Había
una vez un perro cuyo nombre era Nata. Su dueño
se pasaba las noches mirando la televisión
y Nata le imitaba aunque le hubiera encantado que
Merenguita le mirase, pero la caniche Merenguita era
muy lectora y no correspondía al amor de Nata,
un bulldog televisivo.
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Las aficiones de Nata y Merenguita no coinciden. |
También estaban sus amigas, un poco arpías,
que le contaban a Merenguita mentiras sobre Nata.
Ellos eran Dogi, Chihuahua y Miel.
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Dogi, Chihuahua y Miel. |
Nata fue amable con ella, la ofreció su comida…
pero ella le ignoraba.
Un día la vio salir de la peluquería,
muy guapa. Se le ocurrió una idea: él
también entró, cogió monedas
en una fuente y pagó.
A Merenguita le cayó bien Nata, se rió
de su peinado, le cogió de la pata y le llevó
a la Biblioteca Municipal.
-Me encanta la lectura, así que si quieres
que seamos novios, léeme un libro en bajito,
que aquí no se grita. ¡Anda! léeme
éste –dijo Merenguita dándole
a Nata un libro. Nata se lo leyó y luego fueron
novios.
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Nata y Merenguita fueron muy felices. |
-¿Cóoomoo? ¡pero Merenguita!
¡dime que no sales con ese perro! – le
dijo una amiga.
-Si quieres te lo digo, pero mentiré si te
lo digo.
Bueno, lo que importa es que Nata y Merenguita se
casaron, y lo que es mejor ¡fueron felices…!
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