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Reportajes: Un recorrido por Cabezón de
la Sal
Un recorrido por Cabezón de la Sal Dos alumnas del Instituto Valle del Saja nos informan de los aspectos más relevantes de Cabezón de la Sal, villa donde nació la reivindicación de la autonomía para Cantabria. Anímate a conocer este villa tan emblemática. Somos dos alumnas del IES Valle del Saja y hemos hecho un trabajo informativo sobre nuestro municipio, Cabezón de la Sal, para daros a conocer nuestra villa y que os animéis a conocerla. Situación geográfica Eje de comunicaciones y cabeza de municipio. Enclavado en la ribera o curso bajo del río Saja, a los pies de la Sierra del Escudo. Rodeado de numerosos pueblos que hacen a Cabezón una de las comarcas más bellas. El municipio está situado a 42 km de la capital, 12 de la costa
y 7 de la montaña, donde podemos encontrar el Parque o Reserva Natural
del SAJA. Historia El curioso nombre de nuestro pueblo se remonta a los tiempos de la invasión
romana. Su nombre es Cabezón, una medida romana que dicho imperio
utilizaba para la compra y venta de sal. Posteriormente, al nombre de Cabezón
se le dio el apellido de la Sal, por ser ésta su principal
riqueza. Biblioteca. Además de la conquista de los romanos, también los galos
y los musulmanes se apoderaron de sus tierras, y en el año 914 fue
rescatada por Don Alfonso el Casto. A partir del siglo XIV, el territorio entra en el dominio de los Mendoza,
hasta el final del Pleito de los Valles, constituyendo Cabezón uno
de los Nueve Valles de las Asturias de Santillana que forman la provincia
desde el siglo XVII y que generan la provincia de Cantabria en el siglo
XVIII. Patrimonio artístico El arte de la villa de Cabezón de la Sal viene definido especialmente por las casonas blasonadas, como el Palacio de la Bodega, construido en el siglo XVIII. Como iglesias, cabe destacar la dedicada a San Martín, de estilo barroco montañés y construida en el tránsito del siglo XVII al XVIII. También podemos encontrar palacetes del siglo XIX y pertenecientes a los Condes de San Diego y la compañía Real Asturiana de zinc. Tradiciones folclóricas La agrupación de danzas Virgen del Campo se preocupa de mantener y transmitir nuestras tradiciones folclóricas a través de cantos y bailes como el de los Picayos a la Virgen del Campo. Se trata de un baile típico en honor a la Virgen patrona de la Villa, a la cual se le cantan coplas al son de las castañuelas y panderetas. Se sabe que la tradición de tocar los picayos proviene de la Edad Media. Otro baile típico es el representado por el grupo de danzas La Baila de Ibio, espectáculo de origen guerrero en el que sólo intervienen componentes masculinos, con largos palos simulando lanzas. El acompañamiento instrumental se compone de un tambor y bígaro (caracola marina). Gastronomía La tradición culinaria del valle de Cabezón de la Sal se
compone de varios platos característicos como el chuletón
de vaca tudanca, el cocido montañés, las alubias con codornices,
el lechazo al horno y los guisos de trucha, salmón o venado. Fiestas patronales y romerías típicas Las fiestas más importantes se celebran en agosto. Algunas de ellas son:
Artesanía Cabezón de la Sal es uno de los principales enclaves artesanales de Cantabria. Existen gran número de talleres o fábricas dedicadas a la elaboración y transformación de la madera. En las fábricas se llevan a cabo los trabajos de ebanistería, que tienen una larga y prestigiosa tradición. Industria Existen tres grandes fábricas:
Etnografía y cultura Edificios dignos de visitar:
Reconstrucción de un poblado cántabro En el corazón de la antigua Cantabria, en el valle del Saja, se encuentra la villa de Cabezón de la Sal. Es una población escasa en museos, por ello, en el conocido Picu La Torre se está construyendo un poblado cántabro. El poblado cántabro es una manera de acercarnos a la historia y a la vida cotidiana del mundo bárbaro de la península Ibérica, hace más de 2.000 años. El poblado, que se está construyendo en el Picu La Torre, consta por el momento de una sola casa cántabra, pero está previsto construir cinco más, cada una de ellas pertenecerá a una época diferente (hierro, bronce y en la época de convivencia con los romanos). En materia defensiva podremos ver una gran muralla de piedra, muy características en las construcciones cántabras, en la cual por su ubicación, se buscaba el efecto embudo. Está siendo construida por los alumnos de la escuela taller de la misma villa. Las casas se construirán con techumbres pajizas y paredes de madera, barro y piedra. El interior de cada una estará construido por bancos corridos en torno al fuego, con camas de paja, y todo tipo de detalles que hace muchos años fueron imprescindibles. También imprescindibles eran las herramientas y utensilios que
utilizaban, no para cazar, porque la caza se quedó atrás,
sino para cuidar el ganado, para moler la comida, cultivar... Lo que perdura y perdurará durante mucho tiempo son la ganadería
y la agricultura, cosa que también se podrá disfrutar, apacentar
ganados del poblado y hacerse cultivos que nos sumerjan en una vida rural
que aún permanece. Interior de la casa cántabra. Se propone, en definitiva, un acercamiento a una historia de pastores, agricultores, mineros, alfareros, artesanos... que puede evocarse a través de la diferente ambientación de las casas en un recorrido por los siete siglos anteriores a nuestra era. | ||