Entrevistamos
a Eloy Gutiérrez, socio e ingeniero de caminos
de la empresa Dynamis, cuya función consiste
en realizar todo tipo de obras de ingeniería,
pero fundamentalmente estructuras. Es la empresa que
dirige las obras de restauración del antiguo
tunel de Tetuán o túnel de La Cañía.
Pregunta.- ¿Cuál es
su función dentro de la empresa?
Respuesta.- Bueno, yo soy el socio
fundador de Dynamis y junto a mis socios nos dedicamos
a realizar todo tipo de obras de ingeniería,
especialmente estructuras y puentes.
P.- ¿Cómo
se construyó el túnel de Tetuán?
R.- El túnel se empezó
a construir en 1891, pero no se abrió hasta
el año siguiente y se utilizó como paso
del ferrocarril. También se usó como
refugio antiaéreo en la Guerra Civil.
P.- ¿Por qué se cerró?
R.- Su funcionamiento termina en
1911, cuando la electricidad empieza a tener ya pujanza.
El tranvía era un tranvía de vapor,
pero los trenes eléctricos necesitaban pantógrafos.
Los pantógrafos tienen mucha altura y el túnel
es tan bajito que no podían poner la instalación
eléctrica, entonces quedó en desuso.
Trataron de hacer que pudieran pasar coches, pero
no se consiguió porque querían hacer
apartaderos, querían ensancharlo. Y en 1917
lo cerraron. Durante la Guerra Civil fue un refugio
y luego lo usaba la gente para pasar. No tenía
ni iluminación, estaba entero encharcado...
Hasta que en 1986 el Ayuntamiento, por problemas de
higiene, lo cerró.
P.- ¿Qué relación
tiene usted con el túnel?
R.- Yo soy uno de los ingenieros
encargados en realizar la obra. Nosotros visitamos
el túnel prácticamente todos los días
para ver cómo van las obras y analizar el estado
de la estructura.
P.- ¿Cómo conseguisteis
quitar el agua?
R.- Metimos esta bomba y lo que fuimos
haciendo es sacar el agua. Claro, como estábamos
en la parte alta del túnel, a medida que íbamos
sacando el agua lo que ocurría es que bajaba
el nivel, pero bajaba el nivel de la parte alta. Íbamos
entrando al tunel y cuando estabas a sesenta metros
el agua le tenías encima y no podíamos
meter las bombas. Entonces ya localizamos una bomba
con un flotador y a medida que íbamos sacando
el agua íbamos metiendo la bomba con el flotador
dentro. Vas pensando según vas teniendo los
problemas, como todo en la vida.
P.- ¿Cuánto tardasteis
en que apareciese la bóveda?
R.- Ya llevábamos tres días
bombeando cuando apareció la bóveda
con la entrada desde Tetuán.
P.- ¿Qué ventajas
cree que existen al tener este túnel abierto?
R.- Es una buena pregunta. El túnel
no tendría ningún sentido si no existiera,
ya que supondría una inversión muy grande.
Pero al existir nos hemos planteado en qué
estado se encuentra y si el coste de realización
es razonable. Es algo interesante para los dos extremos,
tanto para El Sardinero como para Tetuán. Gracias
a este túnel se gana una transversalidad muy
fuerte entre ambos puntos y se gana mejorar el tejido
urbano de la ciudad. Pero, repito, porque el túnel
ya existe y no hace falta, digamos, crearle.
P.- ¿Y desventajas?
R.- Como parte interesada que somos
no vemos ninguna desventaja. En todo caso, las molestias
que puedan tener los vecinos por las obras, pero en
todo caso no veo unas desventajas permanentes, como
mucho el coste de la obra.
P.- ¿En qué fase
se encuentran las obras?
R.- No está claro. Hay que
desarrollar el proyecto, se están estudiando
y contratando los trabajos de geotecnia, de prospección,
de sondeos, de geofísica, de georadares y cosas
de esas para ver lo que ocurre por aquí: si
hay bolsas de agua, si hay zonas descalzadas... La
obra empezará seguramente el verano que viene.
P.- ¿Cuál será
el uso futuro del túnel?
R.- Va a ser un uso peatonal compartido
con carril bici.

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