Nº36. Enero-Febrero. 2003.
 


 

Trabajos:


Poemas
La Rosa Por Alba Fernández Garay.
Sólo dímelo Por Verónica Irizábal.
Regreso al pasado Por Beatriz Ortego, Laura Alvarez y Esther Ceballos.
Sin título Por Gabriela Estrada.
Gabriela Por Gabriela Estrada.
Semana cultural del Colegio San José Por varios autores.
21 de noviembre Por Gonzalo Soberón Casado.
Ríos de sangre Por Marta Martínez.
Romance Por Alvaro Bolado.
La envidio Por Verónica Irizábal.
La amapola Por Alejandro Fernández .
Historia de amor Por Iván Ruiz.
Cómo decirte que... Por Saray Lahera.
Te vas Por Laura Fernández.
El niño del mar Por Sara Nogales.
La certeza del amor Por Pilar Bolado.


Relatos

¿Quién mató al señor Lefebre? Por Alberto Ruiz Cruz.
Historia de una semilla Por Marina García.
Diario de una Amiga Por Rosa María Pérez.
La familia del 5 Por Andrea Ortiz.
Leer y escribir Por Andrea González.
Las oscuras nieblas Por Fernando Vitorero.
Vacaciones en la luna Por Sandra.
*** 4:37 *** Por Víctor Magaldi González.
Nunca más solos Por Katia Jiménez Losa.
El ovni de Kalu Por Paula García.
El virus del rompecabezas Por Marta de la Fuente.
El origen de los profesores Por Patricia Obradó.
Una gota en el camino Por Rebeca Amieva.
Y los sueños, sueños son Por Rebeca Amieva.
Cartas de amor Por alumnos del IES José Hierro.
Los vagabundos Por María González Bardón e Isabel de Pedro .
Luz de Luna Por Álvaro Gutiérrez Cuevas.

 


 

La rosa
Por Alba Fernández Garay, alumna de 1º ESO B del IES Juan José Gómez Quintana de Suances.

De color rojo vivo
Era aquella rosa
Que amanecía sonriente
Alegre y luminosa

Cada día, cantaba
Su armonía melodiosa
Pidiendo paz al mundo
De forma religiosa

Diariamente repetía
Lo que ella deseaba,
Pues su mundo tan negro
La paz ignoraba

Esa lágrima cristalina
un milagro de Dios
a la gente le dio vida
le llenó su corazón

El Sol se despertaba
y las nubes se marchaban
los pájaros reían
la gente se alegraba

De color rojo vivo
era aquella rosa
la emoción que tenía
la hacía milagrosa

Cuando ella despertaba
Veía muy asustada,
La gente triste y sola
Llorando muy amargada

La rosa tristemente
Una lagrima arrojó
Y en el mundo tan presente
Todo mejoró.

 

 

Sólo dímelo
Por Verónica Irizábal, alumna de 2º de Bachillerato del IES Santa Cruz.

 

Sólo te pido, que me digas,
que algún día volverás,
que después de tanto tiempo,
pensarás en regresar.

No te pido, no te obligo,
sólo busco en tu interior,
lo que un día compartimos,
y de repente se esfumó.

Olvidarte es difícil,
yo no elijo esa opción,
lo que busco es que te acuerdes,
de mi pobre corazón.

Sólo te pid, que me ames,
que no me olvides jamás,
que lo pienses, por favor,
estás a tiempo de cambiar.

No me digas, que no te importa,
que prefieres marchar,
y dejarme destrozada,
sin volver la viste atrás.

Si te quedas a mi lado,
volveremos a empezar,
una nueva vida juntos,
sin podernos separar.

Ni siquiera he pensado,
cómo nos podría ir,
sólo sé que a tu lado,
yo sería más feliz.

Te doy tiempo,
yo marcho,
no te quiero agobiar,
pero piénsatelo mucho,
no me vayas a engañar.

Si no quieres, y te vas,
no me mientas, dilo ya,
que si dudas, y te quedas,
volveremos a empezar.

 

 


Regreso al pasado
Por Beatriz Ortego, Laura Alvarez y Esther Ceballos, alumnas de 1º de Bachillerato del Colegio La Paz de Torrelavega.

A lo largo de mi cama, sin poder dormir
A las tres de la mañana, estoy pensando en mi
¿Dónde quedó esa persona alegre, viva y feliz?
¿Dónde estará ese lugar en que mi alma perdí?
Desde entonces mi presente está marcado
Y cada paso que doy es muy forzado
Y por eso:
Me arrepiento de lo que hice en mi pasado
Y quiero volver allí y mejorarlo
Pero todos mis intentos fracasaron
No me queda más remedio que olvidarlo
¡Qué fáciles de decir estas palabras
sacadas, sin pensar, de mi garganta!
Pero solamente quiero eso
Regresar a mi pasado es mi deseo

 

 

Sin título
Por Gabriela Estrada, alumna de 3º ESO del IES Jesús de Monasterio.

Un hombre del suelo,
recogió una rosa,
una rosa del suelo
un hombre recogió.

Con ella cargaba en la mano,
en la mano cargaba
una bella flor.

Tan bella como la dama
Como la dama era la flor.

No sin antes olvidar,
que ella le esperaba,
asomada en su balcón.

Con su cara sonrosada,
observando un halcón,
Que surca los cielos,
entre la masa de algodón.

El hombre llegó a su destino
en la mano llevaba la hermosa flor,
la dama extendió su mano,
a recogerla se apresuró.

Se la acercó a su cara,
para oler la bella flor,
la dama le dio las gracias,
la gracias la dama le dio.

Para despedirse un beso
Profundo y largo le lanzó.

 

 


Gabriela
Por Gabriela Estrada. Alumna de 3º ESO del IES Jesús de Monasterio.

 

No hay vida en el campo,
la vida se ha detenido
suspiran cuatro paredes…
Es porque Gabriela se ha ido.
No hay primavera en mis tiestos.
El invierno me abraza con su frío infinito;
Pero… Gabriela es de hielo,
El invierno está confundido.
¿Cómo helar a alguien,
que está muerto, que se ha ido?
Mi cuerpo está helado,
Pero dio calor al frío.
Suspira ahora el invierno …
Gabriela se ha ido.
Con su marcha vendrán las flores,
el cielo se llenará de brillo,
en los ríos sonará una nana,
y yo meceré a mis niños.
No vendrán manos extrañas,
a quitarles el cariño,
seré amor y dulzura,
seré calor y esperanza,
allí, lejos de todo,
volveré a ser Gabriela,
llena de amor y cariño.

 

 

 

 

III semana cultural del Colegio San José
Por alumnos del Colegio San José de Santander.

 

Por Laura Roiz

Desde el balcón dieron el pregón,
menos mal que no duró un montón.
No dimos Sociales
ni tampoco Naturales
pero sí nos marcamos
unos cuantos bailes.
En el karaoke
no estuvo Bustamante
pero muy bien cantaron
los compañeros de clase.

Por Leticia Vivas

Bailando en la tarima
pasamos un rato de risa,
los bailes fueron divertidos
y aprendimos muchísimo.
Entre pasos y sonrisas
se escuchaba "Bom Belina"
y Sor Pilar sin poderlo aguantar
se puso a bailar
La gente ya cansada
se merecía la gran chocolatada.
Estando en la discoteca
nos pusimos a bailar
al ritmo de una canción muy popular.

 

Por Aida Pereira

Con Orcos y Altos Elfos
el warhammer transcurrió
y después de muchos nervios
se proclamó al ganador
Cuando íbamos a bailar
estábamos muy nerviosos
pero al terminar
nos aplaudieron clamorosos.

Por Sandra Martínez Celador

Cada año nos reunimos
con todo nuestro entusiasmo
dispuestos a pasar un buen rato.
Olvidar el estudio por un momento
pero que ese olvido no sea por mucho tiempo
La fiesta del colegio fue algo especial
Canciones, payasos, actividades, todo singular.
Alumnos, profesores, padres, todos en solidaridad

 

Por Omar González

La fiesta del colegio fue genial
año tras año mejora aún más

Por Elena Perodia

Los bailes en la tarima
nos quedaron de risa.
En los bailes de salón
todos recibieron un pisotón.
En el karaoke
desafinamos un poquito
pero al final nos quedó muy bonito

 

Por Lorena Saiz

Nuestra clase cuando bailó
lo hizo como ninguna.
Todo el mundo nos siguió
y aplaudió con gran soltura.
El karaoke nos vio cantar saltar y bailar.
¡Cómo nos mira la gente
al vernos vociferar!.
Viendo a la gente cantar
todo el mundo se puso a bailar.
Todos bailaban, hasta Sor Pilar.

 

 

21 de noviembre
Por Gonzalo Soberón Casado, alumno de 4º ESO del IES Jesús de Monasterio de Potes.

Vi entrar al demonio
surgido del pozo del olvido
y con una reverencia

Le marqué en la frente
la fecha de mi muerte,
21 de noviembre.

Él, sorprendido, alzó la vista
Y despojándose de su capa
negra como su mismo corazón

¿Porqué ese día? Preguntó
con toda la gravedad de su voz,
como una tumba al cerrarse.

Y le respondí:

Porqué ese día
la lluvia remojará los besos
de los que se creen enamorados.

Porque ese día,
un rayo cegará en algún lugar
a un peregrino hacia la luna,
para después abrir sus ojos.

Porque ese día
Wendy traicionará de nuevo
a Peter Pan, y Sherlock Colmes
caerá junto a Moriarty

Porque ese día
los héroes anónimos de todas aquellas
batallas en las que no lucharon,
volverán para llevarnos
hasta la victoria siempre.

Porque ese día
volarán los cuervos
sobre las torres de las catedrales.

Porque ese día los lagos
de hipocresía se vaciarán.

Porque ese día
lloverá y yo sonreiré

¿O lloraré? bajo la lluvia.

Porque ojalá todos los días
fuesen 21 de noviembre
y lloviese suavecito,
lo suficiente para poder disfrutar
el dulce aroma de la lluvia,

lo justo para poder sonreír

Si tengo que morir
quiero que sea un 21 de noviembre,
sonriendo bajo la lluvia
al mismo tiempo que la lluvia
me sonría a mi.

 

 

 

Ríos de sangre
Por Marta Martínez Alvarez. alumna de 1ºA Bachillerato del IES Santa Cruz de Castañeda.

 

Ríos de sangre corren por sus manos,
la mirada triste, angustiada,
pues ha muerto su hermano.

Una bala certera,
su corazón para siempre ha parado,
una envidia ciega,
que hasta este extremo ha llegado.

Un hombre malvado,
que volver a verlo no deseaba con vida,
una cabeza perturbada,
agudizada por la bebida.

La hermana aturdida,
la vuelta se ha dado,
y lleno de ira,
a ese hombre ha matado.

Desplomado sobre el suelo ha caído,
mientras un suspiro se ha escuchado,
un sencillo gemido,
de un corazón espinado.

Desesperada, llora y llora,
llora y sus lágrimas seca el viento,
un cálido aullido,
que la deja sin aliento.

No encuentra salida,
no puede hacer otra cosa,
una bala ha disparado;
y cayó al suelo la hermosa joven
que murió por su hermano.



 

Romance
Por Álvaro Bolado, alumno de 2º de ESO del Colegio San José.

Te he conocido hace días,
y casi no hemos hablado,
pero aunque no te conozca,
de ti ya me he enamorado.

Tus ojos son como lunas,
tu pelo es largo y castaño,
tu piel es suave y morena,
creo que me has embrujado.

Cuando me diste un beso,
de ti quedé ensimismado,
y ahora que estoy más cerca,
de otro te has enamorado.


 

 

La envidio
Por Verónica Irizábal, alumna de 1ºA Bachillerato del IES Santa Cruz.

 

Ella nunca llegará a saber
la suerte que tiene,
por estar junto a tí.
¿Sabes que la envidio?
Ella lo tiene todo,
tiene tu corazón,
te tiene a tí,
tiene tu amor
No sabes cuánto he deseado,
estar en su lugar,
saborear esos besos,
que cada día le das,
esos que ella puede disfrutar
Ella puede tenerte noche y día,
puede ser correspondida,
con el mismo amor que da,
puede pasar contigo el resto de su vida,
ella puede elegir, yo no.
¿Sabes? Alguien dijo que la envidia,
rige el corazón,
y creo que es cierto, porque...
La envidio por tenerte,
por quererte, por besarte,
porque se dio cuenta,
de lo que valías antes que yo.
Pero sobre todo la envidio,
Por tener cada día tu amor,
sí, por haber conseguido tu
amor,
y no el dolor que he conseguido yo

 

 

 

La amapola
Por Alejandro Fernández Alonso, alumno de 2º ESO del Colegio San José.

 

En un lugar de Borgoña
una bella y joven muchacha,
su nombre era Carola
por el campo paseaba.

Estaba por supuesto
de un joven enamorada,
días más tarde se casarían
y el tiempo rápido pasaba.

Llegó el día de la boda
y él no se presentaba,
las horas rápido pasaban
y la noche ya llegaba.

Triste salió llorando
de la iglesia al jardín,
sus lágrimas resbalaban
no parecían tener fin.

Entonces de la tierra salió
con la lágrima que cayó,
una flor roja como la sangre,
una flor roja como el amor.
Le ofreció su consuelo
y ella bien lo aceptó,
en unos segundos encogió
y en esa flor se convirtió.

Así nació la amapola
la adormidera y hermosa flor,
que en los campos de Borgoña
es la dama del amor.

 

 

 

 

Historia de amor
Por Iván Ruiz Céspedes, alumno de 2º de ESO del Colegio San Jose.


Esta es la historia de amor
De Don Federico y Doña Alba.
Todo transcurrió muy pronto
En una helada mañana.

Estos dos se conocieron
En un campo de cebada.
Doña Alba se escondía
de su malvada madrastra,
mientras que Don Federico
por estos campos paseaba.

Los dos fueron al poblado
mientras que juntos hablaban.
Llegaron al pueblo tarde y
Le dio ella un beso en la cara.

Así pasaron los meses
Las almas enamoradas.
Doña Alba le dijo a él que
Si querían que se casaran.
Él dijo: "casarme, nunca".
Le dio ella una bofetada.

Y aquí acabo mi historieta,
Del amor de estas dos almas.


 


 

Cómo decirte que ...
Por Saray Lahera Pérez, alumna de 2º de ESO del Colegio San José.

 

Amargos recuerdos pasan
por esta mente aturdida,
lo que sí puedo decirte
te querré toda mi vida.

En mi corazón palabras
que te contaré algún día.
Si decidieras marchar
hasta el fin te seguiría,
si tu algún día faltases
parte de mí moriría.

¿Cómo quieres que lo exprese?
¿Cómo quieres que lo diga?
Eres lo más importante
que hay y habrá en toda mi vida.

 

 

 

Te Vas
Por Laura Fernández

Primer premio de poesía (Nivel I) del concurso literario
del IES Las Llamas de Santander.


Te vas, y todo el sonrosado cielo llora,
dejando que las goteras tiñan las nubes.
Te vas, y las olas recogen todas las caracolas
dejando la arena vana.
Te vas, y los caminos se enternecen dejando que mis ojos
se postren como una luna frente a un sol.
Te vas, y mi río deja reseco el caudal, permitiendo
que las flores se vuelvan puños tristes.
Te vas, y mis labios se agrietan
manteniendo mi ultima palabra a tu espera.
Te vas, y la brisa enreda mi pelo a una caricia
que viaja en el tiempo.
Te vas: el soplo de mañana me trae tu esencia;
el ocaso, el relente negro que tibia mi lecho.
Te vas, y los pájaros guardarán sus alas,
hasta que mis lágrimas dejen de salpicar el cielo.
Te vas, y mi candil deja de tener tu fuerza,
mi guía se vuelve sombra.
Te vas, quizás aun espero ver tu silueta no tan lejos,
y tras ella seguir mi luz.

 

 

 

El niño del mar
Por Sara Nogales, 3º A
Primer premio de poesía (Nivel II) del concurso literario
del IES Las Llamas de Santander.

Sobre la arena tendido
como despojo del mar,
se encuentra un niño dormido
sin horizonte donde mirar.

Ante sus ojos ve espuma,
somnoliento al despertar,
y espera con impaciencia
las olas que llegarán.

El mar es un manto de sueños
mojados, sin dar promesas,
sólo ofrece fantasías
que brotan de sus arenas.

Niño que adoras el mar
nunca podrás olvidar,
en la senda de tu vida
las olas junto a tu cuerpo al chocar.

De su madre caricias parecen
tan infinitas las olas
que siempre desaparecen
en saladas caracolas.

Susurra el viento canciones
de agonía y soledad,
compañía y felicidad,
al ver que tú aún le quieres,
al ver que tú aún le sientes,
al ver que en tus manos tienes
mil caricias trasparentes.

¡Que dichoso eres, mi niño,
de dormir junto al mar!
y si tienes miedo al despertar,
corazón no te preocupes…
que ya dormirás.

Cuando llega el frío invierno
sólo puede ver el mar desde lejos.
Cada vez más bravo,
cada vez más bello.

 

 

 

 

La certeza del amor
Por Pilar Bolado Tirado, alumna de 2ºB de ESO del Colegio San José.


Con la brisa que aparece
mientras observo la aurora
me doy cuenta de que entiendes
lo que estoy sintiendo ahora.


Siento extrañas sacudidas
en el fondo de mi pecho,
tranquilo, no estoy dolida
sólo estoy llena de celos.

Supongo que se me olvida
que el amor es traicionero
que tu corazón altivo,
ahora mismo no está abierto.

Sólo quiero que ahora sepas
que no encuentro la palabra
con la que pueda decirte
lo que escondo aquí, en mi alma.

No pido tu compasión,
no pido el amor eterno,
sólo una buena amistad
más dura que el mismo acero.

Si tú ahora me necesitas
te esperaré en mi balcón
quitando a mis margaritas
los pétalos del amor.

 

 

 

 


¿Quién mató al señor Lefebre?
Por Alberto Ruiz Cruz, alumno de 1º de Bachillerato del IES Manuel Gutiérrez Aragón de Viérnoles.

Relato ganador del Certamen Literario 2002-2003 del IES Manuel Gutiérrez Aragón.

Parecía presentarse un día soleado como otro cualquiera en alguna parte de la riviera francesa. El magnate financiero Charles Lefèvre se disponía a dar una fiesta en su mansión aprovechando sus tremendos éxitos. El lugar rebosa clase por los cuatro costados, lleno de objetos de incalculable valor y con unas vistas dignas del paraíso más inimaginable. Pero el día posiblemente no acabaría entre risas y el jolgorio provocado por el alcohol.

Eran las 8 de la tarde y ya los invitados iban haciendo acto de presencia e iban entrando. Parecía haber un regimiento invitado, que sin caer en la exageración más extenuada no se alejaría de la realidad. El anfitrión estaba en la entrada de la casa atendiendo a la gente que iba llegando; como es costumbre en las buenas familias. Su mujer (por cierto, bastante más joven) y sus cuatro hijos estaban también con él, erguidos como troncos de roble.

Tenía dos hijos de su primera relación: Gilles y Nicole, ya mayorcitos. Y dos de su actual esposa, Laura: Jerome y Sylvaine, que eran unos chicos adolescentes no acostumbrados a este tipo de eventos de tan alto nivel.

La noche hacía su majestuosa aparición, el cielo se llenó de estrellas que parecían adivinar que se iban a teñir de otro color.

Sin más dilación de la esperada la gente se sentó y se puso a degustar los exquisitos platos que el chef había preparado para la ocasión. En el extremo de la mesa se encontraba el anfitrión y al lado su familia, seguidamente estaban el subdirector de su empresa y diferentes cargos con sus mujeres, y para finalizar algunos amigos que rivalizan con Charles en el terreno financiero, se les podría llamar "colegas", si es que a los carroñeros interesados se les puede asignar ese calificativo.

La cena se desarrolló con total tranquilidad como era de esperar. Hicieron un brindis y se levantaron para dirigirse a la zona del salón de baile. Su mujer y los hijos de ésta se dirigieron a sus respectivas habitaciones para prepararse para el baile porque la noche prometía, dado el "cariño" que tenían a su padre.

Jerome y Sylvaine eran producto del veneno que tenía Laura dentro del cuerpo y los chicos eran una prolongación de los pensamientos de su madre. Todo el mundo sabe cómo se las gasta su mujer, pero Charles no permitía que manchen de ninguna manera su honor, ya que está muy enamorado de ella. Gilles tampoco se atreve a decírselo porque no quiere perder la relación con él y Nicole está más preocupada por qué se va a poner en invierno que por su propio padre.

Más tarde, Charles se dispone a hablar con Paul Arnaud, uno de sus colaboradores de confianza, de repente todo el mundo se calla. Laura se dispone a bajar las escaleras, todo el mundo se queda impactado.

Llevaba un vestido precioso que producía la envidia entre las mujeres de la sala y unas joyas propias de la mejor joyería. Cuando por fin llego al lugar donde estaba su esposo, le dio un beso y se pusieron a bailar. Paul tenía una mirada cómplice hacia Laura que extrañó a Charles, pero no le dio la mayor importancia. La velada proseguía su curso mientras la gente lo pasaba en grande y las horas parecían segundos, al menos por el momento.

Unos minutos después Charles se retiró y se fue al jardín a pasear sólo para meditar, esto lo solía hacer muy a menudo, pero no parece que le sirviera de mucho.

Cuando regresó, algunas personas ya se habían retirado para sus casas, tan sólo quedaban algunos amigos de la familia y unos cuantos empleados, entre ellos Paul Arnaud. La fiesta aún seguía, pero como su esposa e hijos ya habían dejado el lugar, decidió subir al estudio a leer un rato, una de sus aficiones.

Era ya tarde cuando Laura salió a ver si veía a su esposo y al no verle se imaginó que podría estar en el estudio, acertó de pleno. Seguro que no se hubiera imaginado esa escena ni en sus mejores sueños, Charles yacía muerto con la cabeza apoyada en el escritorio sobre un libro, manchado por la envidia y el odio, de sangre. Al instante sale de la habitación y grita.

Llega un silencio que hacía temblar hasta al más impasible; que hacía tener miedo al menos temeroso. Pero faltaba alguien en la estancia, alguien que odie profundamente a Charles, que sea muy cercano.

Unos meses después del comienzo de la investigación fue detenido Paul Arnaud acusado de asesinato, fue condenado a pasar una buena temporada entre rejas al comprobar su autoría. Acusó de cómplice a Laura, que fue absuelta por falta de pruebas. Gilles vivió con un gran pesar hasta su muerte.

En alguna parte de la casa aún permanece el espíritu de Charles, así que, en noche estrellada no pases por la mansión Lefèvre, te puedes arrepentir.

FIN


 

 

Historia de una semilla
Por Marina García, alumna de 1ºB de ESO del IES Juan José Gómez Quintana de Suances.

¡Jo, con el fútbol! ¡Otra vez le habían hecho falta! Pero esta vez la caída no fue en balde, en el suelo algo llamó su atención, era simplemente una semilla pero a Juan le gustó y la guardó en su bolsillo. Sería su semilla de la suerte.

Pasaban los años para todos. También para Juan. Pero la semilla seguía en su bolsillo.

Este otoño iba a ser especial. Juan ya iba a ir al instituto, con sus compañeros. Aprendería otras cosas, tendría nuevos amigos y en los recreos seguiría jugando al fútbol.

¡Vaya! ¡Otra falta! La semilla se salió de su bolsillo yendo a parar a un rincón del patio. Cayó en un lugar cálido y húmedo, un lugar perfecto para vivir y, dicho y hecho, allí se instaló.

Poco a poco de la semilla fueron saliendo una raíz y un pequeño pero flexible tallo. Con el paso del tiempo la semilla se convirtió en planta y la planta siguió creciendo y creciendo hasta que se convirtió en un grueso y alto pino. Ese pino era muy envidiado por todos los demás porque era fuerte, alto y robusto. Se le veía feliz. Pero el destino le tenía preparada una sorpresa: cerca de allí empezaron a hacer unas obras, pero empezaron a excavar tan, tan cerca que dañaron las raíces de todas las plantas y árboles. Nuestro pino intentó proteger con sus raíces a los más débiles pero Las raíces del pino cada vez estaban más debilitadas y un día de mucho viento el pino empezó a tambalearse, cada vez mas fuerte, de un lado a otro, de adelante a atrás, cuando de repente... ¡¡¡¡ PUM !!!!

El árbol se derribó.
- ¡Vaya! -dijo José el carpintero- ¡Que pena de árbol! Aunque, pensándolo bien, saldrán buenas sillas de él. No vendrán nada mal para la biblioteca del instituto. Podemos cumplir el encargo.

Y en su último suspiro se oyó al pino:
- ¡Bien!

 

 

 

 

Una gota en el camino
Por Rebeca Amieva de la Vega, alumna del IES Valle del Saja.

Sigilosamente la observo. Me muevo tan despacio como ella. Poco a poco me acerco y se desliza hacia mí. Pero, de repente, sin apenas darme tiempo a reaccionar, cae sobre el suelo húmedo. La tierra la absorbe. Una gota de agua murió.
Todo está mojado. La tormenta ya ha callado dando paso al viento. Los árboles que me rodean bailan al compás del ritmo invernal.

Poco a poco todo se adormece, pero siempre tengo la compañía de las luciérnagas, ayudándome a no perderme o tropezar durante la noche. El miedo a dar un mal paso me hace sentir una fuerte presión en mi pecho. Nunca se sabe, quizás me caiga y no me pueda volver a levantar o elija el camino equivocado. Es difícil ver el peligro.

Hago un descanso para dormir, no sin saber que, después, seguiré caminando hasta el anochecer venidero, cuando recostaré la cabeza sobre mis manos, hasta que pueda hacerlo sobre una almohada o el pecho de alguien; pero todavía me queda mucho camino.

Al acostarme, procuraré mirar el suelo al tumbarme, para no clavarme ninguna astilla, y al levantarme, para seguir este camino, tendré cuidado con no pisar ningún canto que pueda dañar mi pie. Porque durante este viaje aprenderé nuevas cosas todos los días, hasta llegar al final.

Algún día, puede que alguien se cruce en mi camino, para acompañarme hasta mi destino, que se convertirá en nuestro, hasta que alguno de los dos vuelva a caminar solo. O por el contrario, esa persona sólo se cruce para enseñarme algo bueno o malo - ya lo descubriré - o simplemente el camino. Si al fin la encuentro, podré crear otra vida, otro camino.