Las ijanas del
Valle de Aras (en la Junta de Voto) son
también anjanas, pero golosas y glotonas. Además,
les encanta hacer travesuras.
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Ijana.
Ilustración de Marta Sotero. |
Había una vez una ijana que era muy presumida.
Un día se encontró en el bosque una
bolsa llena de piedras muy preciosas. Cuando ella
las vio le gustaron mucho, así que quiso llevárselas
a su cueva y decorarla con ellas. Entonces cogió
la bolsa y se la llevó corriendo.
Cuando llegó a su cueva en medio del bosque,
las colgó de las paredes, y desde aquel día
la oscuridad no existió nunca más en
aquella cueva gracias a la hermosa luz de las piedras.

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