Logotipo Interaulas
Cabecera Red-acción Inicio > Opinión > Tribuna Libre
Reportajes
Entrevistas
Opinión
Cultura
El mundo

 

Imagen Primaria

Red-acción
Nº 117

OPINION / TRIBUNA LIBRE

¿Aún no es suficiente?

Por Alberto Isla Marotías, estudiante de 2º F Bachillerato del IES Santa Clara de Santander.

Learning music is not as easy as it seems to be. A professional musician studies a lot of different subjects in order to understand a score perfectly. Not only we practise our instrument, but we also study history, harmony (the part of music which studies chords and their relationship), and analysis. The full degree course lasts for more than fourteen years. During our formation we work hard to develop our best virtue: creativity.

Joven músico tocando un violín.

Todo el mundo sabe que el conservatorio es un lugar donde se estudia música, pero la mayoría ignora el largo y complejo proceso de aprendizaje que comienza un niño hasta convertirse en un músico profesional. Esta carrera se prolonga durante al menos catorce años de estudio, organizados en tres etapas (grado elemental, grado medio y, por último, grado superior). Si se comienza a estudiar desde tercero de Primaria se completaría el grado medio a la vez que Bachiller, lo que te permite escoger entre el grado superior o cualquier otra carrera.

La formación de un músico incluye numerosas asignaturas teóricas y prácticas, no solo aprendemos a tocar un instrumento, sino que aprendemos historia de la música, a tocar en orquesta, a formar parte de un grupo de cámara, a leer, entender y ser capaz de reproducir partituras sin haberlas escuchado antes, y armonía, que es la rama de la música que estudia los acordes y las relaciones que se establecen entre ellos. El aprendizaje se complementa con conciertos de los propios alumnos, en los que mostramos a todo el que quiera acudir nuestro trabajo, a la vez que aprendemos a desenvolvernos delante de un público.

Una vez que se completa el grado elemental, tras cuatro años de estudio, nos enfrentamos a la conocida 'prueba de paso de grado'. En ella nos examinan de lenguaje musical y de nuestra habilidad con el instrumento. Como el número de plazas es limitado, a veces el número de aspirantes las sobrepasa, y alguno se queda fuera. Ya en grado medio tenemos muchas más asignaturas, lo que implica una mayor dedicación. En el curso en el que estoy, sexto de grado medio, tengo seis asignaturas, en total nueve horas y media a la semana, a lo que se suman dos horas más de análisis, asignatura a la que asisto como oyente, ya que es conveniente acudir si tienes pensado hacer el superior.

A diferencia de que en el instituto tenemos algún mes de vacaciones, los músicos casi nunca descansamos; a partir de cierto nivel se requieren muchas horas diarias de estudio, y el hecho de ser un día lectivo o vacacional, no es motivo para tomarse un respiro. La música, como todas las artes, exige un esfuerzo adicional que consiste en desarrollar la creatividad. En la mayoría de asignaturas del instituto la creatividad juega un papel secundario, mientras que en la música es fundamental. No solo basta con aprender cuestiones puramente teóricas, sino que debemos llevarlas a la práctica a nuestro instrumento. Conocer análisis e historia, por ejemplo, te servirán para realizar una interpretación más cercana al sentimiento del autor o para entender por qué suena de una manera o de otra, (una tonalidad menor crea un ambiente más dramático, mientras que una mayor es más desenfadada). Para transmitir una determinada sensación a través del sonido se requiere una parte técnica y artística. El desarrollo de esta segunda capacidad mejora a su vez la empatía, ya que estás reflexionando sobre los sentimientos hechos sonido de su compositor. Representar la obra a un público mejora nuestras capacidades de autocontrol, tocar en un concierto de solista delante de muchas personas desconocidas es muy estresante, pero poco a poco, aprendes a controlar los nervios, no solo en un concierto, sino en cualquier momento en el que tengas que realizar una actividad en público.

Por todas estas razones estoy cansado de que se infravalore la música. Un músico necesita muchas horas y dedicación que superan con creces la dedicación que necesitan otras disciplinas. Y no solo eso, la música nos brinda la oportunidad de desarrollar capacidades que no se suelen trabajar tanto en otras disciplinas, como el autocontrol, expresarse en público o la creatividad.

He hecho este artículo porque estoy harto de escuchar preguntas tipo: "Está muy bien que estudies música, es algo divertido y agradable, pero, ¿qué más vas a estudiar?". O también: "Eso lo haces porque te gusta, no tiene mérito". Y yo digo: ¿El médico que disfruta su profesión habría que quitarle todo el mérito por hacer algo que le guste? ¿No es suficiente estudiar una carrera de catorce años que exige muchas horas diarias, y desde pequeños, además del esfuerzo de compaginarlo con el instituto?

 



SUBIR

Los estudiantes de 1ºC de ESO del IES Santa Clara son voraces lectores y explican qué sienten al leer

'Opinión' es el espacio donde podéis opinar de todo lo que os interese