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Nº 57
OPINION / TRIBUNA LIBRE

Viernes de cine

Por Lucía Merino Argos y Paula González Peña. Alumnas de Bachillerato del Colegio La Paz.

Entre las preocupaciones de nuestros responsables municipales el ocio de los jóvenes tiene también importancia. El Ayuntamiento de Torrelavega, a través de su Concejalía de Juventud y Bienestar Social, ha organizado un ciclo de cine en el IES El Zapatón.

Son cinco las películas elegidas que se están proyectando; son films relativamente nuevos y, aunque todos ellos ya pasaron por el circuito comercial de los cines convencionales, algunos ni tan siquiera se encuentran en los videoclubes.

El día 18 de noviembre la película elegida fue Descubriendo Nunca Jamás, basada en la vida de J.M. Barrie, famoso dramaturgo escocés, autor del libro Peter Pan. Grandes actores protagonizan una historia bien contada, donde la fantasía y la realidad se mezclan en un relato para todos los públicos.

El viernes 25 de noviembre, se proyectó Uno para todas, comedia juvenil del año 2005, basada en un best seller que cuenta la historia de un verano muy especial en la vida de cuatro amigas, a través de unos pantalones vaqueros que cada una de ellas llevará durante una semana. Ni su director, ni tampoco sus protagonistas son figuras conocidas dentro de la cinematografía.

El 1 de diciembre la película escogida fue una coproducción británico--estadounidense, también estrenada en 2005, que cuenta una historia de dos hermanos que pierden a su madre y se enfrentan a los problemas cotidianos de forma bien distinta. Fábula infantil con gran sentido del humor, agradable de ver. Su título: Millones.

Las películas que se verán próximamente son Una pandilla de pelotas y Serenity, tampoco tienen temática común con las anteriores. La segunda, dirigida por Joss Wedon, cuenta las aventuras de una nave de transporte galáctica de pasajeros. Basada en una serie de telefilms norteamericana, destaca por sus efectos especiales y pertenece al género de ciencia-ficción.
Una pandilla de pelotas es un remake de una película que tuvo cierto éxito en los años 80, y que protagonizaron Walter Mattau y Tatum O’Neal, sobre las relaciones entre un viejo cascarrabias, ex jugador de béisbol, que comienza a entrenar a un equipo al que, finalmente, contagiará su entusiasmo y amor por el deporte.

Para tomar contacto con nuestro trabajo acudimos el viernes pasado hasta el lugar de proyección para conocer el ambiente suscitado por la iniciativa municipal. La realidad que pudimos encontrarnos fue decepcionante, seguro que quienes pensaron en esta idea no esperaron una respuesta tan pobre por parte del público. Apenas 20 ó 25 jóvenes acudieron a cada sesión, según nos explicó el conserje del Instituto. El salón de actos del IES El Zapatón está relativamente bien dotado, no es confortable, pero sí céntrico, con un aforo superior a cien personas. La ausencia de espectadores destacaba por encima de todo.

Por una parte, debemos preguntarnos si la organización de estas actividades merece la pena, puesto que la respuesta real es mínima. De otro lado, si la inversión económica que supone su organización es rentable. Se contrata a la empresa vasca Irudi-Biziak para poner en marcha un evento cuyo coste asciende a 5.000 euros. Fácilmente podemos deducir que si a cada película acude una media de 30 personas, cada espectador pagaría más de 33 euros por una proyección. Se podría, por tanto, con este dinero ir a ver cinco películas de estreno en un cine comercial.

Así las cosas, el fracaso debemos de considerarlo doble; de un lado económicamente su rentabilidad no está conseguida y, de otra parte, la idea es desechable por no haber suscitado ningún interés especial en las personas para quienes iba dirigida. La iniciativa es buena, pero el resultado no lo ha sido.
Nos preguntamos cuáles han podido ser los motivos del escaso éxito del proyecto municipal. ¿No ha sido suficiente la publicidad empleada? ¿Quizá el fallo ha estado en que las películas elegidas no han sido las más atractivas? ¿Podría achacarse el fracaso a lo poco adecuado de la elección del lugar, del horario, etc.? ¿Son otras las razones del desinterés?.
Realmente Torrelavega no ofrece demasiadas expectativas a los jóvenes, y por eso nos extraña más todavía que la oferta cinematográfica en una ciudad en donde no existen salas de cine tenga tan poca aceptación. Esta situación que hemos detectado haciendo este trabajo debería de ser objeto de debate.

 


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