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Reportajes: El Valle del Saja
El Valle del Saja Reportaje elaborado por Felipe Candanedo de
Diego y Pedro P. Del Mazo López, alumnos de 2º curso
del Ciclo Formativo de Administración y Gestión
del IES. Foramontanos de Cabezón de la Sal; partiendo
de textos El alto valle de Saja es, sin duda, uno de los rincones más sorprendente de Cantabria, donde la naturaleza bravía y en cierta medida aún impoluta, las costumbres ancestrales de sus gentes y hasta el tipo físico de las personas, evocan el pasado remoto de lo que fueron los antiguos cántabros. En efecto, Saja aparece ya citado por los geógrafos
romanos y en sus riberas vivían las tribus de los Avaríginos
y Salenos. Más tarde cuando desde la Cordillera Cantábrica
se inicia la aventura de la "Reconquista", el Saja
se convierte en ruta de los repobladores (Ruta de los Foramontanos),
que en el año 814, partiendo de Malacoria (posiblemente
Mazcuerras ), suben río arriba, camino de Campoo y pasan
a la meseta castellana. En el siglo XII la villa de Tudanca pertenecía a la
orden de Santiago, el monasterio de San Martín de Mazcuerras
a la catedral de Burgos y Bárcena Mayor, con su hospital,
al monasterio benedictino de Cardeña. De entonces datan
las iglesias románicas de aquella zona, como la de Lafuente,
Sobrelapeña y Lombraña de Nansa y la ermita de
Cintul en Mazcuerras. Recorrido por el Saja Ya en 1948, se establece la veda total de veinte montes situados entre las cuencas del Besaya y el Saja. Nace así la Reserva Nacional de Caza del Saja, que tiene su núcleo en el valle de Cabuérniga, cuyo fondo ocupa precisamente el río Saja. En marzo de 1951 se amplió la reserva
a todos los montes comprendidos en la sierra de Peña Sagra,
al oeste de Nansa y en mayo de 1966 se anexiona Liébana. Bárcena Mayor Junto con Santillana del Mar figura entre los pueblos más antiguos de la provincia de Santander. La arquitectura típica se conserva en toda su pureza protegida por el amor a la tierra y a todo lo que a la tierra acompaña.
La artesanía se mima como algo propio de la existencia
y laboriosidad de unos hombres que compaginan la estética
más apreciada con la utilidad.
El paisaje impresionante ofrece tantas y tantas estampas bellas
de la provincia que parecen superar la realidad más exigente.
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