Una buena
lectura te puede ayudar a comprender mejor y a ser
más crítico con la realidad en la que
vives pero, por desgracia, si enciendes la radio o
la televisión te das cuenta de que esa realidad
está dominada por las guerras. Y piensas "Hoy
le ha tocado a Uganda, mañana igual a España".
Libros sobre guerras hay cientos
e incluso miles pero con el pequeño detalle
de que no todos son los más “realistas”.
Yo voy a recomendar tres libros en concreto que son
ya un clásico sobre la II Guerra Mundial (1939-1945).
He hecho esta elección porque creo que la guerra
de Hitler ha sido la mayor masacre que ha existido
en la humanidad y donde mejor se puede ver el sufrimiento.
- Ana Frank
Este libro es mi favorito porque narra la transformación
de una niña espontánea y alegre a
una chica que vive con el continuo miedo de no ser
descubierta toda su familia por la GESTAPO
y teniendo cuidado para no levantar sospechas a
nadie sobre su existencia. Cuenta el día
a día de ocho personas, sus enfrentamientos
y sus reconciliaciones, es como un Gran Hermano
pero de calidad y con estilo.
- Muscha
Un niño gitano que no sabe que lo es, sufre
maltrato por parte de sus compañeros, “amigos”
y profesores y tiene que ser escondido por ciudadanos
de ideología contraria al Gran Führer.
Ha de asimilar su origen y la causa de ser rechazado
por la sociedad. Con el tiempo lo conseguirá
a base de desengaños y pérdidas.
- Un saco de canicas
Es un best seller y no me extraña porque
el protagonista de la historia te transporta a su
pasado y ves como un niño parisino llamado
Joseph Joffo sobrevive al holocausto nazi gracias
a la estrategia del padre, quien dispersó
a toda la familia, con la misma táctica que
él mismo usó antaño para escapar
de los rusos y les dio un consejo muy valioso "la
única ley que debéis de tener en cuenta
es la supervivencia".
Como dijo un crítico del Diario 16 "esta
obra es una joya literaria".
Las experiencias vividas por estos niños son
el reflejo del terror y de la realidad en la que vivieron.
Sin embargo, ¿esa realidad ya pasó o
sigue presente? Un niño ugandés, por
ejemplo, tendría la respuesta.
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