Gárgola
significa escupir agua con facilidad. El origen de
esta palabra proviene del francés 'gargouille'.
Gargouille era un dragón de cuello largo y
rectilíneo, hocico delgado, prominentes mandíbulas,
cejas fuertes y alas membranosas que vivía
en una cueva cerca del Sena. Según cuenta la
leyenda era un ser terrible que tragaba barcos y destruía
todo aquello que se interponía en su camino.
Además dicen que podía escupir tanta
cantidad de agua que provocaba inundaciones.
|
Gárgola
con la ciudad de Carcassonne de fondo. |
Los habitantes de Rouen le daban ofrendas humanas
para así intentar paliar su mal comportamiento.
Todos los años le daban un criminal, aunque
el dragón no estaba conforme y les pedía
una doncella. En el año 600, un sacerdote llamado
Romanus llegó a Rouen para intentar llegar
a un pacto con el dragón si los habitantes
se bautizaban y construían una iglesia para
el culto católico. Al final este sacerdote
consiguió su objetivo, dominar al dragón,
y lo hizo sólo con la señal de la cruz.
Desde entonces Gargouille se transformó en
un dócil dragón, al que llevaron a la
ciudad y lo quemaron en la hoguera. Hubo partes del
dragón que no ardieron, como la boca y el cuello,
por lo que decidieron ponerlos sobre el Ayuntamiento
en recuerdo de la bestia.
Podemos ver diferentes gárgolas en las cornisas
de las grandes catedrales góticas. Las primeras
gárgolas aparecen en el siglo XII. En la época
del Gótico, concretamente en el siglo XIII,
se transforman en el sistema predilecto de drenaje,
aunque no todas tenían esa utilidad. Parece
ser que los primeros ejemplos de Gárgolas que
se pueden observar son los de la Catedral de Lyon
seguidas de las de Notre Dame en París.
Normalmente en las catedrales no hay sólo
una gárgola, sino que están agrupadas
en hileras. Las gárgolas del primer Gótico
apenas estaban elaboradas pero, poco a poco, el diseño
se fue haciendo más elaborado, así se
fueron transformando en auténticas piezas de
arte. El rasgo distintivo de sus expresiones es que
nunca eran bellas, sino intencionadamente horribles,
grotescas e irónicas. Desde finales del siglo
XIII las gárgolas se hicieron más complicadas.
Se abandonó la representación de animales,
que se fueron reemplazando por figuras humanas. Aumentaron
su tamaño y se transformaron en figuras más
exageradas y caracterizadas.
Son muchas las explicaciones que se han intentado
buscar para explicar el significado oculto de las
gárgolas. Suelen ser de monstruos infernales,
muecas burlonas o animales dantescos. En realidad
cualquier representación es buena si se consigue
el objetivo para el que se ponían en las catedrales,
es decir, custodiar el recinto sagrado. Según
otras teorías el verdadero significado de las
gárgolas no es proteger las catedrales sino
que serían almas condenadas por sus pecados,
a los que se les impide la entrada en la casa de Dios
y por ello tenían un aspecto terrorífico,
para dejar entrever lo que les podía pasar
a los pecadores.
|
Gárgolas
en la catedral Saint Pierre, Poitiers. |
La teoría que parece la más acertada
sobre el significado de las gárgolas en las
iglesias y catedrales es la que nos las muestra como
unos seres guardianes de la iglesia y, por ello, son
figuras monstruosas. Así mantienen alejados
al diablo de la iglesia y se ubican en la entrada
del recinto para impedir su entrada. Según
Richard de Fournival, Obispo de Arniens, hay dos gárgolas
de cobre en la entrada de la ciudad. Si el individuo
que quería entrar era malévolo, las
gárgolas le escupían un veneno que lo
mataba, pero si era una buena persona los guardianes
le escupían oro y plata.
Para otros, las gárgolas de piedra eran representaciones
del demonio, muy presentes en la época medieval
y servían para recordar a los cristianos la
necesidad de seguir los mandamientos religiosos si
querían escapar del infierno. Por ello muchas
gárgolas representan a los dragones, diablos
y demonios, es decir, a los símbolos del mal.
Muchos son los rasgos de las gárgolas que muestran
este aspecto demoníaco como son las orejas
puntiagudas, los colmillos, alas, patas, etc.
Muchas personas opinan que las gárgolas de
piedra eran creadas para mostrar a los hombres la
existencia de un mundo imperfecto, donde conviven
el bien (dentro de la iglesia o catedral) y el mal
(fuera de ella) y no eran sólo piezas decorativas.
* El autor de las fotos es José
Ángel Fernández Álvarez.

SUBIR
|
|