Los equipos
directivos de los colegios Miguel Bravo y Ángeles
Custodios, ambos de Santander, y del instituto Zapatero
Domínguez, de Castro Urdiales, ganadores de
diversos premios nacionales subvencionados por el
Ministerio de Educación, expusieron sus trabajos
a la consejera de Educación, Rosa Eva Díaz
Tezanos.
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Autoridades
y responsables de centros durante el encuentro. |
La consejera de
Educación, Rosa Eva Díaz Tezanos, puso
de manifiesto “el dinamismo de los centros educativos
de Cantabria y la implicación del profesorado
en cuestiones referidas a la atención a la
diversidad del alumnado, la animación a la
lectura o la autoevaluación de la práctica
docente, por citar solamente tres aspectos ahora galardonados
a nivel nacional”.
“Reconocimiento
social a una labor educativa”
El colegio Miguel
Bravo del Barrio Pesquero de Santander es uno de los
tres centros premiados que recibió la consejera
de Educación. Su directora, Araceli Rodríguez,
valoró como "muy gratificante" este
“reconocimiento social a una labor educativa”.
Efectivamente, este colegio ha logrado el tercer premio
nacional, dotado con 15.200 euros, por un trabajo
que “desarrolla acciones que permiten compensar
los efectos de situaciones de desventaja social para
el logro de los objetivos de educación y formación”,
según dice la convocatoria del MEC. El trabajo
recoge en una memoria descriptiva el funcionamiento
del centro, en el que se refleja su trayectoria histórica
y la situación actual del centro en acciones
de compensación educativa. Esta compensación
va dirigida tanto al conjunto del alumnado, con actuaciones
como el plan de atención a la diversidad o
la integración de las nuevas tecnologías,
como al alumnado que requiere medidas extraordinarias:
plan de atención en horario no lectivo al alumnado
carente de recursos, proyecto para combatir el absentismo
escolar o la prevención de la violencia, etcétera.
Según ha
manifestado la directora del colegio Miguel Bravo,
el trabajo implica a todo el profesorado del centro
y beneficia a todo el alumnado, intentando que no
se sientan “protagonistas negativos de la historia
ni que el resto del alumnado les considere especiales”.
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