Nº38. Abril. 2003.

 

Esta sección está reservada para desarrollar los temas transversales, como Salud, Educación por la paz, Sexualidad, etcétera. En este espacio tiene cabida cualquier tipo de experiencia que refleje los temas alternativos, pero no por ello excluyentes, de la educación.

Anorexia, la daga del espejo
El suicidio, la tercera causa de muerte
La depresión, un mal de nuestro tiempo
Las huellas del 'Prestige'
Guerra en Irak
Marqués Solidario
La brutalidad en el hogar


 

 

 

 

 

 

 


Anorexia, la daga del espejo
Por Laura Lavin y Gema Sánchez. Alumnas de 1º de Bachiller de Ciencias del Colegio La Paz de Torrelavega.

Pretendemos mostrar las consecuencias que tiene la anorexia, una enfermedad que afecta sobre todo a las jóvenes adolescentes. Por ello, debemos percatarnos de quién lo sufre, cómo y cuándo y así poder ayudar a las personas que lo sufren y actuar en consecuencia.

La Anorexia (nerviosa) es una enfermedad que se caracteriza por el miedo intenso a ganar peso y por una imagen distorsionada del propio cuerpo. Conduce a un grave adelgazamiento debido a una dieta exagerada y a un exceso de ejercicio. Se presenta habitualmente en adolescentes, especialmente en las mujeres.

Un Trastorno en la Alimentación es una enfermedad causada por la ansiedad y por una preocupación excesiva por el peso corporal y el aspecto físico. Se da cuando una persona coloca a la comida como centro de su vida. La persona que padece algún Trastorno en su Alimentación como la anorexia o la bulimia, basa en la comida todos los pensamientos y actos que forman parte de su vida cotidiana, sintiéndose totalmente dependientes de esa idea que, a modo de parásito, parece "atacar" en cada momento y situación. La comida se convierte, entonces, en el eje a partir del cual gira la vida y el mundo de relación de la persona enferma. Es así como la comida es el motivo por el cual se visita a los amigos evitando las horas de las comidas, se deja de salir a comer en restaurantes que cocinan determinado tipo de comida (que engordan), se ingiere una manzana o un yogurt solamente en todo el día, y otras que hacen de la comida un cruel titiritero de la vida de aquellos que padecen esta enfermedad.

La Bulimia es un desorden alimenticio causado por la ansiedad y por una preocupación excesiva por el peso corporal y el aspecto físico. Se caracteriza por episodios repetidos de ingesta excesiva seguidos de provocación del vómito, uso de laxantes, dietas exageradas y abuso del ejercicio para controlar el peso. La bulimia aparece sobre todo en adolescentes, en especial en las mujeres, debido a diferentes mecanismos psicológicos; el más obvio es la respuesta a la presión social que valora la delgadez como atractivo físico.

La aparición de estas enfermedades relacionadas con la alimentación se dan especialmente en la adolescencia, entre los 14 y los 20 años, ya que es una etapa en la que el cuerpo se está desarrollando y cambiando abruptamente y la imagen mental que tenemos del propio cuerpo es más lenta que su evolución biológica. La responsabilidad de un adolescente enfermo recae sobre la publicidad y los medios, que muestran modelos perfectos del hombre y la mujer, delgados y bellos, o sobre la misma familia. No hay que negar lo que sucede, hay que asumir la situación, sentirse parte de ella y actuar en consecuencia. En otras palabras, querernos como somos, querer nuestro cuerpo y no buscar ser de otra manera, sino aceptarnos como somos y sentirnos bien así, aunque sea muchas veces difícil, pero seguramente imposible NO. Se debe mostrar a la persona que padece esta enfermedad que hay otras cosas, otros intereses en la vida, más allá de la figura y la comida, y que estos últimos son sólo una mínima parte de un gran y maravilloso todo que es el ser humano, al que hay que valorar, amar y defender.

Hay testimonios de adolescentes en los que exteriorizan:
¡Odio mi cuerpo! Cuando comencé a verme tan mal... ¿Qué fue lo que hizo que no me diera cuenta antes... la culpa la tienen mis padres...? ¿Cuántas veces te pasó alguna de estas frases por tu cabeza... y en esta semana? ¿Cuándo comenzamos a reconocer que somos distintos, ni mejores ni peores, empieza nuestro trabajo hacia la recuperación? Muchas personas tienen distintas metas, tanto intelectuales como sociales. Nuestra meta debe dejar de odiar nuestro cuerpo, dejar de odiarnos por ser así y dejar de culparnos.

Son muchos los factores que nos generan este tipo de pensamientos: la ropa de moda que no nos entra, el transpirar dentro de un probador en una tienda mientras forzamos a que se estire el pantalón, o quizás esas chicas o chicos semidesnudos y con cuerpos esculturales que aparecen en la tele a cada instante. Pero hay uno que es, quizás, el más importante: nuestro propio miedo. Miedo a que otros nos vean distintos, feos, a ser discriminados, a que nos hagan sentir mal. No podemos hacer que los fabricantes cambien los talles, ni que en la TV aparezca gente como nosotros...

 

Fuente de las fotografías:
http://www.adolescentesxlavida.com.ar/a&b.htm

Más información sobre la anorexia:
http://www.tuotromedico.com/temas/anorexia.htm

http://www.ondasalud.com/edicion/noticia/0,2458,4948,00.html

 

 

El suicidio, la tercera causa de muerte
Por Gema Sánchez y Laura Lavín. Alumnas de 1º de Bachiller de Ciencias del Colegio La Paz de Torrelavega.

El suicidio entre los adolescentes y jóvenes ha tenido un aumento dramático en los años recientes. Es la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 15 y 24 años de edad.

El suicida piensa que no tiene medios ni formas para afrontar los problemas de su existencia y decide acabar con su propia vida. Es preciso que nos miren, nos observen, nos escuchen, nos comprendan y nos apoyen a nosotros, los jóvenes.

No podemos desentendernos de lo que están viviendo estas personas, angustias, tristezas, inseguridades; es preciso acercarnos y mostrarles el camino de la felicidad, del amor, de la alegría. No podemos permitir que por sentir su vida vacía terminen con ella.

A veces los adultos dicen: ¡Que mal se sentía uno cuando tenía 15 ó 25 años ¡La juventud sufre tanto! Esa es la verdad...
No estarán de acuerdo con esto los veteranos que añoran los años jóvenes. Lástima que ya olvidaron las torturas que padecieron entonces, y sólo quieren recordar que se divertían y no cargaban sobre los hombros las responsabilidades propias del adulto.
Si la etapa juvenil fuera todo lo dulce que nos cuentan los poetas, la cifra estadística de suicidios sería cero en esa edad y no incrementaría a pasos agigantados como está pasando ahora.
El suicidio es la reacción de algunas personas ante problemas que les parecen insalvables. Ejemplos hay muchos, como el aislamiento social, la muerte de un ser querido, un hogar desecho en la niñez, una enfermedad física grave, la vejez, el desempleo, desilusiones amorosas, etc., sin embargo, estas personas no se dan cuenta que todo tiene solución menos la muerte.
El suicidio entre los adolescentes y jóvenes ha tenido un aumento dramático en los años recientes. El suicidio es la tercera causa de muerte más frecuente para los jóvenes de entre 15 y 24 años de edad.
Los adolescentes y jóvenes experimentamos fuertes sentimientos de estrés, confusión, dudas sobre nosotros mismos, presión para lograr el éxito y otros miedos que van creciendo. Para algunos, el divorcio, la formación de nuevas familias con padrastros y hermanastros, pueden intensificarles las dudas acerca de sí mismos; en donde en algunos casos el suicidio aparenta ser una "solución" a todos los problemas.

La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales graves, que se pueden tratar. Muchos de los síntomas son similares; algunos son los cambios de hábitos en el dormir y en el comer, actuaciones violentas, comportamiento rebelde, uso de drogas o de alcohol, abandono en su apariencia personal, cambios en su personalidad, aburrimiento constante, dificultad para concentrarse, deterioro en la calidad de su trabajo escolar, quejas frecuentes de dolores físicos tales como dolores de cabeza, de estómago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven.

El suicidio es un problema multifactorial, es decir, que son muchos los factores que existen e influyen para que se realice un suicidio.
Existe una clasificación del suicidio que puede ayudarnos a entender un poco más sobre la psicología y la personalidad de los individuos que optan por esta puerta sin salida. Podemos hablar del suicidio egoísta, en el que se cree que se origina en la falta de integración de la persona en la sociedad, estas personas son en general solitarias, no se relacionan con su comunidad ni dependen de ella.
Por otra parte esta el suicidio altruista, en el que la persona esta integrada en un grupo en el que no cree que ningún sacrificio que haga es demasiado grande; y el suicidio fatalista, en el que se cree que lo provoca una excesiva regulación social que delimita por completo la libertad personal, sus víctimas piensan que no existe un futuro viable para ellos.
En todos los casos anteriormente citados, se siente una desesperación que les lleva a pensar en el suicidio como último recurso.
El suicidio es la manifestación de dolor más grande a la que uno se puede enfrentar, el que un ser humano decida dar término a su vida, nos habla de un dolor profundo, de un vacío real que hay en su persona, en el que no encuentra ningún sentido, ningún motivo para vivir. La autoestima es muy baja o más bien nula. La persona no encuentra en su ser recursos que le ayuden a afrontar las situaciones que vive por lo que prefiere morir.
En muchos casos, causarse dolor es una manera de "escapar" a pensar acerca de lo que les inquieta. Es esto realmente triste, doloroso. Pensar en las causas de que un ser humano se sienta vacío, sienta que no vale la pena, sienta que es un estorbo, que nada tiene de bueno, que no tenga el apoyo de nadie, que se sienta rechazado e inútil; es verdaderamente alarmante, ya que si mencionamos en párrafos anteriores que las causas que influyen son la soledad, el abuso o el maltrato físico, divorcios o separaciones, problemas en el trabajo, fallecimientos de seres cercanos... podemos echar un vistazo a nuestra realidad actual: ¡Cada día aumenta la tasa de divorcios, el índice de personas maltratadas, de personas víctimas de abusos sexuales, el desempleo cada vez más frecuente, el activismo que lleva a una soledad tremenda ya que nadie tiene tiempo ni para uno mismo y menos para los otros, la falta de comunicación y de vivencia de valores que dan sentido a la vida misma!
¿Qué esta pasando con la juventud? Pensemos las ideas que nos venden los medios de comunicación, que pretenden que el divorcio sea una opción más para destruir a la Institución familiar, único lugar donde puede y debe conformarse el yo sólido de un ser humano.
Un problema tan grave como este tiene soluciones complejas a nivel psicológico a modo de curar aquello que ha lastimado tanto al ser humano y ayudarle a encontrar su motivo de vida. Sin embargo, parte importantísima, determinante y no tan compleja es el amor. Así, con el amor familiar y con el tratamiento profesional, los niños y adolescentes con tendencias suicidas se pueden recuperar y regresar a un camino más saludable de desarrollo, y no sólo ellos, sino también aquellos que sufren depresión, ansiedad y otros trastornos que merman la salud del ser humano; teniendo como resultado una juventud más sana.

Más información:

http://www.saludalia.com/Saludalia/web_saludalia/urgencias/
doc/documentos/doc/suicidio.htm

 

 


La depresión, un mal de nuestro tiempo
Por Gema Sánchez y Laura Lavín. Alumnas de 1º de Bachiller de Ciencias del Colegio La Paz de Torrelavega.

Algunos la llamaron El mal de Nuestro Siglo, pero la depresión parece ser también el mal del milenio. Este padecimiento ha incrementado su incidencia en niños y jóvenes y afecta más a las mujeres que a los hombres.

¿Cuántas veces nos hemos sentido con un muy bajo estado de ánimo y la dificultad para disfrutar de situaciones que habitualmente nos despiertan alegría, con pérdida de interés hacia los mismos y hacia la vida? Ojalá que ninguna, pero lo más seguro es que por lo menos una vez lo hemos sufrido y es que estos sentimientos se presentan en todos y cada uno de los seres humanos, a veces ante un evento desagradable, otras ante una frustración, estrés continuado, una pérdida de trabajo o la de un ser querido y a veces ni sabemos por qué: Simplemente tenemos una sensación desagradable, abrumadora y de abatimiento.
Esta sensación es llamada por los expertos Depresión.

Nadie está exento de sufrir algún tipo de depresión, ya que puede presentarse en cualquier época de la vida, incluyendo la niñez. Este es un trastorno muy frecuente reportado tanto en población general, como en los hospitales.
La depresión, se presenta más en mujeres que en hombres, en una proporción de 2 a 1. Esta diferencia se ha tratado de explicar además de que la mujer, por su naturaleza, posee una mayor sensibilidad. Si no se sabe orientarla puede causar daño en su persona y a quienes le rodean.

Este padecimiento ha incrementado su incidencia en niños y jóvenes. Tradicionalmente se pensaba que el riesgo de depresión aumenta con el tiempo de vida de un sujeto, es decir, mientras mayor sea el individuo, más susceptible a la depresión. Sin embargo, los resultados de varios estudios han demostrado una prevalencia considerablemente más alta en personas jóvenes que en ancianos.
Esto, es una pena muy grande y muy grave, pues los factores psico-sociales influyen de forma importante para que este síndrome se presente. Dentro de estos factores encontramos: baja autoestima, soledad, estrés, frustración, engaño, faltas de respeto, violencia, dolor, agresión, etc.; sucesos que lamentablemente los niños viven cada vez a más temprana edad a causa de sus padres, hermanos, vecinos y muchas veces de los medios de comunicación.

Las personas deprimidas muestran tasas de mortalidad 2 a 3 veces más altas que las de población en general debido a que presentan una mayor tendencia a enfermarse, a sufrir accidentes, a descuidar tratamientos para enfermedades.
La depresión puede estar enmascarada por situaciones como: crisis matrimoniales, alcoholismo o abuso de drogas; vértigo, ansiedad; síntomas mentales como: ideas obsesivas, fobias, celos y comportamientos posesivos y dolores de cabeza, etc.
Es importante tomar en cuenta que la depresión se manifiesta de diferentes maneras en cada persona y de acuerdo a su edad, sin embargo, debemos estar al pendiente de que una actitud negativa constante en un ser humano podría significar un tipo de depresión.

En algunas personas la depresión puede ser tan grave que domina sus vidas hasta el punto que les impide enfrentarse a las mismas en su forma habitual y les lleva, en ocasiones, a considerar que no merece la pena vivir o que los demás estarían mejor sin ellos. Esto no es darse por vencido, y acusar a estas personas de compadecerse de sí mismos. Cuando la depresión alcanza este grado constituye ya una enfermedad que precisa de tratamiento, es entonces el momento en el cual se necesita pedir ayuda.

Una persona depresiva no debe quedarse sola. Es necesario buscar la compañía, confiar en alguna persona; siempre es mejor que estar solo y no hablar con nadie. La persona deprimida que ha recibido recientemente malas noticias, o ha experimentado un trastorno importante en su vida, debe contárselo a personas cercana, contarle que
pasó y como se siente al respecto. Esto ayudará a revivir la experiencia dolorosa varias ocasiones, facilitará el llorar, y posibilitará el poder encontrar soluciones. Todo esto forma parte del mecanismo natural de la mente para curarse.
Una solución fundamental es formar parte de actividades que ayuden a sentirse mejor. Salir de casa y hacer ejercicio ayudan mucho, aunque sólo sea el dar un largo paseo, ir a un juego deportivo o participar en actividades recreativas, religiosas, sociales o de otro tipo. Todo esto puede ayudar, así se mantiene el individuo físicamente en forma, ocupado y probablemente dormirá mejor. Al aumentar el nivel de actividad la persona comprende poco a poco que no está incapacitada.

En la depresión no apetece comer. No importa. La fruta fresca y las verduras están especialmente recomendadas. Las personas con depresiones graves pueden perder peso y perder sus reservas de vitaminas, lo cual les hará sentirse peor.

El alcohol acaba por deprimir más, a pesar de que inicialmente y durante un breve período de tiempo pueda dar la sensación de un aparente alivio. Una persona deprimida que consume alcohol no buscará la ayuda adecuada para su trastorno y dejará de buscar alternativas a sus problemas, además de que será malo para su salud física.
Hasta que exista una mejoría importante en la depresión deben posponerse decisiones y cambios importantes tales como cambiar de trabajo, casarse, etc.
Hay que tomar en cuenta la depresión, y no tratar de asumir una cantidad excesiva de responsabilidades.
La familia y los amigos con frecuencia desean saber cómo podrían ellos ayudar a la persona deprimida. Es muy importante ser buen oyente. Dedicar tiempo a las personas deprimidas, animándolas. Restablecer la confianza y transmitir la seguridad de que podrá salir adelante es de gran ayuda,.
La convivencia familiar, el apoyo, el cariño, son la mejor medicina para una persona que sufre depresión. El apoyo terapéutico y farmacológico también puede ayudar.

 

Las fotografías proceden de las páginas:

http://www.tusalud.com.mx/120811.htm
http://www.rominatrix.com/
http://www.angelfire.com/ego/ salud0/depresion.html

Más información:

http://www.nimh.nih.gov/publicat/spdepresion.cfm#intro
http://www.redsaludmental.com/depresion.html