
de desayunar. Cuando se puso a pensar en cuántos
londinenses dormían durante aquella preciosa
parte del día durante el verano. Dos años
más tarde publicó su propuesta, pero
esta idea no fue aplicada inmediatamente. Los primeros
países en emplear el horario de verano, usado
por primera vez en 1916, fueron Alemania y otras zonas
ocupadas. Otros países neutrales en Europa
se unieron a la iniciativa (como España), pero
Rusia y otros países esperaron un año
más. Estados Unidos fue el que más se
hizo esperar hasta el año 1918.
El cambio horario se adoptó en la primera
guerra mundial pero por motivos distintos a los de
Willett, fue para ahorrar combustible. Y se repitió
en 1973, durante la crisis del petróleo, cuando
la mayoría de los países industrializados
adoptaron esta medida para enfrentarse a la delicada
situación, lo que hizo que esta iniciativa
se generalizara por todo el mundo. Sin embargo, en
España, por nuevos motivos, esta medida se
lleva adoptando desde 1974. El cambio de hora se produce
el último domingo de marzo y octubre, respectivamente.
Este cambio afecta al reloj biológico y puede
provocar cambios en el sueño, sobre todo en
niños y ancianos. Sin embargo, el ahorro energético
es abismal. Según estimaciones del IDEA, Entidad
Pública Empresarial del Ministerio de Industria,
Turismo y Comercio, en España se ahorra en
iluminación de los hogares un 5%.
En conclusión, no deberíamos tener
el horario actual ya que no se corresponde con nuestras
coordenadas. Sin embargo, el cambio efectuado en verano
es muy positivo respecto al ahorro energético
y al aprovechamiento de las horas con la luz del sol,
a pesar de tener algunos contratiempos como, por ejemplo,
los trastornos del sueño provocados por el
cambio, que por otra parte se superan en unos dos
o tres días. Por lo tanto esta medida es buena,
aunque deberíamos adelantar unas dos horas
nuestros relojes para poder estar de acuerdo con el
sol.

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