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Todos los días los medios de comunicación nos mantienen
informados sobre los temas más diversos. Unos nos resultan especialmente
interesantes, otros aburridos, muchos incomprensibles, pero todos tiene
algo en común: son el reflejo de lo bueno y lo malo que ocurre en
nuestro país y en todo el mundo. Homenaje a Rafael Alberti, el último representante de la generación del 27 que nos dejó el pasado mes de octubre. El Rugby un deporte que nace en el Reino Unido y actualmente se juega en todo el mundo. La historia, el aprendizaje y la técnic del Tae-Kwon-Do, un arte marcial presentado por un alumno del IES Augusto González Linares que lo conoce y practica con éxito. Conozcamos todo sobre Warhammer, un juego de moda basado en la estrategia. Tres especies en extinción que habitan en España, un problema que preocupa a varias alumnas del colegio Puente III. Adivina.....adivinanza; un juego en "visto y leído". Estemos al día en el tema de los Video Juegos.
En la madrugada del jueves 28 de octubre murió plácidamente en su casa de Puerto de Santa María Rafael Alberti, el último poeta vivo de la generación del 27.
Si mi voz muriera en tierra,
A sus 96 años, a pesar de los problemas cardiorrespiratorios que tenía, había manifestado sus deseos de llegar vivo al 2000, mostrando una vez más su amor a la vida y la combatividad de su espíritu. Ahora ya es un sueño imposible para él, pero por qué no pensar en que quizá no lo sea para sus cenizas, que posiblemente se resistan flotando sobre el mar ("es toda mi vida") para disfrutar del momento efímero de la contemplación del cometa ("la verdadera vocación de mi vida habría sido ser cometa errante"). En contra de quienes han censurado su posición política por permanecer afiliado al comunismo hasta el final ("sigo creyendo en el comunismo, porque es un sistema que aún puede cambiar mucho") o su popularismo en poesía, hay que validar sin desmayo que ha sido una de las voces más claras de la literatura española porque, entre tradiciones y vanguardias ("no tengo estilo, tengo olas innumerables que entre todas crean constantemente un solo estilo, el del mar"), siempre buscó el lenguaje que no lo apartara del paraíso más auténtico, aquel confiado y libre de la arboleda perdida en el Puerto de Santa María de su infancia y adolescencia. La eclosión de las dos Españas que vino después
le llevaría al compromiso social que nunca abandonó, por más
que en los últimos tiempos, tras casi cuarenta años de exilio
y más de veinte de retorno, intenta-ran apagar sus brillos, revocar
sus colores. mi solo mar al fin, que siempre vuelve!... ¿Qué no voy a esperar de ti en lo que me falte de júbilo o tormento? ¿Qué no voy a recibir de ti, di, que no sea sino para salvarme, alzarme, conferirme? Me matarán quizá y tú serás mi vida, viviré más que nunca y no serás mi muerte. Porque por ti yo he sido, yo soy música, ritmo veloz, cadencia lenta, brisa de los juncos, vocablo de la mar, estribillo de las simples cigarras populares. Porque por ti soy tú y seré por ti sólo lo que fuiste y serás para siempre en el tiempo. Una buena muestra de la generosidad con que se entregaba a sus poemas
la podemos ver en uno de tema intrascendete que escribió a un portero
de fútbol del Barcelona, Platko, famoso por su actuación en
el partido que jugó su equipo contra el Real de San Sebastián,
en el Sardinero, el 20 de mayo de 1928. Un partido brutal, el Cantábrico al fondo, entre vascos y
catalanes. Se jugaba al futbol pero también al nacionalismo. La violencia
por parte de los vascos era inusitada. Platko, un gigantesco guardameta
húngaro, defendía como un toro el arco catalán. Hubo
heridos, culatazos de la Guardia Civil y carreras del público. En
un momento desesperado, Platko fue acometido tan furiosamente por los del
Real que quedó ensangrentado, sin sentido, a pocos metros de su puesto,
pero con el balón entre los brazos. En medio de ovaciones y gritos
de protesta, fue levantado en hombros por los suyos y sacado del campo,
cundiendo el desánimo entre sus filas al ser sustituido por otro.
Mas, cuando el partido estaba tocando a su fin, apareció Platko de
nuevo, vendada la cabeza, fuerte y hermoso, decidido a dejarse matar. La
reacción del Barcelona fue instantánea. A los pocos segundos,
el gol de la victoria penetró por el arco del Real, que abandonó
la cancha entre la ira de muchos y los desilusionados aplausos de sus partidarios. A José Samitier, Capitán Nadie se olvida, Platko, No, nadie, nadie, nadie. No, nadie, nadie, nadie, No, nadie, nadie, nadie, Nadie, nadie se olvida No, nadie, nadie, nadie,
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