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Red-acción
Nº 127
ÉRASE UNA VEZ

El ratoncito Pepe

Por Ken Maguefo y Emma Borel, estudiantes del CEIP Arce Bodega de Santander.

Había una vez un ratoncito que se llamaba Pepe. Pepe vivía en un bosque con sus amigos.

 

Un día pasaba por allí una niña y como el pequeño animal estaba subido a un árbol, resbaló y cayó en la mochila de la niña.

Cuando llegó a casa de la niña no la vio tan bonita.
- ¿Será una casa de pobres? dijo el ratón.

La madre le dijo a la niña
- Hoy no vamos a comer nada ni mañana tampoco. El ratón sintió mucha pena. Sabía que el día siguiente era Navidad y no podían quedarse sin comer, se perderían el banquete de mediodía.

La familia se fue a dormir. El ratón no se podía quedar de brazos cruzados, así que llamó a sus amigos los animales: castores, ratones, pájaros y lagartos. Les dijo a los castores que tallaran un árbol en forma de balancín para el bebé; les dijo a los ratones que si encontraban un abeto en el suelo que lo trajeran, a la mitad del grupo de pájaros que fuese a ver si encontraba un trozo de cable de dos kilómetros y al otro grupo le pidió muchos trozos de metal para hacer electrodomésticos, teles, neveras, tablets, lavadoras, microondas y hornos y, por último, a los lagartos les dijo que fueran por la calle y trajesen muchísimas cajas de cartón para empaquetar los regalos.

Cuando llegaron todos, el ratón dijo:
- ¡A trabajar!

Cuando acabaron solo les faltaba poner luces a toda la casa y al abeto, empezaron a organizar el banquete. Sobre una mesa de cristal, los pájaros desde el aire pusieron un mantel blanco en la mesa. Los demás animales pusieron la comida: arroz, zumo, frutas para el bebé, leche y por último, pero no menos importante, un gran pollo.

Luego, como la familia no se despertaba, también pusieron una mesa para ellos.

Cuando la familia se despertó, vio ese milagro y se preguntó:
- ¿Quién habrá hecho esto? e inmediatamente la hija vio a los animales. Se presentaron y comieron el banquete. Luego abrieron los regalos y se pusieron muy contentos y dieron mil gracias a los animales. ¡Y todos fueron felices y comieron perdices!

 


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