El cuatro centenario de la
publicación de 'El Quijote' ha dado lugar a
exposiciones, representaciones teatrales, lecturas
conmemorativas, concursos, versiones pictóricas.....
Dos alumnas del IES Santa Cruz aportan su granito
de arena y se decantan por utilizar el personaje y
los elementos de la obra de Cervantes para plasmar
su visión personal del anti-héroe de
la literatura universal.
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Alonso Quijano,
El Quijote, sueña con los caballeros. |
Don Quijote de la Mancha y
otra de sus suposiciones
Por Beatriz Pérez
Mantecón. 3º ESO
Se metió don Quijote en
la cama después de leer otro libro de caballerías,
cuando oyó un ruido procedente de la calle.
Parecía un relincho de caballo. “Será
un caballero que está aguardando para atacar
bien metida la noche” -pensó-.
Se puso su armadura con mucho sigilo y salió
en busca de una nueva aventura, o más bien
la aventura había venido a él. Salió
de su aposento con la intención de bajar
las escaleras. Pero al estar todo oscuro tropezó
estrepitosamente y cayó.
En esto, don Quijote intenta levantarse y no lo
consigue ya que su armadura al estar oxidada se
había quedado atascada.
Ya por la mañana, al bajar el ama y Sancho
las escaleras le vieron allí tumbado, dormido
y sin poder moverse. Y con esto, el ama le pegó
tres bofetadas bien dadas en toda la cara dejándole
las manos marcadas.
Don Quijote, que sabe Dios en qué estaba
soñando, se levantó insultando a un
supuesto caballero que es-taba aguardando en la
calle para atacarle. El ama viendo la situación,
salió disparada hacia la cocina. A lo que
Don Quijote le dijo a Sancho:
- ¡Rápido Sancho!, ayúdame
a incorporarme antes que llegue el ama, que he de
salir en busca de ese cobarde caballero que espera
a las sombras de la noche para atacar y no ser visto
en vez de dar la cara como yo, un valiente caballero.
Y Sancho ayudándole a levantar
contestó:
- Vuestra merced, pero si no hay tal caballero,
además es completamente de día.
- Amigo Sancho, no ha de ser así, mi
sabiduría me dice y es así verdad,
que ese cobarde caballero sigue ahí. Pero
tranquilo, lo que vosotros no veis lo veo con suma
claridad. Ese cobarde caballero se hace invisible
a la luz del día, vigilándolos para
después atacarnos en las sombras de la noche.
En esto, don quijote y Sancho
habían salido al patio. El ama al ir otra
vez donde les había dejado y no verles, también
salió al patio y ésta se situó
detrás de Don Quijote. Sancho que había
escuchado a éste atentísimamente no
se dio cuenta.
-Paréceme, don Quijote
que lo que usted dice -dijo el ama- es
incierto, falso e imaginario, pues una persona no
puede volverse invisible.
Admirado quedó don Quijote
al haber oído tal cosa, pero éste
reaccionó rápido.
- Cállese ama, que ese
cobarde puede estar escuchando sus blasfemias e
ir a atacarla a usted primero.
- Paréceme de nuevo que las blasfemias
van dirigidas a usted.
Apenas hubo oído esto, don
Quijote salió corriendo costosamente hacia
el pozo, donde imaginaba al cobarde caballero en
el borde desafiándole.
Sancho que hasta entonces no había dicho
nada, al ver la situación replicó:
- Vuestra merced, ese pozo
es muy profundo y tal caballero como hemos dicho
el ama y yo no existe.
Dolido quedó don Quijote
pues, al no existir dicho caballero, cayó
al pozo. Afortunadamente, el pozo no era tan profundo
y pudieron sacarle el ama y Sancho, con una maroma.
La peor parada de esta historia fue la armadura
que quedó aún más oxidada.
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El reencuentro con el caballero
Por María Angeles
Laso. 3º ESO
Don Quijote volvía a casa,
como el caballero de la Blanca Luna le había
dicho. Tres meses llevaba en casa sin coger la lanza
ni la armadura ni la espada, estaba ya desesperado,
y decidió ir a su biblioteca a seguir leyendo
sus novelas caballerescas. Al ver que no había
ninguna, don Quijote se puso muy nervioso
- ¿Quién ha
osado arrebatarme todos mis libros, esos que a mi
me han enseñado tantas cosas?, juro que encontraré
al culpable y desenvainaré mi espada y lo
mataré porque robarme a mí, Don Quijote
de la Mancha, es el peor delito jamás cometido.
Don Quijote empezó a preguntar
a todo el mundo por sus libros y cayó en
la cuenta que el cura y el ama tenían algo
que ver y en un ataque de locura y nerviosismo desenvainó
su espada y amenazó al cura.
- Os respeto mucho, señor
cura pero lo que usted y el ama han hecho ha sido
un insulto contra mi persona. Me habéis robado
mi vida. Devolvédmelos inmediatamente o de
lo contrario pagaréis las consecuencias.
El cura le dijo que los habían
quemado y don Quijote se enfureció y se marchó
de nuevo de su casa, pero antes recogió a
Sancho en su casa.
Yendo los dos hombres por un camino se encontraron
con el caballero de la Blanca Luna que dijo:
- ¿No os dije don Quijote
que debíais permanecer en vuestra casa durante
un año?
- No he podido cumplir mi promesa y por eso yo os
reto. Y quien sea el vencedor de esta batalla decidirá
el vencedor de esta batalla decidirá el destino
del otro.
Los dos se ensañaron en
una pelea pero como siempre Rocinante tropezó,
pero con tan buena suerte que Don Quijote cayó
encima del caballero tirándolo de su caballo
-He vencido -dijo don
Quijote-. Ahora me toca decidir vuestro destino
y os marcharéis de estos valles para siempre;
no quiero volver a veros por aquí y yo seguiré
mi cometido: salvar a todo caballero o dama que
se encuentre en apuros.
Así, el caballero de la
Blanca Luna, montó en su caballo y se marchó
y Don Quijote iba muy feliz de haber ganado.
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