Hoy en día, cuando la cosa pinta tan mal, nos
da miedo pensar en arriesgarnos, en apostar y en intentar.
Pero queremos mandar un mensaje de optimismo y de
espíritu de superación a cada persona
que se ha prometido no volver a intentarlo jamás.
|
Victorio
& Lucchino, flanqueados por nuestras reporteras. |
Salimos del coche y el edificio nos espera, guardando
en su interior la moda hecha persona, pero sobre todo
la emoción y la ilusión de crear arte
día a día. Nos acercamos a donde están
los diseñadores que dan nombre a esas marcas
de las que tanto hemos oído hablar, y cuyos
nombres han aparecido siempre en las revistas de moda
que nos compramos. Y ahí están, sonrientes,
con miles de micrófonos esperado a que digan
algo para que protagonice su próxima portada
o sacándose fotos con chicas que no pueden
aguantar las ganas de contarles a sus amigas con quién
han estado. Nosotras somos una especie de mezcla de
ambas.
Nos acercamos a un chico alto, con un traje negro
y discreto, dos hoyuelos a ambos lados de su siempre
sonriente boca. Estamos con Diego David Domínguez,
más conocido por su alter-ego según
nos cuenta él mismo. Él es David Delfín.
Le preguntamos cómo se definiría a lo
que él se ríe admitiendo que nos mentiría,
y que es la gente más cercana a él quien
nos podría responder, aunque al final nos confiesa
que David Delfín es su creatividad y su ambición.
Un accidente fue el que le hizo entrar en el mundo
de la moda. El trabajaba en el mundo del arte como
galerista y, buscando un nuevo soporte para la pintura,
encontró las prendas militares de segunda mano,
viendo en cada costura una historia para contar. A
partir de ahí le pidieron que enseñara
esos nuevos diseños que él había
devuelto a la vida, y aunque para él era pintura,
lo vio como una experiencia que tenía que vivir
al menos una vez en la vida. Y así, sin querer,
fue como encontró su mundo, ya que la moda
era lo que siempre había deseado.
Es inevitable no ver el amor por el arte reflejado
en sus ojos cuando nos cuenta que la creatividad es
algo que surge de manera natural y que sin ella no
le gustaría tanto la vida. Le preguntamos por
su meta y nos sorprende al afirmar que su objetivo
no es llegar a ningún lado, es seguir ahí
haciendo lo que le gusta.
Inevitable fue nombrar la palabra crisis, algo que
siempre ha estado presente en la moda española
según él. Sin embargo, nos recuerda
que el pilar principal de su profesión es la
imaginación, que muchas veces se ve potenciada
por las limitaciones, y cree que es un momento para
estar mejor que nunca. Corren tiempos difíciles,
pero para la marca David Delfín todo se basa
en el esfuerzo y en su interés en adaptarse
a las nuevas realidades en cuanto a redes sociales
y tiendas online, siendo este su secreto para seguir
creciendo.
Nos despedimos de un chico que encontró su
lugar gracias al destino y a la casualidad. Desde
entonces ha sido esa ilusión de crear algo
que le apasiona lo que hace de David Delfín
un gran diseñador y, a partir de hoy si nos
preguntan, una maravillosa persona.
Vemos en un lado de la sala a dos hombres, ambos
con gafas y acento andaluz. Ellos son José
Luis y José Víctor, y dan vida a la
marca Victorio & Lucchino. Se definen como auténticos,
pasionales, divertidos y con ganas de vivir. Nos cuentan
cuánto les gusta compartir con los demás,
reír y comer. Nos hablan sobre cómo
creas un mundo a tu manera cuando nace el nombre de
un artista, convirtiéndote en una esponja que
lo absorbe todo.
Cuando les preguntamos sobre su secreto para llevar
tanto tiempo en el éxito de la moda nos responden
que no lo saben, pero de lo que están seguros
es de que lo importante es el trabajo, la constancia
y el estar pendientes. Aún así nos confiesan
que para ellos el negocio es lo último y que
la moda es cultura, comunicación y cambio (siempre
fiel a tu estilo), y nos hablan de lo maravilloso
que es para ellos transmitir su mundo y trabajar en
aquello que les apasiona y gusta.
Su inspiración es la vida, las sensaciones,
las cosas, lo que sienten interiormente, por ninguna
razón aparente pero que "pululan por ahí",
y nos hablan de cómo su profesión les
exige ser un poco "brujos" que adivinan
por dónde irán las tendencias y que
coincidan con las cosas que se van a llevar en la
calle dentro de dos años.
Volvemos a esa palabra que empieza por "c"
y que tanto nos asusta. Nos cuentan que es un momento
estupendo, siempre ha habido artistas y muchos ojos
están puestos en España por su atractivo,
y ven cómo el mundo pide algo novedoso, "Si
nos animamos y lo sabemos hacer bien sería
estupendo".
Después de estas palabras de aliento nos despedimos
de un mito en la moda de España y vuelve esa
sonrisa de embelesamiento, pero esta vez precedida
por unas ganas inaguantables de contar a nuestras
amigas con quién hemos estado.
Después de acabar las entrevistas nos volvemos
al coche. Nos miramos y nos reímos, porque
hoy creemos más en lo difícil, hoy somos
más valientes. Y después de conocer
a estas maravillosas personas llenas de ideas y energías
nos queremos comer el mundo. Y hoy nos prometemos
no dejar de intentarlo jamás.

SUBIR
|
|